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La estrategia principal del proyecto consistió en crear una gran envolvente de aire combinando dos sistemas constructivos en una misma vivienda: por un lado, una caja muraria realizada con un sistema de construcción tradicional de mampostería revocada, utilizando la tradición constructiva local; y, por otro, una gran cubierta metálica compuesto por columnas, vigas y correas montadas in situ, reflejando el estadio tecnológico contemporáneo.

La flexibilidad de la estructura del proyecto permitió alcanzar el objetivo de la optimización de recursos, logrando la mayor cantidad de espacio dentro de esta envolvente de manera que el cliente pudiera realizar las divisiones internas de los dormitorios, ya ordenados por el sistema estructural. El programa es resuelto en una sola planta mediante una geometría elemental. La vivienda se ubica en el fondo del lote, creando así dos patios: uno frontal, de mayores dimensiones, hacia donde se abren los espacios públicos de la casa; y otro posterior, de menor superficie, hacia el que se abren los espacios más privados. La cubierta metálica inclinada de espesor mínimo descansa sobre una grilla de columnas materializadas por perfiles metálicos de sección cuadrada 100 x 100, mientras que la estructura de cubierta está formada por un sistema de vigas principales construidas con caño 150 x 50. Sobre esta estructura principal descansan las correas y sobre éstas la chapa. Por encima de las correas se sostiene la madera que confina la cubierta hacia el interior de la vivienda y que infunde calidez al espacio interior. Los muros y elementos metálicos se pintan en blanco. La neutralidad de este color permite una óptima reflexión de la luz y que todos los cuerpos sólidos componentes de la vivienda alcancen su máxima expresividad.