5 de junio
Conferencias
EN TORNO AL PATRIMONIO CULTURAL EN EL VALLE DE BAZTAN
Imagen, prestigio y linaje: casas y palacios en Baztan
Dña. Pilar Andueza Unanua
Cátedra de Patrimonio y Arte navarro
El rico y variado conjunto de palacios y casas señoriales que salpica el valle de Baztan se encuentra directamente relacionado con la "hora navarra del XVIII", una afortunada acuñación que otorgó Julio Caro Baroja a un fenómeno socioeconómico por el que numerosos navarros, especialmente baztaneses, abandonaron ya desde finales del siglo XVII su tierra natal y emigraron asentándose fundamentalmente en Madrid, América y ciudades comerciales como Cádiz o El Puerto de Santa María. Allí, apoyándose unos a otros en virtud de su origen común, su amistad y parentesco, lograron cargos de alta responsabilidad al servicio de la corona española, tanto en la administración del estado como en el ejército, sin que faltaran los que se adentraron en la cúspide de la Iglesia. Muchos de ellos se dedicaron también con gran éxito a los negocios, compatibilizando en no pocas ocasiones unas actividades y otras, lo que les permitió reunir grandes patrimonios que se acompañaron de un rápido ascenso en la escala social, respaldados además por la hidalguía que les daba su nacimiento. Buena parte de la fortuna amasada por los baztaneses revirtió en sus localidades de origen. La familia dejada atrás y la casa solar ocuparon un lugar privilegiado entre sus preocupaciones. Por eso, la remisión de caudales a Baztan fue constante. Además de aumentar las propiedades, redimir deudas y dotar a las mujeres de la casa, la reforma de la casa solar o su construcción de nueva planta se convirtió en elemento primordial para muchos de ellos, lo que propició que una fiebre constructiva recorriera el valle. No en vano el nuevo edificio familiar se convertía así en la imagen de la familia y del linaje y en símbolo de prestigio, capaz, además, de pervivir en el tiempo, por encima de sus moradores. Pero durante el Siglo de las Luces no solo se levantaron numerosas casas y palacios, sino también varias casas concejiles y rectorales, mientras no pocas parroquias recibían generosas dádivas de sus hijos emigrantes destinadas a su reconstrucción, ampliación o a su dotación con retablos, esculturas y ajuares litúrgicos.
En las tierras baztanesas encontramos básicamente dos tipos de construcciones domésticas correspondientes al Barroco: por un lado aquélla que sigue la arquitectura popular de la zona y desarrolla el tipo caserío, y por otro lado, una arquitectura culta y señorial, tanto de muros revocados como pétreos, que incorpora pilastras y columnas en su portada, multitud de balcones con ricas rejerías, ménsulas de piedra, aleros labrados de gran voladizo, sin olvidar, en unas y otras, el omnipresente escudo de armas que habla de la nobleza de sus habitantes.
Entre las primeras construcciones cabe destacar por ejemplo la casa Dorrea de Azpilkueta, construida a instancias del obispo de Durango y Michoacán (Nueva España) Martín de Elizacoechea, la Buztinaga de Erratzu, solar del obispo de Pamplona Irigoyen y Dutari, el palacio cabo de armería Hualde de Erratzu, la casa Indacoechea de Irurita, a la que está ligada el condado de Guaqui, así como la casa Echeverzea de Amaiur.
El palacio Jauregia de Irurita ejemplifica con su arquitectura, en la que se fusiona una torre bajomedieval con una ampliación dieciochesca, el matrimonio de la propietaria del palacio con un baztanés regresado de América avanzado el Siglo de las Luces
En el segundo bloque de edificios situamos la casa Echeverría o Lamiarrita en Arizkun, erigida en 1712 por Juan Tomás de Goyeneche, tesorero de la reina, así como la casa Iturraldea de Arizkun, casa nativa de Juan Bautista Iturralde, ministro de Felipe V y marqués de Murillo, que ordenó su construcción junto al convento de clarisas, también patrocinado por él. Ambas incorporan soportales en su planta baja.
De gran interés resultan también los palacios con fachada de piedra, entre los que destaca especialmente el palacio Jarola de Elbete, un edificio que fue construido en 1674 por el capitán Miguel de Vergara y Borda, prototipo de emprendedor que combinó con ricos resultados la carrera de Indias con las milicias. Se inspiró para ello en edificios recién construidos como la casa Urdanibea de Lesaka o el palacio Apeztegui de Erratzu. Pero también sirvió de modelo a su vez para la construcción del ayuntamiento del valle pocos años después y para el palacio Datue, ambos en Elizondo. Dentro de esta línea resultan también dignos de mención el palacio Ascoa de Elbete y los palacios Arraztoa y Borda de Amaiur, erigidos ambos por la familia Borda, clan dedicado a los negocios.
Tipología propia de tierras baztantesas es el palacio torreado. Entre ellos hay que mencionar el palacio Reparacea de Oieregi, la casa Iriartea de Erratzu y la casa de los Gastón de Iriarte en Irurita. Siguiendo este diseño, un baztanés, Pedro Fermín Goyeneche, oriundo de Garzáin, construiría en 1763 el palacio de Subiza, donde casó una de sus nietas.
Casa de los Gastón de Iriarte. Irurita
Siguió el modelo de la casa Iriartea de Erratzu, donde habia nacido su dueña
No obstante, el ejemplar de arquitectura palaciega más sobresaliente de Baztan lo constituye la casa Arizkunenea que, junto con el palacio Arozarena, ambos en Elizondo se hallan ligados al linaje de los Arizcun. Fueron patrocinados por uno de sus miembros, Miguel de Arizcun que, asentado en Madrid, alcanzó gran fortuna merced a los negocios, especialmente asientos militares, recibiendo además el título de marqués de Iturbieta. Él costeó ambas construcciones finalizadas para 1740 y envió ricos ajuares para alhajar ambos edificios.
Arizkunenea fue levantada en la década de 1740, junto al cercano palacio Arozarena, a instancias de Miguel de Arizcun, marqués de Iturbieta, que emigró a Madrid
Entre sus negocios destacó la provisión de municiones para el ejército