San Francisco Javier invocado para tomar estado
A la intercesión de san Francisco Javier se recurrió, en siglos pasados, como abogado contra la peste y la plaga de la langosta, en la hora de la muerte, para ir a misiones, o al emprender un largo viaje marítimo. También se le encomendaron algunas personas a la hora de tomar estado. Las estampas, en este último caso, lo proponen como “Patronus de vitae statu deliberantium”. En general, no se trata de un tipo iconográfico especial, sino de situarnos ante su imagen, bien como peregrino, apóstol de las Indias, o en la mismísima escena de su muerte. A algunas de ellas ya nos referimos en un trabajo sobre los patronatos del santo, en el Catálogo de la Exposición de 2005.
Grabado del siglo XVIII que muestra a Javier como patrono para tomar estado. Javier, Fondo Schurhammer
Entre los grabados que lo representan para la referida intercesión, destaca por su singularidad y oportunidad el que figura en la obra del jesuita André Eschenbrender (1676-1739), dedicada a San Francisco Javier y titulada Instructio pro eligendo vitae statu clara, brevis et solida et variis probatisque Authoribus excerpta, Omnibus de certo Vitae genere statuendo deliberantibus…, editada en 1717 y reeditada en varias ocasiones. En la realizada en Colonia, en 1733 (Sump. Wilh. Meternich), se incorporó una estampa firmada por J. A. Friedich, correspondiente al grabador Jacob Andreas Friedrich (1684-1751).
El grabado nos presenta a un joven noble ricamente vestido, con un Crucifijo en las manos e iluminado por un gran sol con el anagrama del nombre de Jesús -emblema de los jesuitas-, ante un elegante bufete, en el que se encuentra el libro de los Ejercicios Espirituales de san Ignacio de Loyola. A sus espaldas figura un cuadro con la Gloria y Cristo triunfante con una cruz y un esqueleto con la guadaña. La parte inferior de la composición la ocupan símbolos y atributos de todo lo que se relaciona con las glorias del mundo: un violín (música), distintas armas y yelmos (carrera militar), collares, condecoraciones, coronas y capelos cardenalicios (honras civiles y eclesiásticas), libros (cultura), monedas (riqueza), así como un cuerno de la abundancia junto a la esfera terrestre. La intencionalidad de esta auténtica vanitas nos la aclara la inscripción inferior que identifica al joven Javier en el momento de su conversión, cuando san Ignacio le preguntaba de qué le servían las glorias de este mundo si perdía su alma. Su texto reza: “S. Fran. Xaverius de statu vitae deliberans / Quid prodest homini iucundum universum lucretur / animae suae destructam patiatur”. Obviamente, se eligió aquel momento decisivo en la vida de Javier para representar en la estampa e ilustrar un libro sobre la materia.
Grabado del santo como abogado para tomar estado, realizado por Jacob Andreas Friedrich (1733). Javier, Fondo Schurhammer
El tema de la vanidad del mundo fue uno de los preferidos del Barroco. Para aludir a las misma siempre se acudía a joyas, armas, relojes, juegos, escudos nobiliarios, armas y libros que hablaban de todo lo perecedero. En caso de Javier y su conversación con san Ignacio, cuando éste le esgrimió el argumento sobre ganar el mundo y perder la eternidad, se avenía perfectamente con el tema de lo perentorio de las cosas terrenas. De hecho, los elementos que aparecen en el grabado de Friedrich ya se habían utilizado en otras estampas relativas a Javier, según se desprende de los trabajos y la tesis doctoral de Gabriela Torres. Nos detendremos en la que figura en la Vita S. Francisci Xaverii Soc. Iesu Thestibus Philosophicis illustrata (Viena, 1690), editada y estudiada por la referida investigadora, con numerosos grabados inspirados en las vidas ya conocidas del santo. En una de sus ilustraciones encontramos a san Ignacio hablando al joven Javier, vestido con rico atuendo. A sus pies aparecen un violín, otro instrumento de cuerda, una partitura, una corona alusiva a las glorias mundanas, una corneta referida a la fama, así como unas talegas con dinero y una baraja. Al fondo una gran mesa de estudio con numerosos libros, una esfera del mundo y un cuadro con la imagen de la Virgen con el Niño. A la postre, los mismos elementos que en la estampa de Friedrich que ilustra la obra del jesuita André Eschenbrender.
Para saber más
BACKER, A y A., Bibliothèque de la Compagnie de Jésus, vol. III, Louvain, Editions de la Bibliothèque S. I., 1890, cols. 428-429
FERNÁNDEZ GRACIA, R., “San Francisco Javier patrono. Imágenes para el taumaturgo de ambos mundos”, San Francisco Javier en las artes. El poder de la imagen, Pamplona, Fundación Caja Navarra, 2006, pp. 154-199
TORRES OLLETA, G., Redes iconográficas. San Francisco Javier en la cultura visual del Barroco, Madrid, Universidad de Navarra – Iberoamericana, Vervuet, 2009
Vita Thesibus et Vita Iconibus. Dos certámenes sobre San Francisco Javier, Ed. de M. G. TORRES OLLETA, Pamplona, Reichenberger-Griso-Cátedra de Patrimonio y Arte Navarro, 2005