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La pieza del mes de enero de 2023

UN GRABADO INÉDITO DE SANTA ANA DE TUDELA REALIZADO EN SANTIAGO DE COMPOSTELA, A INSTANCIAS DE BASILIO DE GANTE, HACIA 1735

Ricardo Fernández Gracia
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
Universidad de Navarra

Hace un par de años añadimos una calcografía, concretamente la de la Virgen de la Cerca de Andosilla, al corpus de estampa devocional de Navarra que publicamos hace cinco años (Madrid, Fundación Ramón Areces, 2017). Trabajos como este último siempre se engrosan con nuevos ejemplares que aparecen en algunas colecciones, en el comercio y las subastas. En esta ocasión, vamos a tratar de un grabado calcográfico inédito de la patrona de Tudela, santa Ana, que se encuentra en la colección del Seminario de Vitoria. Se trata de un ejemplar rarísimo y desconocido hasta la fecha.


Grabado de santa Ana de Tudela, realizado por Miguel Varela, en Santiago de Compostela, bajo el patrocinio de don Basilio Camargo, hacia 1735. Colección del Seminario de Vitoria.

El grabado y su cronología

Es un grabado de mediano tamaño, cuyas medidas son 180 x 230 mm (estampa) y 154 x 215 mm (mancha). Su inscripción reza así: “Stª ANA / Patrona de dha Ciud  / Verdº Retrº de la Milagrª Ymagn de mi Sa Sta ANA q se venera en la muy insigne Iglª Co / legial de Sª MARIA de la muy Noble y leal Ciud de Tudela, en el Reyno de Navarra / El Yllmº Sr D IOSEPH DE HYERMO I SANTIBAÑES, Arcpo y Señor de SANTIAGO concedio / 80 dias de indulgencia todas las vezes q rezaren un Padre Nro y Ave Mª delte esta Sta Imagn Hizo / se a devon de D Basilio de Gante, coronel del Regimiº de Infanteria de Navarra / Michael Varela sculº.”.

Iconográficamente, poco difiere de la imagen tal y como se presenta y venera actualmente en su capilla tudelana y de las reproducciones que conocemos del icono, especialmente de la más antigua de la que teníamos constancia hasta el presente, obra de Mateo González (1784) realizada con motivo de la erección de la colegiata tudelana en catedral. La imagen obedece al tipo de santa Ana triplex y luce rico delantal, manto, tocas y la inconfundible diadema con los rayos mayores rectos rematados en estrellas y otros menores flameados. La peana barroca que reproduce el grabado, hoy no conservada, con sus grandes gallones, debió de existir en realidad, ya que se reproduce en un trampantojo de la imagen conservado en las Carmelitas Descalzas de Araceli de Corella, que sigue el modelo que nos ocupa en otros aspectos como la vestimenta y enjoyado, mucho más rico en la pintura.

La peana y los detalles del icono sugieren que el promotor de la estampa presentó al grabador un dibujo de la imagen que pudo solicitar a la capital de la Ribera navarra. El protagonismo es para el icono, pues su retablo u hornacina quedan solo referenciados en el medio punto con su cortinilla recogida a ambos lados y unas molduras barrocas laterales rematadas por jarrones, en un esquema muy usual en la estampa devocional.

La cronología viene dada por el pontificado del arzobispo de Santiago de Compostela que concedió las indulgencias, don José del Yermo Santibáñez (1728-1737). Este prelado era natural de Madrid, estudió teología en Alcalá y fue canónigo en su colegial. En 1720 fue designado obispo de Ávila y en 1728, arzobispo de Compostela, en donde protagonizó sonados enfrentamientos con el cabildo catedralicio.

Tratando de afinar la cronología del grabado de santa Ana, es más que probable que se hiciese con motivo de las fiestas y celebraciones que vivió la ciudad de Tudela, en 1735, con motivo de la orden real de octubre de aquel año, suspendiendo la bula papal por la que el deanado de Tudela se anexionaba a la mitra de Tarazona, lo que dio lugar a festejos especiales celebrados los días 1, 2, 17, 18, 19, 20, 21, 22 y 23 de noviembre. La alusión en el texto a la “muy insigne iglesia colegial” pudiera ser un apoyo, aunque es una terminología muy utilizada en los siglos del Antiguo Régimen. Por lo demás, hay que recordar el contexto socio-devocional en torno a santa Ana en Tudela. Su capilla se había erigido entre 1712 y 1725 con gran orgullo de la ciudad, como muestran algunas de sus coetáneas. Años más tarde, en 1737 y 1751, sus superintendentes contrataron el retablo-baldaquino con Juan Bautista Eizmendi y José Ortiz respectivamente, dando como resultado uno de los proyectos más interesantes de esa tipología en Navarra tanto por su planta y alzados como por la combinación de ricos materiales.

