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La pieza del mes de febrero de 2007

EMPRESA DE LA REAL SOCIEDAD TUDELANA DE LOS DESEOSOS DEL BIEN PÚBLICO (Mateo González, 1779)

Pablo Guijarro Salvador
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

Las Sociedades Económicas de Amigos del País constituyeron uno de los principales cauces de penetración y difusión de la Ilustración en España. La idea tuvo su origen en la famosa Sociedad Bascongada, impulsada por el conde de Peñaflorida, autorizada en 1765. Su éxito fue tal que Campomanes en su Discurso sobre el fomento de la industria popular (1774) propuso la creación de instituciones similares para que colaborasen con el gobierno en su programa de reformas. Formadas por las clases cultas y dirigentes locales, su misión fue conocer la situación económica y social de su territorio, fomentar la agricultura y la industria, educar profesionalmente a campesinos y artesanos, atender a los pobres, etc. A partir de 1775, siguiendo el modelo de la creada en Madrid, se fueron fundando numerosas Sociedades por toda la geografía nacional.

Una de estas corporaciones ilustradas se creó en Tudela en 1778, con el nombre de Real Sociedad Tudelana de los Deseosos del Bien Público. Esta es la fecha de su aprobación oficial, puesto que, en realidad, desde 1773 una decena de tudelanos venía reuniéndose en unas tertulias, denominadas conversaciones, en torno a la figura de Francisco Magallón, V marqués de San Adrián. A estas tertulias también acudiría en calidad de “alumno” el famoso marqués de San Adrián retratado años más tarde por Goya. A la Sociedad Económica se fueron incorporando los principales personajes de la Tudela del momento, incluidos los obispos de la nueva diócesis. En su seno se desarrollaron numerosas actividades, la mayoría de tipo teórico. Entre lo más destacado, la construcción y establecimiento de la Real Casa de Misericordia, labor que le fue encomendada por su fundadora, María Huarte. A pesar de la paulatina decadencia en la que entró a los pocos años, la Sociedad consiguió recuperarse y vivió una etapa de esplendor durante el siglo XIX, logrando sobrevivir hasta el precario estado actual.

Todas las Sociedades de Amigos del País tienen en sus estatutos un epígrafe dedicado a la empresa, formada por una imagen simbólica a la que acompaña un mote o lema que resume el sentido de la composición. En la de Tudela, el título IX de sus estatutos dice lo siguiente:

“Se ha elegido para empresa de la Sociedad una medalla en que se represente la felicidad, bajo la forma de una venerable matrona en pie, con el caduceo en la mano diestra, y en la siniestra la cornucopia, símbolo de la abundancia, con una inscripción en la basa o pedestal de esta figura, que diga: Felicidad. Pondrase debajo un corazón, exhalando vivas apacibles llamas con esta letra:

Ardiente aspiro, y anhelo
al bien de mi patrio suelo.

Alude a que el principal conato de la Sociedad se encamina a desterrar el ocio, beneficiar los campos y promover la industria, madre de la abundancia, íntimamente unida con la felicidad”.


Siguiendo estas instrucciones se realizó un primer diseño que aparece grabado en la Historia y Estatutos de la Sociedad, publicados en Pamplona en 1778 (fig. 1). Su autor es desconocido, aunque bien pudo ser algún platero local, la clase de artífice que asumirá este tipo de encargos hasta que se desarrolle el arte del grabado en la Academia. Claramente inspirada en la alegoría de la felicidad de Ripa, una hierática y casi frontal matrona, vestida de blanco, sostiene en su mano izquierda la cornucopia y en la diestra el caduceo, símbolo la primera de abundancia y riquezas, y el segundo de paz, virtud y sabiduría. Pisa un mínimo pedestal en el que se inscribe la palabra felicidad. La figura queda enmarcada por un doble óvalo, el exterior a modo de corona de laurel, y el interior con el corazón llameante exhalando el lema de la Sociedad. En la parte inferior, rudimentariamente compuestos, un olivo, una viña y lo que podrían ser unas espigas. Todo el diseño se remata al exterior con una decoración de rocalla.



