El sábado 1 de marzo, dos equipos de estudiantes de tercer curso del Grado en Estudios de Arquitectura presentaron sus proyectos de investigación en el Foro Universidad de Navarra (FORUN). FORUN es un congreso anual en el que estudiantes de diferentes disciplinas de la Universidad de Navarra se unen en un espacio para reflexionar y debatir sobre temas relacionados con los valores universitarios y los problemas que enfrenta la sociedad contemporánea. Durante el evento, tuvieron la oportunidad de exponer y defender sus proyectos, enmarcados en el tema de esta edición: “ciudadanía global”.
Uno de los equipos, compuesto por las estudiantes María Morales, Jara Benito y Calista Vizcay, recibió el primer premio en la categoría de ‘Ponencia escrita’ por su proyecto titulado ‘Arquitectura para la eternidad’. Su trabajo se enmarca dentro de las tareas realizadas como alumnas internas en el Laboratorio de Geometría y Forma de la Escuela de Arquitectura. El otro equipo, formado por los alumnos Javier Ruiz, Hugo Ancín, Leyre del Castillo y Noelia Echeverría, presentó su trabajo ‘Puntos negros’.
Jara Benito, integrante del equipo premiado, nos explica en qué ha consistido el proyecto ganador ‘Arquitectura para la eternidad’: “Nuestro proyecto, titulado ‘Arquitectura de la eternidad’, investiga el papel de la arquitectura en la creación de cementerios. Analizamos cómo estos espacios han evolucionado a lo largo del tiempo y qué factores deben considerarse al diseñarlos. Nos centramos en cuatro aspectos clave: adaptabilidad, tipologías y geometría, simbolismo e influencia histórica. Estudiamos casos que van desde cementerios indígenas hasta propuestas contemporáneas ecológicas y conceptuales. A través de esta investigación, buscamos reflexionar sobre el papel de los cementerios en la sociedad actual, su impacto en la memoria colectiva y las nuevas tendencias en la arquitectura funeraria. Consideramos que estos espacios no solo son lugares de descanso, sino también escenarios cargados de significado cultural, histórico y emocional”.
La profesora Pilar Salazar, encargada de supervisar los proyectos, comparte su valoración sobre el trabajo realizado por las alumnas del equipo premiado: “La ilusión con la que han hecho la investigación, su exhaustividad y la iniciativa para sacarla adelante han sido claves. A pesar de los proyectos, entregas y exámenes, supieron dedicarle tiempo y hacer suyo el tema. El jurado destacó la elocuencia con la que expusieron sus trabajos y la profesionalidad de la investigación. Es relevante que hayan sabido abordar un tema de impacto global (en línea con el tema de FORUN de este año) desde una perspectiva arquitectónica. Ahora revisaremos los proyectos para poder publicarlos. Este tipo de experiencias les permite iniciarse en la investigación, presentarse en congresos y aprender a escribir en el ámbito científico. Hubo riesgo de que se centraran demasiado en el aspecto social, dejando de lado el análisis arquitectónico y geométrico de los cementerios, pero supieron corregir esa tendencia. Además, fue un reto cumplir con los plazos sin que eso afectara su rendimiento académico”.

Por su parte, Noelia Echeverría, miembro del otro equipo participante de la Escuela, comparte detalles sobre ‘Puntos negros’: “Hemos realizado una investigación sobre las geometrías y proporciones que se repiten en arquitectura, creando espacios que pueden generar sensaciones de violencia. Identificamos que, al repetirse ciertos patrones, se crean estos espacios que hemos denominado ‘Puntos negros’. Este estudio examina cómo la geometría y el diseño arquitectónico pueden influir en la percepción de seguridad en el espacio urbano. A través del análisis de distintas zonas de Pamplona, identificamos elementos comunes que generan sensaciones de inseguridad. Estos factores, como la proporción entre calles y edificaciones, la iluminación, la visibilidad, el estado de conservación y el diseño de accesos, juegan un papel clave en la percepción del espacio. Los casos estudiados en barrios como el Casco Antiguo, Iturrama, Mendebaldea-Ermitagaña y el Segundo Ensanche evidencian cómo ciertos espacios, debido a su configuración, pueden inducir sensaciones de aislamiento, opresión o vulnerabilidad. A partir de este trabajo, se plantean estrategias para mejorar estos espacios, enfocadas en la humanización del diseño urbano”.