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La pieza del mes de septiembre de 2024

PALIO BORDADO EN ORO DE 1856 DE LA PARROQUIA DE SAN SATURNINO DE PAMPLONA

Alicia Andueza Pérez
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro

Este palio, preparado para portarse con seis varas, está formado por un cielo de raso blanco de factura moderna y caídas de tela de plata bordadas ricamente en oro. La tela de las caídas es un tejido de plata de gran riqueza que presenta un fino dibujo de hilos entramados. En la parte interior del cielo aparece una custodia con el anagrama IHS en el centro y sobre una nube blanca. Está bordada al sobrepuesto con cierto relieve y confeccionada con hilos de plata y oro. A su vez, las caídas frontales presentan una decoración a base de rameados vegetales que acogen racimos de uvas y espigas de trigo y que ostentan en su parte central una tiara papal, cruz patriarcal de doble travesaño y las llaves de san Pedro, una de oro y otra de plata, llaves del cielo y de la tierra como símbolo del poder de atar y de desatar. En las caídas laterales y entre los mismos motivos decorativos, es el escudo de la parroquia de San Cernin con la estrella y la media luna el que ocupa la parte central de la caída.

Los distintos bordados están confeccionados en varios puntos de oro llano al sobrepuesto con cierto relieve, como setillos y empedrados. Estos puntos tienen como base una serie paralela de hilos de algodón sobre los que se tienden varios torzales redondos, que se unen entre sí y se sujetan al lienzo con puntadas de seda anarajanda en los espacios que dejan libres los hilos de algodón, creando una decoración de ajedrezado. Por otro lado, la mayor parte de las hojas y rameados están realizados en bordado al picado, en el cual el hilo va cubriendo alternativamente el anverso y reverso del tejido; mientras que algunos puntos están formados por medio de cordoncillo de oro.

Una cenefilla a modo de retorcha ajedrezada, rematada por seda roja, recorre la parte inferior de las caídas y algunas zonas de la parte superior. Esa misma seda roja aparece también perfilando algunos motivos decorativos, como los racimos de uvas. Asimismo, en la parte superior y entre los fragmentos en los que se dispone la referida cenefilla, algunas zonas presentan una malla de hilos de plata. El forro de raso banco es de factura posterior, así como unos apliques que presenta en los extremos laterales y que seguramente se deben a una intervención más tardía. Las caídas se rematan con un precioso flecaje de oro salpicado de lentejuelas y rematado con borlas.

En cuanto al origen y cronología de la obra, podemos considerarla una pieza propia de mediados del siglo XIX de estilo historicista. En las actas de la obrería se recoge que en 1856 un devoto, del que no se conoce su identidad, entregó al entonces párroco de la iglesia, don Melchor de Irisarri, un palio de gro de seda plateado que podemos identificar con el que aquí se analiza. Es necesario precisar que el gro es un tejido de seda semejante al tafetán y al glasé pero de más cuerpo, como el que portan las caídas a día de hoy. Solía hacer distintos dibujos, como cordoncillo o acanalados, y había distintas variedades, como el gro de Tours, de Nápoles o de Indias.

Posteriormente, en 1926, Albizu hace referencia a este palio recogiéndolo en un inventario de la parroquia como un palio de tisú de plata bordado en oro a gran relieve en todas sus caídas. No obstante, refiere que el palio en cuestión se armaba sobre ocho varas y no sobre seis, como es el caso de esta pieza. Debido a los apliques posteriores que presentan las caídas, pensamos que, en una fecha posterior a la referida, se llevó a cabo una intervención en el palio reduciendo el cielo y las caídas para adaptar su tamaño a seis varas.

Como hemos referido, el principal motivo decorativo que porta este palio son las armas de la parroquia, propias del burgo de San Cernin, que han sido estudiadas desde el punto de vista heráldico por Menéndez Pidal. Como signo identificativo y de posesión, al estar personificado el burgo en su iglesia, esta las consideró como suyas poniéndolas en todo lo que le pertenecía: armarios, confesionarios y ornamentos como el que aquí analizamos. En este sentido, otras prendas litúrgicas, como el terno de tisú de plata que en 1777 encargó la Obrería a la fábrica toledana de los Molero, o el conjunto barcelonés de raso blanco bordado en oro que regaló el que fuera párroco de la iglesia, don Melchor de Irisarri, en 1868, portan también los mismos motivos de la estrella y media luna.

