4 de octubre
Ciclo de conferencias
SANTUARIOS EN TIERRA ESTELLA
El santuario del Puy: arte e historia
Dña. Mercedes Osés Urricelqui (Centro de Estudios de Tierra Estella) y
D. Antonio Ros Zuasti (IES Tierra Estella)
Desde que Gutiérrez Eraso planteara la posibilidad de un estrecha relación entre la ciudad de Puy en Velay (entonces Occitania) y los pobladores principales de la fundación de Estella, hasta hoy, ya no cabe duda alguna de que los francos que acudieron atraídos por el Fuero trajeron consigo todos los símbolos y creencias de su cultura.
Entre otras devociones a santos y vírgenes, los occitanos se acompañaron de la veneración a la virgen del Puy. La leyenda habla de la aparición de la imagen en el año 1085 lo que pudo contribuir al éxito de la fundación de la ciudad. sin embargo la documentación no trata de la ermita del Puy hasta muy entrado el siglo XII, hacia el año 1171. Debía ser una pequeña iglesia en malas condiciones ya que unos años después, 1174 el obispo de Pamplona cede la iglesia para su reedificación a la cofradía de "los sesenta o de Santiago". Esta asociación, compuesta en un inicio, principalmente por francos, fue muy polémica. Participó en las luchas banderizas que dividieron en dos la ciudad. Por un lado estaban los Sesenta, por el otro los de la cofradía del monasterio de Salas. Estas luchas derivarían más tarde en los enfrentamientos entre los Ponces y los Learzas. Los reyes tuvieron que emplearse a fondo para imponer la paz. Hasta el punto en que tuvieron que suprimir la cofradía de "Los Sesenta".
El siglo XIV parece que es del inicio del esplendor de la iglesia del Puy. Carlos III pacifica la ciudad y fortalece la unión de los distintos burgos en un solo ayuntamiento. Los favores reales benefician al santuario del Puy. Los reyes le conceden las muy importantes rentas del molino de la tintura, situado en el río Ega y que solía estar arrendado a familias judías. En esas fechas es cuando probablemente se encarga la talla gótica de la Virgen del Puy, la que podemos disfrutar en la actualidad.
Una nueva época será la que oficialmente considere a la Virgen del Puy como patrona de la ciudad. El entusiasmo vendrá del fervor aumentado tras la batalla de Fuenterrabía de 1638. Los soldados de Estella que habían acudido a la llamada del rey Felipe IV se encomendaron a la Virgen del Puy. Como regresaron todos, lo consideraron un milagro. Se acordó celebrar las fiestas de la Virgen el día 8 de septiembre y el primer sábado de agosto.
Las guerras carlistas pretendieron convertir el Puy en un símbolo de los pretendientes. Allí fueron fusilados los generales carlistas en 1839, por lo que los carlistas acudían allí en peregrinación. Carlos VII durante su estancia en la ciudad, en 1874, entregó a la Virgen del Puy su sable personal que todavía se guarda junto al tesoro de la basílica.
LA TALLA DE LA VIRGEN DEL PUY
Respecto a la talla de la Virgen del Puy, está realizada en madera, revestida de chapa de plata y policromada en los rostros y manos; es una imagen gótica, probablemente del siglo XIV, que sustituyó a la talla original, posiblemente románica y parecida a la talla original de Puy en Velay. Desconocemos por qué y cuándo se realizó la sustitución. Al parecer en una cavidad de la cabeza guarda una caja cilíndrica de madera con tapa en la que según el Becerro del Puy se escondieron reliquias y los restos de la imagen anterior.
Destaca el rostro ovalado de la Virgen, inspirado en modelos franceses, y la boca apuntando una leve sonrisa que le otorga gran dulzura; presenta actitud serena y sonriente. El Niño, sentado sobre la rodilla izquierda de la Virgen, bendice.
Foto 1. Virgen del Puy de Estella (Foto Juan Terrados).
La imagen gótica ha experimentado cambios, debido a la devoción de los fieles que han tratado de dignificarla a lo largo de los siglos. En el s. XVII se le añade la corona de plata dorada y la media luna de plata en los pies de la Virgen. En el s. XVIII y hasta 1886 siguió el ejemplo de tantas otras imágenes medievales que se visten con mantos, y un óvalo que deja al descubierto el rostro. A finales del siglo XIX y principios del XX, el chapeado de plata que recubre a la imagen fue sustituido.
Foto 2. Virgen del Puy
Foto 3. Virgen del Puy con manto (s. XVIII-hasta 1886).
