Cable Medusa: Infraestructura digital y geopolítica en el Mediterráneo

Cable Medusa: Infraestructura digital y geopolítica en el Mediterráneo

ANÁLISIS

19 | 02 | 2025

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El fortalecimiento de la conexión por tendido submarino entre países europeos y norafricanos prevé generar dinámicas de desarrollo y cooperación mutuos

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Tendido de cable submarino [Medusa Submarine Cable System)

En el mundo actual, prácticamente todos los aspectos de nuestra vida dependen de la existencia de alguna infraestructura digital, lo que explica la creciente necesidad de crear cables submarinos capaces de sustentar la conectividad global. Uno de estos cables, el Medusa Submarine Cable System, aún en construcción (tiene prevista su entrada en funcionamiento entre 2025 y 2026), está considerado uno de los proyectos de telecomunicación más ambiciosos para la interconexión entre África y Europa. Este cable de fibra óptica, con una longitud de 8.760 kilómetros, conectará países del Mediterráneo a través de 12 puntos de aterrizaje, con una ruta de 7.100 kilómetros, lo que proporcionará una conectividad de alta velocidad desde el sur de Europa hasta el norte de África y Oriente Medio.

Aunque otros cables submarinos traviesan el Mediterráneo y a su paso conectan diversos países ribereños, Medusa constituye una apuesta concentrada en este espacio regional y volcada por ello en la potenciación de la interacción digital entre Europa y África. Conecta cinco países europeos (Portugal, España, Francia, Italia y Chipre) y cinco norafricanos (Marruecos, Argelia, Túnez y Egipto). Un extremo del cable está en las cosas atlánticas de Portugal, para luego entrar en el Mediterráneo salvando el estrecho de Gibraltar mediante una corta incursión en territorio gaditano (el punto principal de conexión para España está en Barcelona); el otro extremo se localiza en el Mar Rojo.

Impulsado por AFR-IX Telecom, empresa española (propiedad íntegra de dos socios catalanes) proveedora de servicios de internet para el sector corporativo africano, el proyecto cuenta también con la participación de Orange y de la Unión Europea, a través del Mecanismo Conectar Europa. La construcción ha sido encargada a la francesa Alcatel Submarine Networks y a la italiana Elettra. Casi la mitad del coste previsto de 342 euros ha sido aportado por AFR-IX, con financiación sustancial del Banco Europeo de Inversiones.

El cable Medusa mejorará tanto la infraestructura de telecomunicaciones entre ambos continentes como el desarrollo digital del norte de África, una zona en la que el crecimiento económico se ha visto limitado por el escaso acceso a internet. Con el aumento en la velocidad de conexión que traerá este proyecto, países de la cuenca del Mediterráneo en el norte de África podrán beneficiarse de una economía digital más competitiva, con mejoras en sectores críticos como las finanzas, la educación y la medicina.

A nivel técnico, el cable está diseñado con tecnología de última generación, lo que le permitirá soportar futuras actualizaciones y optimizar la eficiencia energética, con lo que podrá expandir su capacidad a medida que crezca la demanda de tráfico de datos en la zona. El proyecto cuenta con el respaldo financiero del Banco Europeo de Inversiones, el cual ha proporcionado un préstamo para respaldar la construcción del cable, dado el compromiso europeo en reforzar la infraestructura digital en el Mediterráneo.

Aparte de sus capacidades técnicas, Medusa simboliza una oportunidad estratégica para fortalecer las relaciones entre África y Europa. Al proporcionar una red de telecomunicaciones independiente de otros puntos más alejados en el planeta, reduce la vulnerabilidad a interrupciones en las conexiones y refuerza la resiliencia digital en ambas regiones. Esto se enmarca en la necesidad de crear una infraestructura de comunicaciones segura y diversificada para proteger los flujos de datos.

Así, el cable Medusa es beneficioso para la economía y la sociedad de los países por los que pasa, y sirve también como una herramienta geopolítica esencial en un momento en el que la conectividad es cada vez más importante, tanto en la cooperación internacional como en la competencia mundial.

