8 de febrero de 2012
Ciclo de conferencias
PAMPLONA Y SAN SATURNINO
Visita a la parroquia y obrería, hoy museo, de San Saturnino
D. Ignacio Miguéliz Valcarlos.
UNED de Pamplona
Complementarias a la fábrica gótica de la iglesia de San Saturnino existen una serie de añadidos barrocos que van a modificar el perfil de la iglesia medieval, y que no son otros que la capilla de la Virgen del Camino, con su correspondiente camarín, la sacristía, y las dependencias de la obrería.
Todas estas construcciones, añadidas a lo largo del tercer cuarto del siglo XVIII a la parroquial del patrón pamplonés, tienen su origen en el empeño de la Obrería de la iglesia de ampliar la capilla dedicada a la Virgen en dicho templo. Tras varios proyectos, en los que intervinieron los más destacados tracistas activos en esos momentos en Pamplona, se elige el presentado por Juan Antonio San Juan de levantar la nueva capilla en el solar que ocupaba el claustro de la iglesia. Las obras, que se prolongaron entre 1758 y 1776, fueron sufragadas en parte gracias a la rifa de las alhajas de Nuestra Señora del Camino, a las aportaciones de la Obrería y vecinos del burgo de San Cernín, y al dinero enviado por los pamploneses y navarros residentes fuera de nuestras tierras. En un principio la capilla se decoró siguiendo el gusto rococó, con pinturas de colores imitando mármoles y jaspes, lo cual se completó con espejos, cornucopias y cuadros. Sin embargo, toda esta decoración se sustituyo en 1805 por otra, la que vemos actualmente, de gusto más sobrio siguiendo modelos clasicistas. Adornan la capilla las imágenes de San Saturnino, San Fermín, San Honesto y San Francisco Javier situadas en las pechinas, y sendos cuadros de José Berges, la Adoración de los Pastores y la Epifanía, lienzos sufragados con 3000 pesos enviados por Felipe de Iriarte desde México. Preside la capilla el retablo mayor, obra de Juan Antonio Andrés, realizado entre 1766 y 1773, que acoge a la figura de la Virgen del Camino, acompañada de una rica iconografía, con la presencia de las figuras de Santa Ana, San Joaquín y San José, y de las cuatro virtudes cardinales: Fortaleza, Templanza, Prudencia y Justicia, que se complementan con las de las tres virtudes teologales, Fe, Esperanza y Caridad, situadas en la peana sobre la que apoya la imagen de la Virgen, en alusión a las virtudes que adornan a la madre de Dios. Se completa todo ello con sendas tallas, la Inmaculada y Santa Teresa en éxtasis, enviadas desde Nápoles.
La visita a la parroquia de San Saturnino comenzó en la capilla de la Virgen del Camino.
Menos conocido es el camarín de Nuestra Señora, levantado al mismo tiempo que el resto de la capilla, espacio donde se custodiaba el ajuar de la Virgen, alhajas y ornamentos, así como a su misma figura. Esta ricamente decorado con papeles pintados con las letanías lauretanas, de gusto rococó de época de la construcción, paneles de rocallas y cornucopias, que en la parte media del camarín se han sustituido por un papel decimonónico con el anagrama de María. Destacan en este espacio sendos tibores de porcelana china enviados a través del galeón de Manila por Felipe de Iriarte, así como el crucificado de plata y carey que preside el altar.
Paralelo a la finalización de las obras de la capilla, la Obrería de San Saturnino, y debido al mal estado de la antigua, decidió levantar también una sacristía de nueva planta, cuyas obras se llevaron a cabo entre 1772 y 1774, según trazas de José Pérez de Eulate. Ricamente decorada con papeles pintados dibujando guirnaldas de rocallas, espejos y cornucopias, recuerda más a un salón palaciego que a un espacio sacro, teniendo su paralelo en la sacristía de los Canónigos de la catedral pamplonesa.
Un momento de la visita a la parroquia de San Saturnino, en la que el profesor Ignacio Miguéliz explicó la sacristía nueva
Finalmente, en las habitaciones de la Obrería, el cabildo de San Saturnino decidió habilitar en los años 90 del siglo XX una pequeña sala museo donde disponer de manera digna y adecuada parte del ajuar de plata y ornamentos perteneciente tanto a la iglesia como a la capilla de la Virgen. De esta forma, y en armarios y vitrinas, se dispone parte del ajuar reunido por la iglesia a lo largo su historia.
La visita a la parroquia de San Saturnino concluyó en la obrería, actual museo, donde se expone el ajuar de plata y ornamentos de la iglesia y capilla de la Virgen del Carmino.