Biden termina con solo dos visitas más a Latinoamérica que Trump

Biden termina con solo dos visitas más a Latinoamérica que Trump

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20 | 01 | 2025

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El presidente saliente solo estuvo en la región para encuentros multilaterales obligados por el calendario, apenas superando la mínima presencia de su predecesor

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Intervención de Joe Biden en la IX Cumbre de las Américas, celebrada en Los Ángeles en 2022 [Casa Blanca]

Joe Biden llegó a la presidencia con el compromiso electoral de dar la vuelta a casi todo lo que había hecho su predecesor. Una vez en la Casa Blanca, sin embargo, no actuó del todo en esa dirección. Desde luego no en el caso de América Latina: mejoró las formas de Trump, pero mantuvo la mayor parte de sus políticas, aunque ablandando la mano en algún momento en relación con Venezuela y, en sus últimos días, con Cuba. Si Trump estuvo ausente de la región –solo visitó un país, frente a los ocho, algunos repetidos, en que estuvieron George Bush y Barack Obama en su primer mandato–, Biden no se mostró más solícito y solo desempató la única visita de Trump cuando los demócratas ya habían perdido las elecciones.

Los viajes al exterior que a lo largo de su mandado realizan los presidentes de Estados Unidos constituyen una constatación numérica de su interés político y económico hacia los otros actores internacionales y las distintas regiones del mundo. Latinoamérica supone un vecindario generalmente no prioritario para Washington. Si bien México y Centroamérica intervienen en problemáticas que preocupan a EEUU, la región en su conjunto ocupa poco la atención de la Casa Blanca. Esto último ha sido notorio en las dos últimas presidencias.

Durante su primer mandato, George W. Bush realizó varios viajes a la región, visitando ocho países y destacando su interés en fortalecer el libre comercio y la seguridad. Por su parte, en su primer periodo presidencial Obama llevó a cabo también ocho visitas a América Latina y se centró en el multilateralismo y la igualdad de trato en las relaciones hemisféricas. Sin embargo, su enfoque fue menos proactivo en comparación con Bush. En contraste, Trump realizó un único viaje a la región, en una presidencia marcada por la revisión de los logros de su predecesor. Por último, las políticas de Biden no supusieron una vuelta atrás, sino una parcial continuidad de lo establecido por Trump; Biden estuvo al final en tres países, aunque como en el caso de Trump se trataron de citas multilaterales que podían haber ocurrido en otra parte del mundo.

Trump tiene ahora, en su segundo mandato, la oportunidad de establecer una mayor relación con el resto del hemisferio, si bien sus agresivas declaraciones hacia Canadá, México y Panamá no anuncian una especial sintonía. En cualquier caso, de realizar más viajes a Latinoamérica, cuando se cuenten sus ocho años en la presidencia difícilmente se acercará al total de 17 visitas a países de la región de Bush y al de 16 de Obama.

Seguidamente se comparan los viajes realizados a América Latina por los presidentes estadounidense que han estado en la Casa Blanca en lo que va de siglo. Se atiende especialmente al primer mandato, para hacer más homologable la comparación, dado que Biden y de momento Trump solo han sido presidente durante cuatro años.

Bush: Promoción de la liberalización política y económica

En vísperas de su primera visita al exterior, a México en febrero de 2001, el presidente George W. Bush, prometió alumbrar un ‘Siglo de las Américas’. Sin embargo, el 11-S hacía desvanecer esta promesa, relegando a la región en las prioridades de la política exterior estadounidense. Desde entonces, el enfoque de Washington en Latinoamérica se centró en promover la seguridad, el libre comercio y la democracia.

La política económica de EEUU hacia la región giró en torno a la firma de acuerdos bilaterales y regionales de libre comercio, para mantener a Latinoamérica abierta al comercio y capital estadounidense. Por ello, en 2002, Bush se reunió́ con el presidente Fox para discutir el funcionamiento del NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte); ese año viajó también a Perú, donde se reunió́ con sus homólogos de Colombia, Bolivia y Ecuador para renovar el ATPA (Acuerdo de Comercio Preferencial Andino). Días más tarde, visitó El Salvador junto a otros presidentes centroamericanos para impulsar el CAFTA (Acuerdo de Libre Comercio de América Central).

En 2004, Bush visitó Colombia, tras la implementación del Plan Colombia, concebido en 1999. Esta iniciativa buscaba combatir el tráfico de drogas y fortalecer la seguridad tras concebir el terrorismo regional como una amenaza nacional. Otras dos visitas a Latinoamérica fueron realizadas en el contexto de la APEC, la cumbre del Asia-Pacífico. Durante su primer mandato, Bush visitó Europa y Asia en 28 y 9 ocasiones, respectivamente, evidenciando mayor interés por otras regiones.

Obama: Menor acento y un giro en Cuba

Barack Obama miró algo menos a América Latina que su predecesor, aunque el número de visitas fue similar. Mientras que Bush apostó por acuerdos de libre comercio, Obama renuente a nuevos TLC, no tuvo una actividad alternativa para implicarse en la región.

Al igual que Bush, el primer viaje de Obama a Latinoamérica fue a México, en abril de 2009, donde se reunió́ con el presidente Calderón. Ese mes también asistió́ a la V Cumbre de las Américas, en Trinidad y Tobago, donde expresó su compromiso con un trato de igualdad entre EEUU y sus vecinos y su apuesta por el multilateralismo.