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Tendido del cable Medusa y sus puntos de entrada en tierra [Medusa]

Beneficios para África

La creación del cable Medusa, que conecta ciudades africanas clave como Rabat, Argel, Túnez y Alejandría con lugares tecnológicos de Europa, promete reducir la brecha digital entre las regiones. La mejora en conectividad traída por el cable permitirá a los países del Magreb integrar de manera más eficaz sus economías en las dinámicas digitales globales. Además, esta infraestructura es una herramienta clave para la autonomía digital de África, ya que reducirá su dependencia de redes internacionales vulnerables y permitirá mayores niveles de seguridad y confianza en el intercambio de datos.

Como ya se ha dicho, los cables de fibra óptica son una herramienta crucial para mejorar la economía de las regiones a las que conectan, dado que incrementan la velocidad y capacidad de transmisión de datos entre ellas, reduciendo el coste de las transacciones en sectores como el digital y el tecnológico. La infraestructura de alta velocidad que aporta Medusa al norte de África conducirá a una reducción de la brecha digital que le separa de la otra orilla del Mediterráneo, lo que facilitará su acceso a los mercados globales, estimulando, además, el comercio electrónico en la región.

El Banco Mundial ha observado que la implementación de infraestructura digital tiene un impacto claro en el crecimiento económico de África, estimado en un crecimiento del PIB de hasta un 1,5% por cada 10% de incremento en la penetración de internet de alta velocidad. Esto permite la creación de nuevas industrias digitales, generando nuevos empleos y desarrollando habilidades digitales entre la población.

También hay datos que respaldan que los países conectados a cables de alta velocidad experimentan un crecimiento económico significativo en comparación con aquellos que carecen de dicha infraestructura. De acuerdo con un análisis del instituto RTI sobre el impacto económico de cables submarinos en el África subsahariana, el aumento de conectividad lleva a una mejora en la productividad laboral y fomenta una mayor participación en el comercio global. Medusa pretende expandir esa conectividad al norte del continente, lo que previsiblemente generará nuevas oportunidades económicas que apoyan la integración de estos países en la economía digital global.

La infraestructura de alta conectividad también afecta positivamente a la educación y la salud. El acceso a internet de alta velocidad permite a estudiantes y profesores el acceso a recursos de aprendizaje en línea y bases de datos académicas de todo el mundo. Esto tiene una gran importancia en áreas rurales o comunidades con menos ingresos donde los recursos que se destinan a educación son limitados. La Fundación Africana para el Desarrollo Digital destacó que el acceso a plataformas de aprendizaje en línea puede eliminar las brechas de educación entre zonas urbanas y rurales, mejorando así la igualdad de oportunidades educativas. Con la ayuda de Medusa, los países del norte de África estarán más preparados para adoptar y expandir modelos educativos que se basen en tecnología, lo que permitirá que la educación de calidad llegue a un mayor número de personas.

La fibra óptica tiene también aplicaciones en el sector de la medicina, en áreas como la telesalud, la telemedicina y el almacenamiento de datos médicos. La conectividad de alta velocidad ayuda a la transmisión de datos médicos y a la implementación de servicios de telemedicina, con diagnósticos y consultas online, lo que ayuda principalmente a zonas rurales o con poco acceso a servicios médicos especializados. Como indica Phonoscope Fiber, la fibra óptica es un recurso clave a la hora de facilitar la atención médica en remoto y el intercambio seguro de datos clínicos, lo que mejora tanto la calidad de la atención como la rapidez en el diagnóstico. La capacidad del cable Medusa para proporcionar una conectividad robusta posibilitará que los sistemas de salud del continente adopten estas tecnologías, lo cual mejorará el acceso a la atención médica en áreas remotas y fortalecerá la capacidad de respuesta ante emergencias de salud pública.

