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La pieza del mes de 2014

MEDALLA DE LA ASOCIACIÓN EUSKARA DE NAVARRA, CONCEDIDA A PABLO SARASATE 

Eduardo Morales Solchaga
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

En el Museo Sarasate, dependiente del Archivo Municipal de Pamplona, se preserva la medalla que brindó al insigne violinista la Asociación Euskara de Navarra, corporación cultural de cierto recorrido durante el último cuarto del siglo XIX. Su principal objetivo, según su acta fundacional de 1877, fue “conservar y propagar la lengua, literatura e historia vasco-navarra, estudiar su legislación y procurar cuanto tienda al bienestar moral y material del País”. En ella participó buena parte de la intelectualidad navarra del momento, aunque la falta de fondos y las disensiones internas entre fueristas y liberales la hicieron desaparecer en la práctica en 1885, si bien mantuvo cierta actividad hasta 1897.

Acuñada en plata (4.6 cm.), presenta ambas caras decoradas. Según descripción de la época: “En el anverso se halla grabado el roble de Guernica, coronado por la Cruz o Lau-buru, sosteniendo en el tronco el escudo de Navarra, con corona real, y divisándose en el fondo del cuadro siete montañas, representación de las siete provincias euskaras de una y otra margen del Bidasoa. Las leyendas que ostenta son las siguientes: NAFARROKO EUSKARAZKO ELKARGOA [ASOCIACIÓN EUSKARA DE NAVARRA] - JAUNGOIKOA ETA FUEROAK. [DIOS Y FUEROS] En el reverso aparece un círculo vacío destinado a grabar el nombre del premiado o la dedicatoria, circundado de hojas de roble entrelazadas con eslabones de cadenas. La leyenda es la siguiente: ASOCIACIÓN EUSKARA DE NAVARRA, fecha y nombre de localidad”. En el caso de la que aquí se estudia, se grabaron en ella el nombre del agraciado y la fecha de concesión, el 14 de julio de 1882.


Medalla. Anverso

Medalla. Anverso
 

El origen es preciso encontrarlo en un acuerdo de la citada institución en 1880, con objeto de ofrecerlas a los premiados de los juegos florales, competición intelectual de carácter periódica organizada por la citada institución - en Vera de Bidasoa en agosto de aquel año -. El diseño de la misma fue realizado por Juan Iturralde y Suit, “uno de los inteligentes socios de la Euskara, que maneja con tanta habilidad la pluma como el pincel”. Su ejecución se encomendó a D. J. Kummer, grabador alemán establecido en la Villa y Corte, donde también se realizaban los estuches de las mismas. Según la documentación conservada, se acuñaron en oro, plata, bronce y cobre. El diseño de Iturralde, difundido por una litografía de Francisco Cortés, traspasó las fronteras españolas, siendo utilizado incluso por el Centro Gallego de Buenos Aires para premiar sus propios juegos florales de 1881.

De todos modos, las medallas de la Asociación Euskara no quedaron restringidas únicamente a los citados certámenes, sino que también se ofrecieron a sus asociados y colaboradores, e incluso al propio Ayuntamiento de Pamplona - a partir de 1884 -, que a su vez las brindaba como premio en sus certámenes de San Fermín, en los que el propio Sarasate actuó como jurado desde 1882 a 1886.

Por la inscripción de la medalla se conoce que le fue entregada a finales de las fiestas pamplonesas de 1882, que ese año contaron con la actuación conjunta de varios ilustres virtuosos, en cuyo honor la Asociación de Comercio e Industria erigió un arco de triunfo de carácter efímero, en la confluencia de la Calle Chapitela y la Plaza del Castillo. Entre los intérpretes destacó el binomio Gayarre - Sarasate, si bien también participaron Manuel Pérez, director de la orquesta del Teatro Real; Ruperto Chapí, eminente compositor, y los maestros navarros Emilio Arrieta, Dámaso Zabalza y Guelbenzu. De estas memorables actuaciones, que abarcaron hasta el día 13, da cuenta al por menor la prensa de la época, así como las memorias de los dos insignes navarros, que vieron la luz de la mano de Julio Enciso y Julio Altadill, respectivamente.

Medalla. Reverso

Medalla. Reverso
 

Tras este triunfo sin parangón, la Asociación Euskara debió de regalar la medalla a Pablo Sarasate, En este sentido es preciso recordar el carácter éuskaro - realzado por Arturo Campión en el prólogo de sus memorias- a la vez que nacional del propio violinista, que, sin ir más lejos el día 11 había ejecutado una pieza que respondía al título de “Capricho vascongado”, algo precisamente muy propio de un “bardo éuskaro fascinador”, en palabras de Altadill. A la muerte de Gayarre, al igual que buena parte de sus memorabilia, fue entregada al Ayuntamiento de Pamplona, que la ha custodiado convenientemente en el Archivo Municipal de Pamplona, y posteriormente en el Museo Sarasate.

Para finalizar, cabe destacar que también fue agraciada con la misma distinción la reina María Cristina durante su visita a Pamplona el 26 de septiembre de 1887. Recibió a una representación de la sociedad, encabezada por Nicasio Landa, que le explicó sus orígenes y finalidad, toda vez que le agradeció enormemente haber pronunciado algunas palabras en euskera, algo que un monarca español no realizaba desde Carlos V. Por ello le obsequiaron con una medalla de bronce, con su correspondiente caja de marfil, en cuyo reverso se le engarzó en oro una dedicatoria en vascuence: “B. M. Erregiñ Erondari María Kristinari”. 
 

BIBLIOGRAFÍA
-ALTADILL, J., Memorias de Sarasate, Pamplona, Aramendía y Onsalo, 1909.
-ENCISO, J., Memorias de Julián Gayarre, Madrid, Imprenta de Enrique Rubiños, 1891.
-MANTEROLA, J., “Medallas y sellos euskaros. Medalla de la Asociación Euskara de Navarra” en Euskal-erría: revista bascongada de San Sebastián, t. 9 (1883), p. 441.
-MANTEROLA, J., “Miscelánea” en Euskal-erría: revista bascongada de San Sebastián, t. 1 (1880), p. 30.
-MANTEROLA, J., “Miscelánea” en Euskal-erría: revista bascongada de San Sebastián, t. 5-7 (1882), p. 127.
-MORALES SOLCHAGA, E., “La colección de medallas del Ayuntamiento de Pamplona” en Estudios de Platería: San Eloy 2013, Murcia, Universidad de Murcia, 2013, pp. 379 - 397.