En cuanto a la tantalita, Brasil sobrepasó en 2019 la producción de Ruanda, convirtiéndose así, con una cifra récord de 430 toneladas que cuadruplicaba el volumen de solo dos años antes, en el segundo productor mundial después de la República Democrática del Congo, según el informe del USGS. Los tres países mencionados produjeron el 77% de la tantalita extraída mundialmente. Brasil, que cuenta con unas reservas estimadas de 99.000 toneladas, es el principal proveedor de ese mineral, con un 40%, a Estados Unidos.
La producción global tuvo un descenso estimado del 20% en 2020 atribuido a la pandemia, ya que los fabricantes de aviones tuvieron que reducir el consumo de tantalita y sustituirla por superaleaciones; las cadenas de producción de la industria electrónica disminuyeron la fabricación de sistemas de GPS, teléfonos móviles o satélites.
Minería ilegal en Colombia y Venezuela
La magnitud del sector minero oficial de Brasil reduce la importancia relativa de la minería ilegal, muy significativa en muchos lugares de Sudamérica. Con todo, conviene señalar que Brasil cuenta con 321 puntos de extracción ilegal de diferentes minerales en 132 áreas, principalmente en el Amazonas, según la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG). En su informe de 2018, la RAISG computaba 2.312 puntos de la región amazónica donde existe actividad minera ilegal, de los cuales 1.899 corresponden a Venezuela.
Hasta la fecha, la extracción ilegal de coltán es casi la única producción que de este material se realiza en Colombia. El Servicio Geológico Colombiano ha situado en el orden de los 1.000 millones de toneladas las reservas de coltán existentes en el país, si bien la Unidad de Planeación Minero-Energética (UPME) advierte que no se trata de una valoración oficial. “Existe mucha especulación y desinformación alrededor de las reservas que Colombia tiene de coltán. Oficialmente solo se han identificado áreas potenciales y algunos aluviones, sin embargo esto no permite concluir nada acerca del potencial ni de las reservas del mineral en Colombia”, indica una presentación de ese organismo gubernamental. Precisa que el Servicio Geológico Colombiano detectó en 2012 un área potencial de coltán en los departamentos de Vichada y Guanía, donde se cree que los últimos años se han venido realizando extracciones de modo ilegal.
Esa actividad ilegal, muchas veces en parques naturales, es llevada a cabo unas veces por comunidades indígenas y otras por grupos criminales o guerrilleros, atraídos por el alto precio que el coltán alcanza en el mercado exterior. Precisamente ese carácter ilegal da una gran variabilidad a la producción; la UPME habla de una producción anual de entre 702 (2016) y 22.591 toneladas (2015). En ocasiones, las fuerzas de seguridad aprehenden parte de esa mercancía en bruto, destinada a la exportación de contrabando. En marzo de 2021 se incautaron 6 toneladas de arenas negras de coltán, en julio se incautaron 1,2 toneladas del mineral y en agosto otras 1,5 toneladas; las operaciones se realizaron en zonas fronterizas de los departamentos de Guainía y Vichada, implicando a disidentes de las FARC y al ELN.
No está claro si ese mineral incautado fue extraído en Colombia o en la vecina Venezuela. De hecho, la propia UPME colombiana afirma que Venezuela tiene importantes yacimientos, al tiempo que la actividad de minería ilegal de los grupos criminales colombianos en territorio venezolano está más que probada.
La localización de reservas de coltán en la zona fronteriza del Orinoco ya fue anunciada en su día por Hugo Chávez, quien ordenó vigilar la región para evitar la extracción y comercialización ilegal. Sin embargo, Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, han protegido actividades de economía ilegal llevadas a cabo por las FARC y el ELN y las propias las fuerzas de seguridad de Venezuela han estado estrechamente vinculadas a esos grupos. Si bien el gobierno venezolano ha tratado de vender los recursos minerales del país, a menudo de forma ilícita, no hay evidencia firme de la participación del Estado en el tráfico de coltán.
En mayo de 2018, Venezuela hizo su primera exportación oficial de este mineral compuesto hacia Italia, en un envío de 5 toneladas y un valor de 300.000 euros. Tres años más tarde, y tras seguir con la comercialización de dicho mineral entre ambos países, en 2021 las autoridades del país transalpino incautaron coltán de origen venezolano, ya que el Gobierno italiano mostró su preocupación a raíz de informes que denunciaban el enriquecimiento del Gobierno de Venezuela con el tráfico de coltán, e incluso apuntan que el responsable de estas operaciones comerciales era Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente venezolano.
La existencia de coltán en otros países sudamericanos llevó a Francia a estudiar la existencia de ese material en su territorio de la Guayana francesa. Un informe del Bureau de Investigaciones Geológicas y Mineras francés (BRGM) concluyó en 2019 que en esa dependencia ultramarina existen diversas calas ricas en coltán, si bien carece de yacimientos importantes. El estudio estimó que existen unas reservas de entre 850 y 1.130 toneladas.