21 de junio
Ciclo de conferencias
EN TORNO AL PATRIMONIO CULTURAL EN EL VALLE DE BAZTÁN
La segunda vida de la Colección Lecároz
Arturo Ariño Plano
Director del Museo de Ciencias. Universidad de Navarra
El curso 1990-91 fue el último para el Colegio Nuestra Señora del Buen Consejo de Lecároz, que regentaban los PP. Capuchinos. A lo largo de su siglo de historia, varias generaciones de estudiantes se formaron en sus aulas gracias a la labor, el ingenio y la visión de sus profesores, ayudados por materiales docentes avanzados para su época. Entre ellos, destacaba su famoso Gabinete de Ciencias, que incluía una extensa colección de Historial Natural iniciada a finales del siglo XIX.
Formada en buena parte por los envíos de especímenes que hacían los misioneros de la Orden desde lugares remotos, preparados por taxidermistas, incluía también valiosas piezas adquiridas a proveedores de todas partes; parecía que, a pesar de las magras finanzas del Colegio, no reparaba en gastos en lo que consideraba una valiosa inversión en la educación de los internos. Otra fuente constante y abundante de fondos eran las donaciones de los numerosos benefactores del Colegio, que corrían con los gastos de la preparación de piezas capturadas para engrosar la colección en cantidad, calidad y variedad.
Con el cierre del Colegio y la posterior demolición en 2010 de los edificios históricos, esta colección caminaba hacia el olvido. El gobierno de Navarra adquirió las nuevas instalaciones del Colegio para crear un instituto, pero no se hizo cargo de una colección tan valiosa como costosa de mantener.
El P. Miguel María Andueza era el ministro provincial de los Capuchinos sobre cuyos hombros cargaba la decisión sobre el futuro de la colección; si ninguna institución la acogía, pronto se convertiría en un recuerdo que el tiempo desvanecería.
Cuando el entonces director del Departamento de Zoología de la Universidad de Navarra, Rafael Jordana, supo de este predicamento, reconoció el valor histórico y docente que podría tener la colección correctamente conservada, y convenció al rector, Alfonso Nieto, de que la universidad podía darle una segunda vida. Los contactos entre la Universidad de Navarra y los Capuchinos fructificaron en 1992 con la donación de la colección a la Universidad, a condición de que se expusiera al público.
Siguieron varios años de trabajo en el Museo de Zoología: revisar, tratar y documentar las piezas; construir 99 vitrinas en las que albergarlas; y crear la exposición abierta al público en el edificio de Ciencias que se inauguró en 1999, seguida de la exposición virtual iniciada en la web en 2005.
Muchas piezas se perdieron por el camino dado el estado de deterioro en que se hallaban, pero las 9.000 supervivientes, junto con otras colecciones, formaron la base de las Colecciones de Ciencias, un recurso docente ampliamente utilizado tanto por los alumnos de Ciencias como por los miles de visitantes, principalmente de colegios, que la exposición recibe cada año.
La colección Lecároz, junto con las otras colecciones del Museo, se revitalizó con la informatización de sus fondos y su incorporación a las grandes bases de datos mundiales de biodiversidad. Ahora, los investigadores de todo el mundo pueden conocer la composición de la colección hasta el último detalle; y pueden usar estos datos en sus investigaciones sobre el estado de la biodiversidad del planeta.
Próximamente se cumplirán 20 años de la segunda vida de la Colección Lecároz, pero no será sino el inicio de su siguiente etapa. La Universidad está embarcada en un gran proyecto para crear un nuevo Museo de Ciencias para investigar, educar y divulgar sobre la Naturaleza. En este nuevo proyecto, la Colección Lecároz seguirá teniendo mucho que decir, que enseñar, y que educar a las futuras generaciones de estudiantes y de personas comprometidas con el respeto y la conservación de nuestra “casa común” que es la Naturaleza.
El Gabinete de Historia Natural en el colegio de Lecároz, hacia 1920.
La Colección Lecároz en su nueva ubicación en las cinco plantas del Edificio de Ciencias.
Enseñando piezas de la colección a un grupo de colegiales.
El famoso “lobo de Lecároz”, una pieza de principios de siglo, conservado hoy en la Universidad de Navarra.