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La pieza del mes de enero de 2010

RETRATO DE LA REINA DOÑA BLANCA EN SANTA MARÍA LA REAL DE OLITE

Mercedes Jover Hernando
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

 

En el siglo XV la corte del Reino de Navarra tenía en el Palacio de Olite una de sus residencias principales y más suntuosas. Con la Reina Doña Blanca (1358-1441) hija de Carlos III el Noble y Leonor de Trastámara y madre del Príncipe de Viana, Olite siguió siendo una importante sede real. Su primer matrimonio con Martín de Sicilia le llevó a aquellas tierras del Mediterráneo donde todavía se guarda de ella grata memoria, como mujer sensible y como legisladora moderna. Tras enviudar en 1409 regresó a Olite en 1415, fijando en este solar su residencia y casando en segundas nupcias con el infante don Juan de Aragón en 1420. La muerte le sorprendió en tierras castellanas, con motivo del matrimonio de su hija Blanca. De salud delicada, su fallecimiento provocó luchas por la sucesión en el viejo Reino, para el que su reinado significó un momento de austeridad. 

Su relación con Olite ha quedado inmortalizada en la única escultura que se conoce de esta reina, cuyo retrato, cual figura regia y devota, ha presidido el acceso al claustro que antecede la iglesia de Santa María de Olite, que ella misma financió, hasta el año 2006. 


Imagen frontal y reverso de Dª Blanca tras su tratamiento. 

Imagen frontal y reverso de Dª Blanca tras su tratamiento. 
 

Esta efigie de la reina Doña Blanca de Navarra nos muestra a una dama suntuosamente ataviada a la moda francesa de la época, con brial bordado y amplio manto, prendas que caen en gruesos pliegues, destacando su tocado de cuernos (el cabello en un recogido que forma dos puntas laterales sobre el que cae el velo) sobre el que se alza la corona, en el que todavía se aprecian restos del dorado y policromía originales; ricos collares completan el atuendo. El tiempo ha borrado del rostro las carnosas mejillas y los pequeños labios que esbozaban la sonrisa con la que la retrató, presumiblemente, el escultor de origen borgoñón Johan Lome de Tournai. Doña Blanca aparece orante, de pie, con las manos unidas y sosteniendo una filacteria con la inscripción MATER MEU DE. Se alza sobre una peana con sus armas (escudo partido, 1 cuartelado de Navarra y Evreux; 2 cuartelado en aspa de Aragón, Castilla y León) que sostiene un lebrel sobre hojas de castaño y hace pareja con la Virgen con el Niño, hacia quien dirige su oración. 

Esta delicada imagen tallada en estilo gótico en pleno siglo XV, hacia 1432, ha sufrido durante décadas el rigor atmosférico de la intemperie, que había debilitado la piedra arenisca que constituye su soporte (105 x 40 x 35 cm) Por ello el Departamento de Cultura y Turismo-Institución Príncipe de Viana la retiró en el año 2006 para aplicarle un tratamiento de conservación y restauración que frenase el deterioro, consolidase el soporte, retirase la suciedad acumulada (costra negra de contaminación, morteros y cementos añadidos, musgos y ataque biológico), mejorase su empobrecido aspecto y garantizase su conservación.
 

Detalle del tocado con restos de policromía original

Detalle del tocado con restos de policromía original

El desmontaje de la talla para que se le pudiese aplicar el tratamiento reveló una fina escultura de bulto redondo que conservaba, aunque mínimos, algunos restos del dorado y policromía con los que fue terminada. El acabado pictórico de la escultura monumental era algo nos sólo frecuente sino casi obligado en la época. Estos pequeños restos lo evidencian y nos lo recuerdan.

Finalizado el tratamiento especializado de conservación y restauración, el retrato real se exhibió temporalmente en el propio Palacio de Olite, para que pudiese ser admirada en toda su amplitud.

Original de la imagen en el interior del templo

Original de la imagen en el interior del templo

Réplica de la imagen en su lugar de origen

Réplica de la imagen en su lugar de origen

Su delicado estado de conservación, su importancia iconográfica (no son tantos los retratos reales de época que se conservan) y artística (es obra atribuida al artista de la corte de los Evreux, Johan Lome de Tournai) hicieron que los responsables del patrimonio cultural de Navarra, contando con el visto bueno de la parroquia y la Diócesis, titulares del bien, hayan realizado una réplica de la imagen, que es la que luce in situ desde el 30 de diciembre de 2009, mientras que la original se custodia bajo un arcosolio adaptado al efecto, en el interior de la iglesia de Santa María la Real de Olite, a resguardo del agua, del viento y de los cambios bruscos de temperatura y humedad, que minarían la integridad de esta importante talla gótica.

BIBLIOGRAFÍA
Steven Janke, R., Jehan Lome y la escultura gótica posterior en Navarra, Pamplona, Diputación Foral de Navarra, 1977, pp. 173-176.
García Gaínza y otros, Catálogo Monumental de Navarra III. Merindad de Olite, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1985, pp. 283-284. 
Martínez de Aguirre Aldaz, J., Arte y Monarquía en Navarra 1328-1425, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1987, pp. 324-325. 
Ramírez Vaquero, E., Historia de Navarra II. La Baja Edad Media, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1993, p. 41. 
Martínez de Aguirre, J., y Menéndez-Pidal, F., Emblemas heráldicos en el arte medieval navarro, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1996, p. 217.