El incremento de la conectividad que acompañará al cable Medusa también debiera facultar al norte de África para convertirse en una región más atractiva para la inversión extranjera. Se ha demostrado que una infraestructura digital fuerte es clave para atraer inversores internacionales que buscan condiciones estables y de alta tecnología para desarrollar operaciones en mercados emergentes. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, la inversión en infraestructura digital fomenta el crecimiento de sectores relacionados como los centros de datos, la tecnología financiera y los servicios en la nube, dependientes de conexiones rápidas y estables. La conexión a un cable de fibra óptica como Medusa facilita el crecimiento de dichos sectores al permitir una transmisión de datos eficiente y segura, un factor esencial para las empresas de tecnología.

En un discurso en Chatham House en junio de 2024, Akinwumi Adesina, presidente del Banco Africano de Desarrollo, destacó que África tiene la capacidad de desarrollo en áreas de tecnología siempre que se implemente le infraestructura necesaria para atraer inversiones a largo plazo en industrias clave. También subrayó que la conectividad digital y la creación de cables submarinos permitirán que África participe de forma más activa en la economía digital global, lo que es extensamente necesario para poder diversificar sus fuentes de ingresos y fortalecer sus economías.

AFR-IX Telecom, el operador de telecomunicaciones con sede en Barcelona al frente del proyecto, también destaca que la presencia de una conexión de alta velocidad a través de cables submarinos tiene su efecto en la confianza dada a inversores extranjeros, puesto que reduce la dependencia de los países africanos en conexiones internacionales más vulnerables, y fortalece la resiliencia digital del continente. Gracias a Medusa, África tiene la oportunidad de consolidarse como un actor en el mercado de las telecomunicaciones, atrayendo más capital extranjero para desarrollar infraestructuras como centros de datos y servidores locales, e impulsando la creación de empleos y las competencias tecnológicas de la zona.

Impacto en las relaciones entre África y Europa

El cable Medusa también aspira a cumplir una misión determinante como catalizador en las relaciones entre África y Europa, sobre todo por lo que se refiere a proyectos de infraestructura digital que fomenten la colaboración entre ambos continentes. Este cable se enmarca en un esfuerzo más amplio de la Unión Europea por fortalecer los vínculos digitales con su continente vecino, lo que se refleja en estrategias como el programa de Asociación de África y la Unión Europea en materia de economía digital, que aspira a implementar conectividad en todo el continente y a fomentar la colaboración en áreas tan específicas como la ciberseguridad, la alfabetización digital y el desarrollo de servicios digitales que superen sus fronteras. El proyecto Medusa es liderado por AFR-IX Telecom, un operador de telecomunicaciones con sede en Barcelona que facilita la creación de una red de telecomunicaciones entre África y Europa.

El cable enlaza 11 países alrededor de todo el Mediterráneo, desde Portugal y España hasta Egipto. Esta configuración permite una conectividad sin precedentes, al poder evitar las limitaciones creadas por los océanos y la dependencia de otras rutas transatlánticas más largas y costosas. Dado que el cable actúa como un canal directo, acorta distancias físicas y virtuales, permitiendo que empresas tanto europeas como africanas colaboren de manera más efectiva en sectores como la innovación tecnológica, el comercio digital y los servicios financieros.

La interdependencia económica creada por Medusa brinda beneficios para ambos continentes. La UE ha visto en África un socio estratégico con un enforque en fortalecer la infraestructura digital, en su esfuerzo por diversificar las relaciones comerciales y reducir la dependencia de otros mercados más alejados. El cable Medusa se considera un elemento clave de esta estrategia, pues permite la integración de servicios digitales transfronterizos que beneficiarán tanto a las grandes empresas como a aquellas de menor tamaño que buscan acceder a los mercados europeos.

