Junto a la desembocadura del rio Iregua en el Ebro surgió en tiempos de los romanos el asentamiento de Vareia, uno de los más importantes puertos fluviales de la península. Hoy, el área se ha convertido en el barrio más oriental de la ciudad de Logroño. En el límite de la ciudad planificada (aún no construida en su totalidad) aparece un área de huertas privadas que dificultan la relación entre la población y el parque fluvial del río Iregua. Los estudiantes plantearon el diseño de esa área, definida entre el cauce del Batán y el denominado camino del chivero. El espacio es una lengua de tierra muy fértil que se extiende al oeste de la población de Varea con un desnivel continuo hacia el río.
La presencia de las piscinas municipales y la ordenación de los nuevos bloques residenciales como elementos en un área verde, hace pensar en el diseño del área de algo más de 5 hectáreas como ampliación del actual parque fluvial del Iregua más centrado en la actividad física y en el esparcimiento, reunión y aprovechamiento del espacio libre.