La pieza del mes de febrero de 2025
LA BANDERA DE LA VILLA DE FITERO
Ricardo Fernández Gracia
Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro
En los siglos del Antiguo Régimen no conocemos datos precisos de cómo era la bandera del regimiento de Fitero. Con gran probabilidad fue el pendón de la cofradía de la Vera Cruz la enseña municipal. Esta hermandad figura entre las más antiguas de la localidad y junto a las de San Miguel, Santa Lucía y el Santísimo Sacramento, fueron fundadas en tiempos del abad fray Miguel de Egüés y Pasquier, en la primera mitad del siglo XVI. Su patronato lo ejerció el regimiento que, todavía en 1805, designaba al abad y mayordomos de la misma “en conformidad del estilo y costumbre observada inviolablemente desde inmemorial”. Cuando la corporación municipal acudía a actos cívicos y religiosos se hacía acompañar del pendón o estandarte de la cofradía y en destacadas páginas de la historia local, como el famoso motín de 1675, los testigos declaran acerca de la presencia del citado emblema como símbolo corporativo amenazado por el poder del abad y monasterio.
En 1833 se ordenó realizar una “para las procesiones y otros actos públicos, por estar la vieja inútil”, que se sustituiría por otras a lo largo de los siglos XIX y XX (1853, 1881, 1912 y 1945), todas ellas con la imagen de la Virgen de la Barda. De la de 1853 nos aporta alguna noticia la petición que hizo el párroco fray Joaquín Aliaga al obispado de Tarazona el día 30 de agosto de aquel año en aras a proceder a su bendición. Así se expresa en su carta manuscrita a la autoridad diocesana: “El Ayuntamiento siempre que acude a la iglesia en Corporación, acostumbra a llevar la bandera con el emblema de la Patrona del pueblo María Santísima de la Barda y que la que ha estado usando hasta el día estaba bastante deteriorada y ha mandado hacer una nueva que estrenarán en la fiesta de este año, el 11 de septiembre”. A continuación, expresa los deseos de la Corporación municipal para que se bendiga y pide autorización para proceder de acuerdo con las instrucciones que se le den y las rúbricas adecuadas. Desde el obispado condescendieron a que lo hiciese el párroco con la oración del Ritual correspondiente a la bendición de imágenes. La ejecución de aquella bandera de 1853 se hizo, junto a otra negra en Zaragoza. Ambas importaron 1.085 reales, y al mismo tiempo y en la misma ciudad se hicieron unos tapices para los balcones que costaron 255 reales. La bandera de 1881 se realizó por acuerdo municipal de 17 de julio, conjuntamente con otros tapices para los balcones de la casa del Ayuntamiento, por estar los antiguos muy envejecidos.
Corporación municipal de Fitero en 1916, con el abanderado Eloy Andrés
De la bandera de 1912, poseemos un testimonio mucho más elocuente, una larga crónica periodística, firmada con el pseudónimo de “Chantecler”, en el número correspondiente al día 16 de junio de 1912 del semanario La Voz de Fitero. Allí se da cuenta de su realización en el colegio de las Hermanas de Santa Ana, del que era superiora la Hermana Petra Goñi, expertísima bordadora, como había demostrado unos años atrás, en 1891, en el manto y delantal de la Virgen de la Barda. En esta ocasión, la dirección del proyecto la llevó a cabo otra veterana religiosa, la Hermana Antonia Itarte, la misma que estuvo al frente de la escuela de párvulos entre 1908 y 1911, junto a otras dos religiosas de la misma congregación de Santa Ana. El encargo por parte del Ayuntamiento estuvo motivado por las celebraciones en Pamplona del Centenario de la batalla de las Navas de Tolosa. Entre la información acerca de la pieza se anota que se estrenó el día del Corpus y que medía 1,25 x 1,55 cms. Contaba con una lujosa asta de metal plateado, rico fleco y cuatro borlones y un lujoso portabanderas de terciopelo granate. Respecto a los motivos bordados, afirma la misma crónica: “En el centro de una de sus caras aparece pintada la imagen de Nuestra Señora de la Barda sobre unas nubes bordadas de una preciosa tonalidad y con una corona tan bien bordada que parece metálica con piedras preciosas y colocada la Virgen entre dos ramos de palmas de un matizado perfecto, unidos en la parte inferior por un lindo y artístico lazo granate. En los ángulos superior izquierda e inferior derecha está bordado el escudo de Fitero que, como es sabido, consta de un romero y una cepa en la que se destacan perfectamente unos racimos de uva y en los ángulos superior derecho e inferior izquierda se halla la cruz de Calatrava y uniendo los escudos de los cuatro ángulos se encuentra una orla formada por una bonita guirnalda de hojas de palmas de una bien entendida coloración…”.
Una nueva bandera se pintó y bordó en 1945 y, de nuevo, estuvo a cargo de las Hermanas de Santa Ana, respetando fidedignamente, en el anverso y reverso, todo el programa iconográfico que venía recogiendo elementos y símbolos de la historia de la villa, más olvidados.
