18 de octubre
Patrimonio iconográfico Jacobeo en Estella y entorno
Carmen Jusué Simonena
Historiadora
…en estos momentos necesitamos reencontrarnos con todo lo que acompaña y genera el Camino a Santiago: su sentido profundo y espiritual, la recuperación de las relaciones sociales, el intercambio de experiencias, y una actitud y un comportamiento siempre constructivo y respetuoso con la naturaleza.
Con estas palabras y acertado deseo, el rey de España, Felipe de Borbón, procedía el día 12 de julio de 2021 a la apertura oficial del Año Santo Compostelano en Roncesvalles, acompañado de todos los presidentes de las Comunidades Autónomas por las que transcurre la Ruta Jacobea.
La celebración del nuevo Año Jacobeo es en esta ocasión doble, y concita el interés, aún más si cabe, sobre diversos aspectos relacionados con la figura de Santiago, habida cuenta que la historia de las peregrinaciones al sepulcro del Apóstol han ido conformando, con el paso de los siglos, un riquísimo legado en todas las rutas hacia él.
En este contexto, el Camino de Santiago llegó a representar, desde los confines de Italia, Germania o Escandinavia hasta el Finisterre galaico, el signo más espectacular de concurrencia física y espiritual de individuos y muchedumbres. Vía de devoción, pero cauce también de bienes, sentimientos, saberes, convicciones y ensueños, la ruta de las peregrinaciones jacobeas fue sin duda la calzada europea por excelencia.
Las investigaciones o trabajos jacobeos han estado orientados en buena parte a todo aquello referente al Camino de Santiago en cualquiera de sus trayectos, a los diversos pueblos o regiones por los que discurre, a las manifestaciones artísticas, hospitalidad, culto, leyendas, cofradías, articulación del espacio, y a tantas y tantas maneras de culto referente a Santiago. En este sentido, la iconografía del Santo realmente no supone una novedad, pues ha sido tratada en múltiples estudios con gran detalle y acierto, sin embargo, el análisis completo de las advocaciones y manifestaciones iconográficas del Apóstol en una región son realmente escasas, o al menos poco conocidas. Por ello, hoy quiero recoger todas aquellas expresiones de culto y los diferentes aspectos iconográficos que presenta en Estella y su entorno, en las Tierras de Estella.
Viana. Iglesia de Santa María. Retablo de Santiago. Siglo XVII.
Cuatro son los itinerarios que conducen hacia Santiago y que, en Puente la Reina, en tierras españolas, confluyen en uno solo. Con este singular y claro resumen de geografía comienza la Guía de peregrinos de Aimerico Picaud, autor del Liber peregrinationis o Guía de la peregrinación que compone el quinto libro del Liber Sancti Jacobi, más conocido como Códice Calixtino, manuscrito realizado en el siglo XII, y en tan breve texto se intuye ya la función nuclear de Navarra como encrucijada de los caminos jacobeos de Europa, porque Navarra no es solo lugar de paso, ni siquiera un alto en el Camino, dado que por su condición de puerta occidental de la Península y, en consecuencia, plano de encuentro de las grandes arterias jacobeas, removió hasta lo más profundo las tranquilas aguas de su primitiva estructura social.
Por los collados pirenaicos de Somport e Ibañeta y con los peregrinos y su cortejo de aventurados negociantes circularon intensamente elementos fundamentales de la civilización europeo-occidental. La Canción de Roldán propagó el nombre de Roncesvalles por todos los rincones de Europa, y sus estrofas más conmovedoras debieron de resonar con fuerza en el corazón de los peregrinos, caballeros, clérigos y viajeros que entraban en Navarra, tierra de leyenda, encantos y misterio.
Santiago en el Espíritu. Culto y devoción al Apóstol
“El camino de estrellas que viste en el cielo significa que desde estas tierras hasta Galicia has de ir con un gran ejército... Y después de ti irán allí peregrinando todos los pueblos, de mar a mar, pidiendo el perdón de sus pecados... Y en verdad que irán desde tus tiempos hasta el fin de la presente edad” (Palabras del apóstol Santiago a Carlomagno, según la Historia de Turpín, del siglo XIII).
Estella. Iglesia del Santo Sepulcro. Detalle del friso del Apostolado.
En la figura central, imagen pétrea de Santiago Apóstol y Peregrino. Siglo XIV.
Según un bello relato, en una fecha imprecisa del siglo IX, posiblemente hacia el 830, durante el reinado de Alfonso II de Asturias, un ermitaño, de nombre Pelayo, observó ciertos fenómenos luminosos semejantes a una lluvia de estrellas cerca del lugar en que habitaba. Advertido Teodomiro –obispo de Iria Flavia–, acudió junto a sus fieles al lugar señalado, en el que encontraron una cueva que contenía un arca de mármol. Los restos de su interior se identificaron con los de Santiago el Mayor. Es un episodio en el que los datos reales –descubrimiento del sepulcro–, aparecen entretejidos con otros propios de tradiciones populares, pero que en definitiva explican los orígenes de Compostela. Efectivamente, cuando se produjo el descubrimiento, lejos estaba el obispo de Iria Flavia de imaginar las consecuencias que con el transcurrir de los siglos iba a tener este hallazgo, que han hecho de él uno de los lugares de peregrinación más importantes de la cristiandad. El culto a Santiago creó el Camino. El flujo de peregrinos, comerciantes o aventureros, continuamente renovado, especialmente numeroso en los Años Santos, ha hecho la historia de este Camino.