Grabado de la portada de Historia y estatutos de la Sociedad  Tudelana de los Deseosos del Bien Público (1778)

Grabado de la portada de Historia y estatutos de la Sociedad 
Tudelana de los Deseosos del Bien Público
 (1778)


La baja calidad de este primer diseño causó una mala impresión a los socios: “a todos ha desagradado la lámina y para la otra impresión creo se mudará de artífice”, afirmaba uno de ellos. Aparecía nada menos que en la portada de la primera publicación de la nueva Sociedad, que se estaba remitiendo a aquellos destacados personajes que se quería engrosaran la lista de miembros. En consecuencia, encargaron un nuevo diseño al grabador Mateo González. Figura indiscutible del grabado zaragozano del momento, ya tenía experiencia en este tipo de composiciones emblemáticas, puesto que había realizado la empresa de la Real Sociedad Económica Aragonesa (1777). Para la ciudad de Tudela haría años más tarde una lámina con Santa Ana en su baldaquino.

En esta segunda versión (fig. 2), la matrona adopta una postura más movida, con su atuendo trasluciendo la anatomía y el manto agitado. Porta con naturalidad la cornucopia y el caduceo, y se sitúa sobre un doble pedestal, uno con la palabra felicidad y otro con el corazón llameante y el lema de la Sociedad. Todo ello aparece enmarcado por un óvalo liso, que en su parte superior sostiene una orla decorativa formada por cornucopias, espigas de trigo, ramas de olivo y racimos de uva, referencia a las riquezas del campo tudelano, que serán objeto de los trabajos de los Amigos del País. En la parte inferior izquierda, unos libros recordarían su labor intelectual y el globo terráqueo aludiría a la totalidad y la universalidad del saber y del conocimiento. Los instrumentos dispuestos en la parte inferior derecha simbolizan la industria y el comercio que la Sociedad se encargará de fomentar: la sierra y el mazo del artesano, y el fardo los intercambios comerciales. Además, una paleta y pinceles, y la escuadra y el compás aluden a las clases de pintura y dibujo que muchas Sociedades pusieron en marcha para educar a la clase trabajadora. Sin embargo, la Tudelana no creará su escuela de dibujo hasta bien avanzado el siglo XIX. Finalmente, en primer plano, en la parte inferior, están dispuestos una serie de aperos de labranza sobre un pequeño montículo, algo para lo que Mateo González se inspiró en el emblema que había realizado para la Sociedad Aragonesa.


Grabado de Mateo González (1779)

Grabado de Mateo González (1779)
 

Con su empresa la Sociedad Tudelana quiso representar las intenciones de progreso, felicidad y servicio al bien público que guiaron su trabajo. Son los mismos objetivos que se plantearon las numerosas Sociedades Económicas que se crearon por toda la geografía española, de ahí que el lema y algunos de los símbolos se repitan en las empresas de muchas de ellas. Éste de Mateo González para la de Tudela aparecerá después de los preliminares en las Memorias de la Sociedad, publicadas en 1787, obra en la que sus socios dieron a conocer sus primeros años de actividad.


BIBLIOGRAFÍA:
CASTRO ÁLAVA, José Ramón, Los Amigos del País y su ambiente histórico, N.T.C.P., nº 150, Pamplona, Diputación Foral de Navarra, 1972.
ENCISO RECIO, Luis Miguel, “Las Sociedades Económicas de Amigos del País”, en Historia de España (fundada por Ramón Menéndez Pidal). La época de la Ilustración. vol. I. El Estado y la Cultura (1759-1808), Madrid, Espasa-Calpe, 1987, pp. 13-56.
GONZÁLEZ ECHEGARAY, Carlos, Los emblemas de las Sociedades Económicas de Amigos del País, Madrid, Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País, 1999.
Historia y Estatutos de la Sociedad Tudelana de los Deseosos del Bien Público, Pamplona, Oficina de José Miguel de Ezquerro, 1778.
MARTÍ, Marc, “Emblemas y lemas de las Sociedades Económicas de Amigos del País. Análisis de un discurso de intenciones”, en Brocar, nº 19 (1995), pp. 189-209.
ROY SINUSÍA, Luis, El arte del grabado en Zaragoza durante los siglos XVIII y XIX, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2006.