Pasemos a los motivos iconográficos y simbólicos de la bandera. El protagonismo de la imagen de la Virgen de la Barda en el centro del anverso es fundamental como signo de identidad de la localidad desde que en 1785 se le hizo un voto especial, que acabaría suplantando en el patronazgo a la Inmaculada Concepción, que lo era desde mediados del siglo XVII. En el reverso una cruz latina sobre fondo morado y con la inscripción Cruz de color madera en el reverso, con la inscripción: “IN HOC SIGNO VINCES - ES DE LA VILLA DE FITERO”, como recuerdo de la vieja enseña de la Vera Cruz, cofradía de patronato municipal, a la que nos hemos referido al comienzo de este texto.
Homenaje del Ayuntamiento a don Miguel de los Santos Díaz y Gómara en 1921
Tanto la imagen mariana como la cruz, que son los grandes motivos de la bandera, aparecen orlados con una palma y un laurel, símbolos del triunfo y la inmortalidad.
En las esquinas y alternando aparece la cruz de Calatrava -flordelisada y roja- y el escudo de Fitero con sus armas: la vid y el romero, que fueron emblema, al menos desde 1653, en tiempos de enfrentamiento con el abad y el monasterio. La cruz de Calatrava se añadiría al emblema heráldico municipal muy tardíamente, posiblemente, en torno a 1946, cuando la figura de San Raimundo de Fitero, en su segundo monumento conmemorativo, se reivindicó, si cabe más, junto a la epopeya de su orden militar de Calatrava. De hecho, desde las últimas décadas del siglo XIX su figura vino siendo protagonista de distintos homenajes, como procesionarse en las fiestas patronales o dedicarle el gran paseo. Su figura fue considerada como propia del pueblo, como antes lo había sido del monasterio.
Corporación municipal con el abanderado al frente en 1959
Finalizo con un testimonio sobre el acato y homenaje a la bandera municipal que observó el que fue secretario municipal durante más de tres décadas, entre 1969 y 2001, Antonio Sayas. En varias ocasiones me ha comentado que, entre lo que más le llamó la atención en sus primeros desfiles cívico-religiosos con la corporación, allá por el día del Corpus de 1969, recién llegado al pueblo, fue el respeto que el vecindario tenía a la bandera, algo que se traducía en cómo todos los hombres, sin excepción, se quitaban la boina de los días de fiesta, al paso de la corporación municipal con la bandera. A ello añadiremos el saludo en forma de solemne inclinación de cabeza y de ósculo que todos los concejales y autoridades daban y dan a la bandera antes de ser recogida para ser izada en el balcón. No estamos seguros sobre si el testimonio de una crónica de 1925, se refiere a la bandera municipal. Es posible que sí. Con ocasión de una jornada de adhesión a Primo de Rivera y un Te Deum, cantado en la parroquia, al salir la enseña por la puerta del ayuntamiento viejo, se nos refiere que “Al aparecer la Bandera en la puerta de la Casa de la Villa, la banda de música interpretó briosamente la Marcha Real, y el numeroso público allí estacionado la saludó respetuosamente descubierto, tributándole una gran ovación”. No creemos que se refiera a la bandera de España, porque en actos corporativos, rarísimamente ha acompañado al ayuntamiento.
El último recuerdo que puedo aportar sobre la emoción de la antigua Plaza de la Villa con la bandera, es el que protagonizó el alcalde Carmelo Aliaga, en 1979, haciéndola tremolar vibrantemente durante varios intensos minutos en un memorable fin de fiestas de septiembre, en la balconada corrida del viejo Ayuntamiento, al poco de comenzar el periodo democrático.
Procesión de las fiestas patronales en 1966, presidida por Mons. José María García Lahiguera
FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA
Archivo Municipal de Fitero. Libro de Cuentas de Propios 1818-1839, cuentas de 1833; Libro de Cuentas 1839-1868, cuentas de 1853 y Libro de Acuerdos Municipales 1876-1882, fol. 208
Archivo Diocesano de Tarazona. Sección Bienes. Fitero, 1853
Diario de Navarra, 27 de enero de 1925, p. 1
FERNÁNDEZ GRACIA, R., La infancia de don José María García Lahiguera. Fitero, Comisión I Centenario José María García Lahiguera, 2003, pp. 80-81
FERNÁNDEZ GRACIA, R., Ocho siglos de historia, arte y devoción en Fitero. La Virgen de la Barda: de titular del monasterio a patrona de Fitero, Pamplona, Parroquia de Santa María la Real, 2018, pp. 69-71
La Voz de Fitero, 16 de junio de 1912, núm. 11
OLCOZ YANGUAS, S. y FERNÁNDEZ GRACIA, R., “La bandera de Fitero”, Programa de fiestas de Fitero 1983