La pieza del mes de abril de 2021
GRABADO CALCOGRÁFICO DE LA VIRGEN DE LA CERCA DE ANDOSILLA
Ricardo Fernández Gracia
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
Universidad de Navarra
Tras la publicación de nuestra monografía sobre la estampa devocional en Navarra (Madrid, Fundación Ramón Areces, 2017), siempre fuimos conscientes de que, en algunas colecciones, o en el comercio y subastas, aparecerían nuevos ejemplares para añadir a los grabados calcográficos estudiados y catalogados. La previsión nos falló, pues hasta ahora casi no hemos tenido conocimiento de otros y apenas hemos podido añadir el que aquí presentamos. Se trata de un ejemplar estampado en tafetán amarillo, dedicado a la Virgen de la Cerca de Andosilla, que ha puesto amablemente a disposición José María Muruzábal, a quien agradecemos la deferencia.
La composición se encuadra en una orla mixtilínea de tornapuntas típicamente rococó, con una zona destinada a la inscripción en la parte inferior y un par de jarrones a plomo, con los extremos del frontón de remate. La imagen se encuentra delante de un roquedo, rematado por una torre de grandes sillares. A ambos lados, un árbol y un templo, que aludirá a la ermita de la Virgen. La Virgen asienta sobre una gran peana, viste manto y delantal y luce rico rostrillo y airosa corona. En la parte inferior, unos arbustos y plantas hablan del lugar de la aparición.
La interpretación iconográfica del icono mariano, que se ubica delante de un enorme torreón de un complejo amurallado, nos lleva directamente a la leyenda de Nuestra Señora de la Cerca que recogió Rufino Oyón en su Compendio histórico y novena de la Virgen de la Cerca, publicado en 1886. Según este autor, en un documento en pergamino que conservaba don Domingo Moreno, en la segunda mitad del siglo XVI, un tal José María Amatriain ocultó en el siglo VIII la imagen, que más tarde sería hallada, ya en el siglo XIII. Ambos hechos habrían tenido lugar junto al complejo defensivo del torreón del castillo y su cerca.
La imagen fue venerada y en su antiguo santuario se podían contemplar varios exvotos, hoy desaparecidos o ilocalizables. La antigua ermita se rehízo prácticamente en 1951. En 1995 se inauguró otra totalmente nueva en un nuevo paraje más céntrico. La antigua se ubicaba en el extremo del Arrabal, al pie de un alto torreón, construido, según la leyenda, bajo la dominación musulmana.
No deja de llamar la atención que el grabado fue costeado por un miembro de la familia Amatriain, como veremos, y que uno de los exvotos del santuario también tuvo como protagonista a una niña del mismo clan familiar. La pintura del exvoto tenía la siguiente inscripción: “La niña Lorenza Romana Laparra y Amatriain, hallándose gravemente enferma, la encomendaron sus piadosos padres a la Virgen de la Cerca, y consiguió una completa y repentina salud, con grande admiración de los facultativos, año 1772”. La tradición y estos dos hechos vinculan de un modo claro la relación especial de la imagen con los que llevaban aquel apellido de Amatriain.
El ejemplar del grabado estudiado no lleva fecha alguna, pero su estilo con tornapuntas y rocallas nos sitúa en la década de 1760, algo que también puede desprenderse de quienes aparecen en el contenido de la inscripción que reza así: “Vº Rº de Nª Sª DE LA / CERCA, q. se venª en su / Capilla extramuros de la Villa de Andosilla Reyno de Navarra / Rezando una Salbe o Ave María delante d esta Stª Imagn o sus Estamps / se ganan 280 ds de Indulgs condedids por los Emmos Cards Cordova y Sn Carlos y Illmo / Arzobpº de Pharsalia A devocn de D. Jph dela Parra y Amatriain nl d dhª Villa”.
Grabado de la Virgen de la Cerca de Andosilla.
El promotor de la plancha para estampar, don José de Laparra y Amatriain, nació en Andosilla, en cuya parroquia fue bautizado el día 11 de octubre de 1719 (Libro IV de Bautizados 1700-1743, fol. 52v.). Sus padres fueron José de Laparra y Navarro y Josefa Amatriain Teres, que habían contraído matrimonio el 3 de marzo de 1710 (Libro de Casados 1685-1767, fol. 39). Es muy posible que su vida transcurriese fuera de su localidad natal, ya que su rastro se pierde en los libros sacramentales.
Al cardenal Córdoba habrá que identificarlo con don Luis Fernández de Córdoba, promovido a la dignidad cardenalicia en diciembre de 1754, sin título, y en agosto de 1755 fue designado arzobispo de la sede primada de Toledo. Falleció en marzo de 1771. El arzobispo de Farsalia en aquellas fechas del tercer cuarto del siglo XVIII pudo ser don Manuel Quintano de Bonifaz, inquisidor general, que lo fue con aquel título desde 1749 y falleció en 1774. Con el título de cardenal San Carlos no sabemos a qué purpurado se puede referir. Con toda seguridad, las solicitudes de aquellas indulgencias, al igual que en otros casos, serían solicitadas por el mecenas de la estampa, don José de Laparra y Amatriain.