Es preciso señalar que el palio o dosel de comitiva fue sin duda la pieza más señalada de los menajes textiles procesionales, cumpliendo su función como signo exterior de autoridad, poder y distinción. En Navarra son varias las noticias documentales sobre la hechura de esta pieza litúrgica, siempre asociada a templos de cierta entidad y normalmente para ser utilizada en la festividad del Corpus Christi. Los primeros datos se centran en el siglo XVI y apuntan al palio bordado que el artífice Pedro Fuertes, vecino de Tudela, realizó en 1560 para el recibimiento en esa ciudad a la reina Isabel de Valois. También significativo fue el caso del palio que encargó y sufragó el regimiento pamplonés en 1598 al ser el antiguo que tenían pequeño para el templete de plata que regaló el entonces obispo de Pamplona y gran mecenas de la catedral, don Antonio Zapata, y que fue hecho por el insigne orfebre pamplonés José Velázquez de Medrano. El nuevo palio fue realizado por el bordador Miguel de Sarasa, uno de los más destacados de este oficio suntuario en Navarra, y para su hechura empleó los mejores materiales, como oro de Milán o tafetán blanco de Valencia. Costó 1 197 reales y fue estrenado junto con el referido templete en la procesión del Corpus Christi de ese año. Siglos después, concretamente en 1849, el mismo Ayuntamiento de Pamplona emprendió la hechura de un lujoso palio que se estrenó en la procesión del Corpus de ese mismo año y que se recoge en un lienzo de Mariano Sanz y Tarazona.

Además, la propia parroquia de San Saturnino de Pamplona contó con otros palios en fechas anteriores, como en el siglo XVII, cuando consta que don Jerónimo de Ibero, caballero de Santiago y sargento mayor del presidio de Pamplona, donó 50 ducados para hacer con ellos un terno blanco y un palio del mismo color que estuviera a la altura de la devoción de la Virgen del Camino; o ya en el Setecientos, cuando la hermandad de sastres regaló también un palio a la iglesia.

Estos apuntes documentales, representativos de otros muchos sobre la realización de esta pieza litúrgica en Navarra, se suman a las obras de este tipo que se conservan en Navarra. Destacan sin duda los palios de Peralta y Milagro, realizados por los bordadores barceloneses José Velat y José Estruch en 1772 y 1777 respectivamente, y el regalado por don Agustín de Jáuregui y Aldecoa, caballero de Santiago, gobernador y capitán general de Chile y desde 1780, virrey, gobernador y capitán general del Perú, a la parroquia de Lecároz. A estos hay que sumar el palio de Jueves Santo de la catedral de Pamplona que aprovecha bordados del siglo XVIII y que fue restaurado en el año 2003 por la Fundación Fuentes Dutor.

FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA

Archivo de la Parroquia de San Saturnino de Pamplona, Libro de Inventarios de las alhajas y ornamentos y autos varios de la obrería, 1624-1700; y Actas de la Obrería, n. 432.

Archivo Diocesano de Pamplona, C/46, n.º 54, Inventario general de la parroquia de San Saturnino de Pamplona.

ALBIZU Y SAINZ DE MURIETA, J., San Cernin. Reseña histórico-artística de la iglesia parroquial de San Saturnino de Pamplona, Pamplona, Aramburu, 1930.

ANDUEZA PÉREZ, A., El arte al servicio del esplendor de la liturgia: el bordado y los ornamentos sagrados en Navarra. Siglos XVI-XVIII, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2017.

DÁVILA CORONA, R. M. y otros, Diccionario históricos de telas y tejidos, Salamanca, Junta de Castilla y León, 2004.

FERNÁNDEZ GRACIA, R., “Restaurado el palio de Jueves Santo de la catedral de Pamplona”, Diario de Navarra, 13 de abril de 2003, p. 56.

HUESO PÉREZ, A., “Documentos del Archivo Municipal de Pamplona que contribuyen al conocimiento de la pintura navarra del siglo XIX: nuevas obras del pintor Mariano Sanz y Tarazona (1829-1876)”, Pieza del mes, Aula Abierta, Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro, junio 2022.

MENÉNDEZ PIDAL, F., “Emblema heráldico del burgo de San Cernin”, en Pamplona y San Cernin 1611-2011. IV Centenario del voto de la ciudad, Pamplona, Ayuntamiento de Pamplona, 2012, pp. 56-57.