El organista de la catedral de México, confidente de don Juan de Palafox
Recientemente, hemos analizado un conjunto de cartas de distintas personas dirigidas a don Juan de Palafox, obispo de Puebla, en cuanto se conoció su regreso a España. A los sentimientos por su marcha, algunos remitentes aprovecharon para hacerle confidencias sobre asuntos varios que van desde sus problemas personales e institucionales, de la Audiencia, de la Universidad o de los cabildos municipales y catedralicios hasta, en muchos casos, noticias de cuanto se vivía en la capital novohispana en aquel periodo de interinidad con el obispo gobernador, Marcos de Torres y Rueda, sin obviar temas como el de la corrupción y la codicia.
Entre los remitentes encontramos a personas de todo el espectro social, como magistrados, comerciantes y alto clero, personal de la Real Audiencia, Universidad de México, personas sencillas y distintas profesiones como escribanos, militares, oidores y, regidores, comerciantes, criollos, frailes de diferentes órdenes, sin que falten algunos personajes curiosos, como doña María Altamirano y Ponce de León, mujer del militar desertor don Pedro Vélaz de Medrano y Manso de Zúñiga. Nombres los de algunos harto conocidos en las relaciones del obispo de Puebla y otros menos por pertenecer a la órbita de las amistades personales y más lejos de tener una proyección pública, contabilizándose también mujeres y monjas de clausura. Una de las cartas está redactada en nahualt.
La carta señalada con el número veintitrés, corresponde a Fabián Pérez Ximeno y se fecha en la capital novohispana el 22 de enero de 1649. Sin lugar a dudas, hay que identificar a su autor con el célebre organero, organista, compositor y maestro de capilla de la catedral de México, que nació en 1595 y falleció en 1654, que obtuvo el cargo de segundo organista de aquella catedral en 1625, primero, en 1642 y seis años más tarde el magisterio de la capilla musical. El texto de su carta habla de una amistad y conocimiento de Palafox muy cercano y es un testimonio más de la relación del obispo Palafox con la música, avalada por otros datos poco conocidos como la demanda que hizo de tiples a sus agentes en Madrid en 1642, para lo que deberían hacer gestiones con el maestro de la capilla real. La carta comienza dando cuenta al obispo de Puebla de cómo ha conocido su partida a través de una carta que le dio el maestrescuela y su texto reza: “no me puedo persuadir a que se haya de ejecutar, si ya no es que por mis pecados y los de este reino quiere Dios castigarnos, porque si vuestra excelencia se va, es cierto que su Divina Majestad empieza a castigarle que, hasta aquí, todas han sido amenazas. Triste de toda esta nueva España, si vuestra excelencia le falta, porque con su ausencia falta el consuelo a todos estados, el amparo a los pobres, el ejemplo a los más religiosos, la enseñanza a sus fieles y aún a los más remotos, la justicia en los jueces. Fáltanos el padre, el pastor, el maestro y, finalmente, la luz, antorcha de toda virtud. Y a mí, como tan de cerca me alcanza, lo siento en lo íntimo de mi alma y tanto que, sólo vuestra excelencia, con su entender, puede juzgar de mi amor qué grado será esto. A vuestra excelencia, si que le es tan bien el irse al lado de su rey y señor, porque creo que necesita de su persona para sus aciertos y buenos sucesos de España y para que desde allá remedie lo que no ha podido presente en esta ciudad. Yo, señor excelentísimo, poco tengo que ofrecerle, pero eso poco, con muy gran amor lo ofrezco a los pies de vuestra excelencia. Y si conviene que le vaya sirviendo atropellaré con las obligaciones de mis hijos y las dejaré y le iré sirviendo. Dios disponga lo que nos convenga y guarde a vuestra excelencia muchos años”.
Las simpatías del músico por la causa reformadora palafoxiana tenía sus raíces. Lo prueba el hecho de que el padre Francisco de la Canal, jesuita que informaba puntualmente a Palafox de cuanto se urdía contra él en el seno de la Compañía, junto al virrey y la inquisición, en un momento en que la comunicación entre ambos tenía sus dificultades, se sirvió para correo seguro, de Fabián Pérez Ximeno, desde comienzos de 1647. Coincidiendo con el retiro de Palafox en San José de Chiapa, el músico siguió haciendo de vía de comunicación entre Palafox y el jesuita.
La empatía de Palafox con el maestro de capilla de la catedral mexicana quedó, si cabe, más patente en otro testimonio, en el periodo del mencionado retiro que Palafox hizo en el verano de 1647. A los pocos días de la ausencia del obispo, don Fabián le remitió una carta que hemos localizado entre los fondos del archivo del obispo visitador y transcribimos en su integridad en nuestro estudio mencionado.
Para saber más
FERNÁNDEZ GRACIA, R., Don Juan de Palafox. Teoría y promoción de las artes, Pamplona, Asociación de Amigos del Monasterio de Fitero, 2000
FERNÁNDEZ GRACIA, R., En las entrañas del atardecer en Puebla. Deberes y afectos encontrados, New York, Institute of Golden Age Studies / Instituto de Estudios Auriseculares, 2020
GEMBERO USTÁRROZ, M., “El mecenazgo musical de Juan de Palafox (1600-1659), obispo de Puebla de los Ángeles y virrey de Nueva España”, Palafox: Iglesia, Cultura y Estado en el siglo XVII, Pamplona, Universidad de Navarra, 2001, pp. 463-496
PALAFOX Y MENDOZA, J., Manuscritos e impresos del Venerable Señor Don Juan de Palafox y Mendoza, coordinación general de la obra por J. P. SALAZAR ANDREU; transcripción paleográfica, estudio documental e índices por M. M. ARCE Y SÁINZ, León, Everest, 2000
PEPE, E., “Fabián Pérez Ximeno, presbítero organista mayor y maestro de capilla”, Heterofonía Revista de investigación musical, núms. 130-131 (2004) pp. 129-144