Amén de la devoción del mencionado promotor, hay que hacer notar que el culto a la citada imagen experimentó un enorme crecimiento en aquellas décadas del siglo XVIII. Así, en 1759 se hizo una novena, trasladando la imagen a la parroquia, en 1767 se hizo otra novena, en 1775 otras dos, y en 1785 y 1786 otras más. En 1796 y 1798 se repitieron aquellas funciones que, casi siempre, estaban motivadas por las sequías. Incluso un devoto residente en Valladolid de Michoacán, don Francisco Ximeno, destinó al fallecer para la Virgen de la Cerca seis candeleros de plata, en 1796 (Libro de Difuntos desde 1790, fol. 41v.).
Al igual que otras estampas de este tipo, el profesor Carrete Parrondo escribió certeramente en el prólogo a la monografía antes citada:
Es sobradamente conocido que las estampas han sido desde el siglo XV al XIX el medio de difusión más importante tanto de imágenes como de ideas. Su carácter múltiple es su característica más genuina, no existe un único ejemplar, lo que se busca es que existan muchas reproducciones idénticas a partir de una lámina de cobre grabada. Si esta característica la aplicamos a las estampas de contenido religioso, las llamadas estampas de devoción, nos daremos cuenta de la importante función que desempeñaron en la formación de las mentalidades de la época y, por lo tanto, lo fundamental que es su conocimiento para la Historia, ya sea del pensamiento como del arte.
En cuanto al promotor, se adivina una especial querencia, posiblemente desde fuera de la tierra natal, por el hecho de recalcar en la inscripción que era natural de la villa de Andosilla. No fue ni el primero ni el último. La finalidad, obviamente, fue la de colaborar con la difusión del culto a la imagen, algo que en aquel contexto resultó acorde con los datos que hemos aportado. El impulso de la devoción fue, sin lugar a duda, su finalidad primordial. Todas aquellas imágenes iban destinadas –como los lienzos de advocaciones de Vírgenes, a manera de “trampantojos a lo divino”, o como hagiografías en papel– a las gentes sencillas, en quienes inspiraban el mismo respeto y piedad que los retablos, esculturas y pinturas de los templos, a la vez que por un módico precio podían disponer de sus imágenes preferidas para satisfacer sus devociones particulares. De ese modo, el interés de cofrades y devotos por poseer los “verdaderos retratos” y las “milagrosas imágenes” tal y como se veneraban en las iglesias quedaba plenamente compensado al adquirir en las sacristías, porterías de conventos, santuarios, ferias festivas, libreros, estamperos o buhoneros, las estampas de su devoción.
Aquellas imágenes en papel constituyeron el mejor ejemplo de comunicación masiva y popular en siglos pasados, con una presencia en la vida de nuestros antepasados de todo el espectro social, como objetos de contemplación en la vida cotidiana. Hay que recordar que se encontraban en las humildes casas, pegadas a la pared con obleas de pan o rústicas tablas, y también en mansiones y palacios de buena posición. En estos últimos casos se colocaban ricamente enmarcadas y decoradas con lentejuelas, puntillas doradas y otros adornos, buscando el lujo y la riqueza junto a aquellos objetos en sí pobres.
Estos grabados, junto a medallas, medidas, escapularios y gozos, forman parte de un conjunto de piezas que las personas requerían para ver y tocar algo relacionado con la dimensión espiritual del conjunto de principios abstractos e inmateriales que regulan las relaciones entre el hombre y la divinidad. Esos objetos permitían una conexión más intensa e íntima entre el citado binomio, a la vez que constituían genuinos testigos de la práctica religiosa cotidiana de distintas generaciones de fieles, de sus sentimientos y de sus devociones
La calcografía como modelo de una litografía de 1881
Como ocurrió con otras estampas abiertas a buril en el siglo XVIII, como la Virgen del Yugo de Arguedas, el modelo dieciochesco sirvió para la realización de litografías a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX. El grabado del que acabamos de dar cuenta de la Virgen de la Cerca se copió en litografías de dos tamaños en 1881, a costa del capellán del santuario, don Adrián de Goicoechea. El litógrafo que hizo aquella labor fue Sixto Díaz de Espada, nacido en 1826 y fallecido en 1913. Regentó su establecimiento de imprenta, librería y litografía en la calle San Nicolás y el paseo de Valencia de Pamplona y de él salieron diversas ediciones entre 1859 y 1891.
Litografía de la Virgen de la Cerca de Andosilla.
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
Archivo Diocesano de Pamplona. Libros Parroquiales de Andosilla.
Diario de Navarra, 14 de marzo de 1913, p. 1. Dato procedente del Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico de Navarra, que agradecemos a Roberto San Martín.
FERNÁNDEZ GRACIA, R., Imagen y mentalidad. Los siglos del Barroco y la estampa devocional en Navarra, Madrid, Fundación Ramón Areces, 2017.
FERNÁNDEZ GRACIA, R., Versos e imágenes. Gozos en Navarra y en una colección de Cascante, Pamplona, Universidad de Navarra-Fundación Fuentes Dutor-Vicus, 2019.
GÓMEZ ALONSO, F., “Imprentas e impresores durante los siglos XVII-XX”, La imprenta en Navarra, Diputación Foral de Navarra-Institución Príncipe de Viana, 1974, pp. 232-233.
OYÓN, R., Compendio histórico y novena de la Virgen de la Cerca, 1886.
PÉREZ SÁNCHEZ, A. E., “Trampantojos a lo divino”, Lecturas de Historia del Arte. Ephialte (1992), pp. 139-155.
PORTÚS, J. y VEGA, J., La estampa religiosa en la España del Antiguo Régimen, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1998.