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Los estudiantes de 2º de Arquitectura viajan a Roma para conocer sus museos, arte, historia y arquitectura

Durante el viaje académico, los alumnos visitaron importantes monumentos y museos, como los Museos Vaticanos, la Basílica de San Pedro, el Coliseo y la Fontana de Trevi

Del 10 al 15 de marzo, los alumnos de 2º del Grado en Arquitectura realizaron un viaje académico a Roma para conocer sobre la cultura y arquitectura de la ciudad. Nicolás Marcos, alumno del grado, nos comparte su experiencia. 

«El martes 11 de marzo por la mañana, visitamos los Museos Vaticanos, donde contemplamos obras de la escultura clásica como el Laocoonte, el Torso del Belvedere o el Apolo. También visitamos la pinacoteca, donde se encuentra la Transfiguración de Rafael y el Entierro de Cristo de Caravaggio. Por último, estuvimos en las Estancias de Rafael y en la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. Después, fuimos a la Plaza y a la Basílica de San Pedro, con la magnífica cúpula y la Piedad de Miguel Ángel, el Baldaquino de Bernini y otras obras.

Terminamos la mañana en el Castillo de Sant’Angelo. Por la tarde, tuvimos clase en la Universidad de la Santa Croce, cerca de Piazza Navona. Al finalizar, nos dirigimos a visitar la plaza, que alberga las fuentes de Bernini, entre ellas la de los Cuatro Ríos, y la fachada de la iglesia de Santa Inés, de Borromini. Finalizamos el día en Campo de Fiori, lugar del proyecto, y vimos el Palacio Farnesio, en cuya fachada intervino Miguel Ángel. 

El miércoles 12 de marzo comenzamos el día en la Basílica de Santa María la Mayor, una de las cuatro basílicas mayores de Roma. Es interesante su traza paleocristiana y las diferentes capillas construidas a lo largo de los siglos, como la capilla Sforza, de Miguel Ángel, o la de Sixto V, de los Fontana. Destaca también el pórtico de entrada, de Fuga, y el ábside de los Rainaldi. A continuación, fuimos a visitar Santa María de los Ángeles, una iglesia que se encuentra en las antiguas Termas de Diocleciano y de ahí nos dirigimos al Quirinale, donde está la iglesia de San Carlos de las Cuatro Fuentes, de Borromini, la de San Andrés del Quirinal, de Bernini, y la Santa María de la Victoria, que alberga la escultura del Éxtasis de Santa Teresa, obra también de Bernini. 

Terminamos la mañana en el Palacio Barberini, de Maderno, Bernini y Borromini, estos últimos autores de las dos escaleras. Después de comer, fuimos a la colina del Gianicolo para visitar el Templete de San Pietro in Montorio, de Bramante, que está en la sede de la Real Academia de España en Roma. Desde allí, bajamos al Trastévere para ver la escultura de Santa Cecilia, de Stefano Maderno, que se encuentra en la iglesia del mismo nombre; la escultura de la Beata Ludovica, de Bernini, que está en San Francesco a Ripa, y terminamos en la basílica de Santa María en Trastévere.

El jueves 13 de marzo, iniciamos el día en la iglesia de San Pietro in Vincoli, donde se encuentra el mausoleo de Julio II, del que forma parte la escultura de Moisés, de Miguel Ángel. Luego visitamos el Coliseo, el Palatino y los Foros Imperiales. Por la tarde, fuimos a la Plaza del Campidoglio, proyectada por Miguel Ángel, y entramos en los Museos Capitolinos, que albergan obras importantes como la Cabeza de la Medusa de Bernini, el Gálata Moribundo o la Venus Capitolina, entre otras. Finalmente, esa tarde, acabamos en la Iglesia de Il Gesú.

El viernes 14 de marzo, empezamos el día visitando el Mercado y los Foros de Trajano. A continuación, comenzamos un recorrido por la Roma barroca, en el que visitamos la Fontana de Trevi, la Iglesia de Santa Andrea delle Fratte, cuya cúpula y torre son de Borromini, y en su interior se encuentran dos ángeles de Bernini. Desde allí, fuimos a la Piazza Spagna y a la Piazza del Popolo, donde entramos a la Iglesia de Santa María del Popolo, que conserva importantes obras de Caravaggio y una capilla de Rafael, entre otras. 

Continuamos el recorrido por la Via Ripetta para llegar hasta el Ara Pacis y el Mausoleo de Augusto. Visitamos San Luis de los Franceses, donde están los cuadros de Caravaggio sobre la conversión y martirio de San Mateo, y finalizamos en la iglesia de San Ignacio con sus magníficos frescos de la bóveda, obra de Andrea Pozzo. Por la tarde, fuimos al Panteón, la gran lección de la Antigüedad, y a Santa María Sopra Minerva, única iglesia gótica de Roma, que conserva un Cristo resucitado de Miguel Ángel, un monumento funerario de Bernini y los frescos de Lippi. Terminamos el viaje contemplando la Virgen de los Peregrinos de Caravaggio y el Profeta Isaías de Rafael, ambas obras en la Iglesia de San Agustín

Este viaje ha sido una experiencia única. Ver en persona todo lo que hemos estudiado en clase ha sido algo inolvidable. No hay comparación entre analizar un edificio a través de fotos y planos y estar allí mismo, experimentando su escala, observando cómo la luz incide en cada espacio y comprendiendo su relación con la ciudad. Recorrer Roma ha sido como viajar en el tiempo: de repente, te encuentras en el Coliseo, imaginando el bullicio de los espectáculos romanos; luego, entras en el Panteón y alucinas con la perfección de su cúpula; y más tarde, te encuentras en la Plaza Navona, viendo cómo Bernini y Borromini dejaron su huella compitiendo en la misma plaza con su obras arquitectónicas. 

Algo que me ha impresionado es la cantidad de arte que puedes encontrar en cualquier esquina. No solo en los museos, sino en iglesias que por fuera parecen sencillas y dentro esconden frescos alucinantes. Recuerdo entrar en una iglesia cualquiera y toparme con un Caravaggio de frente, con esa luz dramática tan suya que hacía que la escena pareciera salir del cuadro. Te quedabas contemplándola, escuchando a los profesores y compartiendo ese amor que ellos tienen por el arte. Lo mejor de este viaje no ha sido solo lo que hemos aprendido, sino cómo lo hemos vivido. Roma es una ciudad que te envuelve con su historia y su belleza en cada rincón, pero lo que ha hecho que esta experiencia sea inolvidable ha sido compartirla con mis compañeros y profesores. Nos ha unido muchísimo como grupo: desde los paseos eternos (y las piernas destrozadas) hasta las cenas improvisadas en cualquier trattoria, cada momento ha sido mágico. 

Si algo me ha marcado de este viaje, ha sido la forma en que nuestros profesores nos han transmitido su amor por el arte y la arquitectura. No se han limitado a explicarnos datos, sino que nos han hecho sentir la historia detrás de cada edificio, cada cuadro y cada escultura. La forma en que nos explicaban todo ha hecho que lo viviéramos de una manera totalmente distinta. Su pasión es contagiosa y han conseguido que nos emocionemos con cada edificio, cada escultura y cada pintura como si fuera la primera vez que las veíamos. Eso es lo que hace que este viaje haya sido tan especial y lo recordemos siempre.

Texto escrito por: Nicolás Marcos, alumno de 2º del Grado en Arquitectura.

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