Establecimientos religiosos. Templos, capillas, ermitas, retablos
Habida cuenta que los diplomas de Alfonso III constatan la llegada de peregrinos a Compostela a finales del siglo IX, es lógico que a partir de entonces el incremento de personas hacia el sepulcro supondrá una rápida expansión del culto al Apóstol. Será, por tanto, a mediados del siglo X y sobre todo en el siglo XI cuando comienza a captarse como fenómeno habitual el tránsito de peregrinos, y es ese el momento a partir del cual pueden rastrearse las principales muestras devocionales al Apóstol. Por lo tanto, conviene preguntarse qué manifestaciones son las que se consideran como muestras de este culto, por lo que se ha considerado valorar, en un primer momento, la dedicación de los templos que tuvieron su origen en el culto a los mártires.
Estella. Basílica de Nuestra Señora del Puy. Puerta del arca que, según la tradición, albergaba la Virgen del Puy.
Siglo XIV.
En este sentido, puede decirse que las advocaciones a Santiago en edificios parroquiales o iglesias son bastante numerosas y muchas de ellas hunden sus raíces en la Edad Media. Importantes también serán las nuevas edificaciones de los siglos modernos y el siglo XX el momento en que se erigió la última parroquia de Santiago en estas tierras, concretamente en Pamplona. En tierras estellesas, destacan las advocaciones parroquiales a Santiago de Abárzuza, concretamente en Andéraz, Cabredo, Olejua y en el despoblado de Novar en Riezu, valle de Yerri.
También las ermitas tienen su importancia en el culto a Santiago, pues obedecen a un tipo de religiosidad complementaria en su entorno circundante. Las dedicadas al Apóstol son relativamente frecuentes. Son 24 las ermitas que han existido bajo la advocación de Santiago en Navarra, aunque la mayor parte de ellas ha desaparecido, quedando únicamente alguna noticia documental bastante tardía. Situadas preferentemente en las Cuencas prepirenaicas, zonas medias de Navarra y camino baztanés, algunas de ellas hunden sus raíces en época medieval, como la de San Felipe y Santiago de Estella, que en un principio pudo estar dedicada a Santiago el Menor, o la de Santiago de Lóquiz, en término de Ganuza.
Marañón. Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción. Retablo Mayor. Banco.
Tabla con cinco apóstoles, presididos por Santiago, de estilo hispano-flamenco. Siglo XVI.
Resultan bastante numerosos también los retablos bajo la advocación de Santiago, emplazados generalmente en iglesias consagradas al Apóstol y en aquellos lugares en que existía cofradía santiaguista. Realizados fundamentalmente entre los siglos XVI al XX, estos nuevos retablos se construyeron para adornar adecuadamente los templos, rendir culto y aumentar y promover la devoción, es decir, en muchos casos respondían a una idea de ostentación que quería dar a sus ritos la mayor solemnidad y brillo posibles. Una buena parte de ellos son retablos mayores emplazados en iglesias bajo su advocación, como es el caso de Cabredo, Olejua; otros se emplazan en localidades en que existía o existe una Cofradía de Santiago, lo cual resulta lógico, dado que las cofradías tenían frecuentemente altares bajo la advocación del santo venerado, como es el caso de Estella, Viana u otros como Cárcar, Lorca, Sesma o Zúñiga.
Iconografía de Santiago
Uno de los aspectos interesantes que pueden tratarse en torno a la figura de Santiago es el de su iconografía, habida cuenta que la manera de representar la imagen del Apóstol a través del tiempo, o de los diferentes estilos artísticos, resulta especialmente atractiva e incluso aleccionadora por el hecho de que muestra estados de opinión y predilecciones marcadas a través de circunstancias y épocas.
Los Arcos. Iglesia de Santa María. Santiago Apóstol y peregrino en el Retablo Mayor. Siglo XVII.
Desde el punto de vista iconográfico son tres los tipos de representaciones fundamentales que califican a Santiago: apóstol, peregrino y caballero. Lógicamente, el primero de ellos lo debe a la elección que de él hizo Cristo para enviarlo, como a los restantes apóstoles, a predicar el Evangelio, y como todos los discípulos directos de Cristo aparecerá representado en las diversas series de apostolados. La figuración de peregrino la obtuvo con el tiempo, habida cuenta que se considera el primer peregrino a Compostela, inicialmente en su predicación y después tras su martirio por mandato de Herodes Agripa I, entre los años 41 y 44.
La representación del apóstol Santiago como caballero ocupa un lugar importante dentro de su iconografía, relevancia que se acentúa por el hecho de tratarse de una variante hispánica que posteriormente se traspasará a tierras americanas. Frecuentemente la figura de Santiago caballero se ha visto inmersa en el mundo heterogéneo de los “jinetes vencedores” que se multiplican a lo largo de las iglesias medievales de Francia y España.
Cabredo. Iglesia de Santiago. Relieve de madera en la puerta de la iglesia representando a Santiago Caballero.
Siglo XVII.
Sin embargo, no son estas las únicas representaciones del Apóstol, pues la historia y la tradición han dado lugar a otras inspiradas en su predicación, martirio y su traslado a Compostela, creándose así un ciclo basado en los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles o en los admirables sucesos y milagros narrados por Jacobo de la Vorágine o en el Liber Sancti Jacobi, Códice Calixtino.
Así, al amparo de la memoria del Apóstol, las luminarias que alumbraron el hallazgo de su tumba no dejaron de resplandecer a lo largo y ancho de la Europa naciente, y no en menor grado los innumerables peregrinos del ayer y del hoy son los mejores testigos del Camino, pues no hay que olvidar que sus principales motivaciones son ver, contemplar, caminar y orar.
Porque el Camino, al igual que la belleza, no sabe de fronteras.