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El encargo de este proyecto para la oficina privada del director de una firma de abogados consistía en definir una solución adecuada para un espacio ubicado en una de las azoteas del despacho existente.

Guanajuato, la ciudad donde se encuentra el despacho, fue nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1988 por su riqueza natural. La delimitación natural Lomas de Zaragoza se encuentra a espaldas del centro histórico, señalada por un macizo rocoso llamado el Cerro de la Bufa que le confiere, por su conformación accidentada, una arquitectura singular. El despacho existente fue construido en las faldas de este cerro de manera que su frente se encuentra orientado hacia la ciudad, mientras que los ámbitos privados y sus vistas se orientan hacia atrás, en las alturas del cerro. Más allá de resolver las sencillas cuestiones programáticas, la estrategia planteada se centró esencialmente en definir el modo de introducir la potente vista de los macizos rocosos en el interior de la oficina para, mediante esa apropiación visual del patrimonio natural local, otorgar valor específico al proyecto. Para ello, se decidió generar una cubierta inclinada que permitiera abrir un vano rectangular hacia la vista y así jugar con las perspectivas y alturas al interior del espacio, produciendo un juego de luces y sombras que va variando durante el transcurso del día. Una materialidad sencilla basada en muros y plafones blancos contrasta con el piso oscuro natural, el cual permite incluir detalles en madera y alojar un mueble de oficina integral de encino especialmente diseñado para satisfacer las necesidades del cliente. Finalmente, incorporando la vista del Cerro de la Bufa, el proyecto cumple con su cometido de crear un ámbito dotado de amplitud, que brinda privacidad y posee carácter.