EL ARCA GÓTICA DE LA VIRGEN DEL PUY
Hasta el siglo XVII-XVIII, cuando la imagen se colocó en un retablo, la Virgen del Puy se guardaba dentro de un arca de roble, dorada y policromada, de origen gótico, en la capilla de la basílica. El arca, con disposición vertical, permanecía cerrada por lo que solo se mostraba la pintura de la Anunciación, que se realizó en el frontal de la puerta del arca. En las fiestas solemnes la puerta del arca se abría y durante ese día se podía ver la talla de la Virgen del Puy.
Foto 4. Arca-expositor gótica (finales s. XIV-prin. s. XV)
Foto 5. Arca-expositor gótica (Juan Terrados) |
Foto 6. Cara exterior de la puerta (Sergio Casi) |
Foto 7. Cara interior de la puerta (Sergio Casi) |
En la actualidad, la puerta y el arca se encuentran separadas y se desconoce desde cuándo. Está decorada en sus dos caras con pinturas en estilo gótico internacional del primer tercio del siglo XV, un estilo caracterizado por el uso de un rico colorido, con abundantes dorados, donde las figuras se estilizan, se ondulan y aparece el movimiento, principalmente reflejado en los ropajes. La cara exterior de la puerta está pintada con una escena de la Anunciación y la cara interior de la puerta presenta doce hornacinas talladas con arquillos góticos trilobulados, que enmarcan las imágenes pintadas del apostolado, con sus atributos identificativos, sobre fondo dorado y rico colorido de rojos y azules.
EL SANTUARIO DEL PUY
Respecto al santuario, nada queda del edificio medieval mandado construir por el rey Sancho Ramírez en el s. XII. A mediados del s. XVII se inicia la construcción de un nuevo edificio de estilo Barroco. Las obras se prolongan durante todo el s. XVIII y darán lugar a una iglesia de planta de cruz latina sin especial valor arquitectónico.
Foto 8. El santuario del Puy en 1910. Edificio barroco.
En 1928 el prior informa sobre el inminente peligro de hundimiento que corre el edificio y se optó por la construcción de uno nuevo. El proyecto se encargó al arquitecto pamplonés Víctor Eusa, quien lo entrega en 1929.
El 25 de mayo de 1930 se colocó la primera piedra y en 1932 ya se había puesto el techo y podía celebrarse Misa, aunque todavía quedaba pendiente toda la decoración.
Tras el paréntesis de la Guerra Civil y de los años más duros de la posguerra, en 1949, se produjo una remodelación del plano inicial por el mismo arquitecto, culminando la obra en el año 1951, empleándose los últimos años en la decoración del interior. Fue inaugurado en la fiesta de la Virgen del Puy de 1952 por el obispo de Pamplona. El gasto estimado ronda el millón de pesetas.
La decoración y amueblamiento corrió a cargo de numerosos artesanos estelleses (Cruz Ganuza y Félix Basarte, andamios y albañilería; Marino Echeverría, las rejas de la girola y del comulgatorio; Joaquín Errazquin, la araña central, regalo de Nicolás Ruiz de Alda; Agustín Chasco, la cantería; Fermín Errazquin, la hojalatería; Juan Domínguez, la electricidad; Felipe Poyal, la carpintería), aunque las obras más importantes se encargaron a las firmas más prestigiosas (Decoración de escayola a Francisco Letamendía, de San Sebastián; altar de mármol y alabastro al taller barcelonés de Ricardo Andreu; baldaquino al taller barcelonés de Pedro Corberó y las vidrieras, a la madrileña Casa Maumejean).
El nuevo edificio posee una planta en forma estrellada. Esta forma estrellada se repite en la cubierta de madera, en la decoración (lámpara central) y en el mobiliario, y alude a las estrellas que propiciaron el descubrimiento de la imagen de la Virgen del Puy. Tradición que quedó plasmada en unos versos colocados en la antigua capilla que decía: Esta es la estrella que bajo del cielo a Estella para reparo de ella.
La luz y su efecto fue una de las principales preocupaciones del arquitecto. El interior resulta fuertemente luminoso ya que el muro se abre con numerosos ventanales de vidrieras, lo que unido al material empleado para revestimiento, el ladrillo, y las formas decorativas apuntadas, otorgan al conjunto un aspecto de ligereza.
Esta basílica del Puy se puede considerar una de las obras más importantes de Víctor Eusa (influenciado por el modernismo vienés).
Foto 9. Interior de la basílica del Puy.