El promotor

El promotor de la estampa fue un tudelano ausente de su patria chica, actuando como lo hiciera otro regnícola famoso, don Norberto de Arizcun, con respecto a san Fermín, años atrás en 1714, cuando encargó la plancha de la célebre estampa Bernard Picart. El tudelano en cuestión fue, como hemos visto en la inscripción, don Basilio de Gante, bautizado en la parroquia de la Magdalena de Tudela el 17 de junio de 1679, hijo –al parecer natural– de don Diego de Gante y Ovando y doña María de Huarte, siendo apadrinado por don Lucas de Castejón. Ingresó en la milicia a los quince años en el Tercio de los Verdes mandado por don Diego de Ávila, llegando a ser coronel del Regimiento de Navarra y mariscal de campo. Participó en las campañas del Rosellón y en el sitio de Barcelona de 1697. Por sus méritos obtuvo en este último año un Real Despacho por el que se le concedió un escudo de ventaja. Pasó a Sicilia en la rebelión de Messina y participó en varias acciones de la Guerra de Sucesión, cayendo prisionero en Zaragoza. A las órdenes del duque de Berwick participó en el cerco de Gaeta en Italia, pasando más tarde a Galicia y a la guarnición de Ceuta, en donde participó en 1732 para sofocar una revuelta. Con posterioridad, entre 1742 y 1749, desempeñó el cargo de gobernador en Cartagena de Indias, construyéndose bajo su mandato el fuerte de San Sebastián del Pastelillo (1743). El Archivo de Simancas conserva una petición suya de 1752 solicitando el aumento de sueldo por el tiempo que fue gobernador en Cartagena de Indias (Archivo General de Simancas, leg. 6799, 38). En aquel periodo americano se documenta la orden real para que se hiciese cargo de la reliquia del protector de aquella plaza, el jesuita san Francisco de Regis, para colocar en la catedral.

Contrajo matrimonio en Denia en agosto de 1717 con doña María Ana Campaña del Real, natural de Granada, hija del teniente general don Manuel García de Campaña y Salcedo. En 1721 se bautizó a un hijo del matrimonio en Pamplona. Hizo su testamento en Sevilla en 1754. Su viuda se avecindó en Arganda del Rey, desde donde solicitaba en 1776-1777 que se le diese el tratamiento que le correspondía como viuda de mariscal de campo e hija de teniente general (Archivo Histórico Nacional, Consejos, 31454, Exp. 11).

El autor de la estampa fue el pintor establecido en Santiago de Compostela Miguel Varela, que firma asimismo un grabado del baldaquino de la catedral de aquella ciudad, recientemente estudiado por Miguel Taín, durante el pontificado del arzobispo Herrero Esgueva (1723-1727), con gran probabilidad hecho para los preparativos del Año Santo de 1728 con el fin de distribuirlo entre los peregrinos. Esta última obra es la única que se conoce del citado maestro Varela, a la que añadimos ahora esta de santa Ana. Por lo demás, al artífice se le documenta como pintor años más tarde, concretamente en 1743, para pintar, dorar y estofar el arca de los ornatos de la coronación de Carlos III, y en 1751 para componer con pintura la Puerta Santa.

Queda por establecer la circunstancia de cómo entró en relación don Basilio de Gante con el círculo gallego del arzobispo y el grabador. Habría que pensar, en principio, en un destino del militar en aquellas tierras gallegas o alguna relación muy directa, antes de haber partido para Cartagena de Indias. Las indulgencias del obispo compostelano y la autoría gallega de la estampa no parecen dejar otra opción. Si solo fuesen las gracias del prelado, eso era algo muy usual, el pedirlas a distintos obispos, arzobispos y cardenales por parte de instituciones y particulares, pero si a esa circunstancia añadimos la autoría, el asunto es mucho más evidente.

El múltiple valor de la estampa

El interés de esta obra es por tanto múltiple, por tratarse de la primera estampa devocional documentada hasta el presente de la patrona de Tudela y por ser la única conocida en territorio foral con origen gallego. A ambas consideraciones hemos de unir la importancia de la figura de su promotor, el militar de dilatada y sobresaliente carrera don Basilio de Gante que, como otros hijos de la capital de la Ribera navarra, sintió la necesidad de hacerse notar en el contexto de lo que Caro Baroja denominó como “Hora Navarra del XVIII”. La presencia de don Basilio de Gante en Santiago de Compostela la documenta Martínez-Radio, en 1727, pero obviamente debió de estar en aquellas tierras algo más tarde, cuando en el pontificado se abrió la estampa de santa Ana.


FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

FERNÁNDEZ GRACIA, R., “Patronos, proyectos y artistas durante los siglos del Barroco”, La catedral de Tudela, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2006, pp. 287-315.

FERNÁNDEZ GRACIA, R., Imagen y mentalidad. Los siglos del Barroco y la estampa devocional en Navarra, Madrid, Fundación Ramón Areces, 2017.

MARTÍNEZ-RADIO GARRIDO, E., La organización de las milicias en Asturias bajo el reinado de Felipe V y el Regimiento Provincial de Oviedo, Madrid, Ministerio de Defensa, 2013.

MENÉNDEZ PIDAL DE NAVASCUÉS, F., “Los Gante españoles”, Hidalguía, núms. 5 y 6 (1954), pp. 313- 328 y 485-508.

PORTÚS, J. y VEGA, J., La estampa religiosa en la España del Antiguo Régimen, Madrid, Fundación Universitaria Española, 1998.

SERRANO GARCÍA, M., El gobierno espiritual de Cartagena de Indias, Bogotá, Academia de Historia Colombiana, 2021.

TAÍN GUZMÁN, M., “El altar mayor de la catedral de Santiago en tiempos del arzobispo Herrero Esgueva (1723-1727): el grabado del pintor Miguel Varela adquirido por un peregrino”, Cuadernos de Estudios Gallegos, LXVIII, núm. 134 (2021), pp. 267-306.