Cumpliendo con esa apuesta multilateral, Obama asistió a la siguiente cumbre hemisférica –la VI Cumbre de las Américas, celebrada en Colombia ene 2012– para discutir temas de economía y seguridad. Además, visitó México en otras dos ocasiones, en 2009 para la Cumbre de los Lideres de América del Norte, y en 2012 con motivo de la reunión del G-20. Además de la reunión con Calderón, Obama también se entrevistó con sus homólogos en Brasil, Chile y El Salvador en una gira en 2011.

Sin embargo, Washington fue marginado con la creación de la CELAC, que aglutina a todos los países del Hemisferio Occidental menos Estados Unidos y Canadá, y en cierta medida con Unasur, que introducía una dinámica propia en Sudamérica al margen del resto del continente. Esto coincidió con un creciente interés por Asia y la aparición de China, que empezó a desplazar a EEUU como principal socio comercial de algunos países.

No obstante, el poco interés mostrado hacia el hemisferio contrasta con el destacado legado del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba en 2015, ya en su segundo mandato.

Trump: Revisionismo

Con el lema ‘America First’, Trump siguió una política menos colaborativa y más centrada en los intereses directos de EEUU. Por ello, el programa de Trump se basó́ en un revisionismo de las políticas implementadas por Obama. Por un lado, priorizó cuestiones de inmigración, como la construcción de un muro fronterizo con México, y el proteccionismo, intentando reducir el déficit comercial con México mediante la renegociación del NAFTA.

Por otro lado, aumentó la presión sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua, buscando cambios de gobierno. Así, impuso nuevas sanciones al régimen de Nicolás Maduro en 2017 y dio marcha atrás en la política de Obama hacia Cuba, restableciendo algunas restricciones comerciales y de viaje; más adelante endureció las sanciones sobre la isla caribeña.

Ese mayor distanciamiento respecto de la región se reflejó en sus viajes. Trump tan solo viajó una vez al sur del Río Bravo, y fue para asistir en Argentina en 2018 a una cumbre del G-20. Allí aprovechó para firmar el T-MEC, el renovado acuerdo de libre comercio con Canadá y México. No asistió, en cambio, a la VIII Cumbre de las Américas, celebrada ese mismo año en Perú.

Trump compensó su nula presencia directa en la región con encuentros bilaterales con mandatarios latinoamericanos que acudieron a EEUU, con quienes se reunió en 21 ocasiones, tanto en Washington como en su residencia de Mar-a-Lago. Las reuniones tuvieron como foco principal el desarrollo económico y el refuerzo de la seguridad, además de la crisis económica y política en Venezuela.

Biden: Solo parcial revisión del revisionismo

De Joe Biden, presidente demócrata, se esperaba una revisión de las políticas de Trump y una vuelta a atrás para reeditar la relación entre EEUU y Latinoamérica que hubo durante el mandato de Obama, pero no ocurrió así.

Ciertamente, justo después de asumir el cargo en 2021, Biden suspendió́ la construcción de nuevos tramos del muro a lo largo de la frontera con México. Sin embargo, mantuvo la mayor parte de las sanciones impuestas por Trump a Cuba y a Venezuela. Con el tiempo, en 2023, su Administración suspendió́ la mayoría de las sanciones contra las industrias petrolera y aurífera de Venezuela, pero debido a la continuada represión del gobierno de Maduro y al incumplimiento del Acuerdo de Barbados para celebrar unas elecciones libres el grueso de las sanciones volvió a reintroducirse. En cuanto a Cuba, solo en sus últimos días en la Casa Blanca Biden optó por suavizar la presión, retirando la isla de la lista de países que patrocinan el terrorismo (la había sacado Obama, y Trump la había reintroducido también cuando ya se despedía del cargo).

Por otra parte, Biden firmó una orden ejecutiva para deportar a ciertos solicitantes de asilo, medida que, junto con el compromiso de México de aumentar las detenciones de inmigrantes, ayudó a reducir significativamente los cruces ilegales desde finales de 2023, después de un auge sin precedentes de llegada de migrantes a la frontera.

Hasta casi el final de su mandato, Biden solo había viajado en una ocasión a Latinoamérica. En 2023 estuvo en México para asistir a la Cumbre de Líderes de América del Norte. Solo cuando ya comenzaba a recoger sus cosas de la Casa Blanca, una vez celebradas las elecciones ganadas por Trump, Biden volvió a la región. Igualmente se trató de encuentros multilaterales, y además no relacionados con Latinoamérica: estuvo en Perú para asistir a la APEC y al día siguiente marchó a Brasil, donde participó en el G-20.

A diferencia de Trump, Biden sí asistió a una Cumbre de las Américas, si bien esta tuvo lugar en Los Ángeles, en 2022. Esa reunión fue boicoteada por algunos mandatarios, en protesta por la no invitación de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Biden patrocinó la creación de un nuevo foro regional, la Alianza para la Prosperidad Económicas de las Américas (APEA), reuniendo en la Casa Blanca a diversos mandatarios, pero fue una iniciativa con poco empuje y ambición.

Trump 2.0

En conclusión, los patrones de visitas y políticas hacia Latinoamérica de los presidentes estadounidenses muestran que, aunque se ha mantenido el interés por la seguridad y el comercio, el énfasis ha sido distinto en cada presidencia. No obstante, en todas ellas la atención hacia la región ha tendido a ser secundaria frente a otras zonas estratégicas.

En cuanto al segundo mandato de Trump, cabe esperar una política más nacionalista y de confrontación. Se espera que se centre en la regulación de la inmigración, en la presión económica sobre Venezuela y Cuba, y en un proteccionismo.