Autores

Este proyecto fue desarrollado para una pequeña editorial que precisaba de un programa de usos muy sencillo y cuyos requerimientos de superficie eran muy acotados. 

La condición de terreno en esquina dio la posibilidad de otorgar al nuevo edificio una impronta tridimensional, poco frecuente en los terrenos urbanos entre medianeras. Se planteó una pieza de completamiento urbano que articulase las alturas de las viviendas vecinas en ambas calles, recuperando la altura perdida y dándole jerarquía a la esquina. La obra se pensó en M3 debido a una normativa que permite poca edificabilidad pero sí tres niveles completos de altura. Este punto resultó ser fundamental, ya que su construcción permitiría disponer de una amplia superficie. Así, la estrategia del proyecto radicó esencialmente en dotar al espacio de fluidez a fin de producir múltiples y diversas relaciones espaciales entre todos los sectores de esta pequeña obra. El interior genera un vacío de tres alturas articuladas por una escalera. Cada uno de los espacios definió su lugar siempre tratando de maximizar las posibilidades dadas por su condición de esquina en relación al mayor perímetro disponible. El carácter de este espacio interior es introvertido. La luz natural penetra indirectamente a través de varios huecos de la fachada que controlan la relación con el exterior, a la vez que sugieren un cierto carácter lúdico y doméstico. Dicha luz es uno de los actores protagonistas del proyecto, al ser un controlado e intencionado elemento jerarquizador del espacio. Los planos interiores horizontales son de hormigón visto y los verticales alternan entre superficies blancas que reflejan la luz, generando múltiples rebotes así como transparencias. La construcción se distingue por la monomaterialidad, su robustez y cierto carácter objetual que la singulariza.