Aunque es cierto que el acceso a internet ha crecido en el continente africano en los últimos años, aún existe una diferencia significativa en comparación con Europa. De acuerdo con los datos publicados por la Unión Internacional de Comunicaciones (UIT), mientras que en Europa el acceso a internet supera el 90%, en el norte de África y en el África subsahariana menos de un 60% de la población tiene acceso a este recurso. La capacidad del cable Medusa para aumentar la conectividad de alta velocidad será clave para cerrar esta brecha, lo que facilitará el acceso a recursos digitales para una mayor proporción de la población africana. El acceso a internet es esencial, aparte de para mejorar la calidad de vida y facilitar la comunicación, para ayudar a la inclusión de comunidades marginadas en la economía digital, lo que reducirá las disparidades socioeconómicas entre ambos continentes.

Medusa también nace con el deseo de ayudar al fortalecimiento de un Mediterráneo unido, con una cooperación más profunda y sostenible. El Mediterráneo ha sido siempre un importante punto de encuentro para ambos continentes, y la conectividad digital puede ayudar a alcanzar el cénit de las relaciones entre estos países y reforzar la estabilidad y el desarrollo económico compartido. La integración digital impulsa una visión de futuro en la que Europa y África trabajen conjuntamente para lidiar con desafíos comunes como son el cambio climático, la seguridad o la migración. Un Mediterráneo conectado representa una oportunidad para fomentar un entorno de paz y cooperación en un área con una historia compleja de tensiones y conflictos.

Geopolítica de los cables submarinos

El cable Medusa juega un papel estratégico en el contexto de la infraestructura digital y geopolítica, en el que también se enmarca la iniciativa china de la nueva Ruta de la Seda y su apartado digital, conocido como la Ruta de la Seda Digital, que incluye una red de infraestructuras de telecomunicaciones y cables submarinos. En África, China ha sido un actor de extrema importancia en la infraestructura digital y física, construyendo estructuras críticas que han reforzado su influencia en la zona. Con todo, en los últimos años el enfoque de China en la región ha mostrado un cambio hacia un modelo de inversión más comercial.

En su competencia con China como actor relevante en África, la Unión Europea se ve reforzada por una iniciativa como Medusa, que representa tanto una infraestructura física como una herramienta estratégica. A través de proyectos como este, la UE quiere posicionarse como un aliado tecnológico para el norte del continente, a la vez que convertirse en una alternativa a la búsqueda de inversiones chinas, dominantes de la infraestructura digital en la región. Con el apoyo del Banco Europeo de Inversiones el cable se ha convertido en un canal que aporta seguridad, en contraposición a la visión de que los cables chinos pueden comprometer la seguridad y el control de los datos. Así, el cable es un arma diplomática que refuerza las relaciones de la Unión Europea con África y reduce la dependencia de estructuras chinas en el continente.

La competencia entre ambas potencias también se desarrolla en la conocida como ‘geopolítica de los cables submarinos’. En los últimos años, las potencias han descubierto que los cables de telecomunicaciones son activos críticos para la seguridad de los países, debido a los enormes flujos de datos que se transmiten a través de ellos. China ha fomentado la creación de cables como el PEACE (Pakistan and East Africa Connecting Europe), que conecta los tres continentes y establece rutas bajo control chino. Esto ha preocupado altamente a Europa y a EEUU, que las consideran un riesgo de vigilancia e interferencia china. Así, la infraestructura digital ha tomado un papel importante en la estrategia geopolítica internacional, con países invirtiendo en cables propios para salvaguardar su soberanía en materia de datos y comunicaciones.

Además, controlar una red global de telecomunicaciones puede ser una ventaja significativa para el comercio y la economía digital. Así, la UE y otros actores internacionales están buscando alternativas para reducir su dependencia de estructuras extranjeras como China. Estos cables permiten también una distribución más equitativa del acceso a internet y mejoran la resiliencia de la red global. Con la puesta en marcha de Medusa la UE quiere contar con una red de conectividad de confianza en el Mediterráneo que le permita alejarse de las redes chinas en el acceso a información y a datos estratégicos.

Así, Medusa no es solo un proyecto de infraestructura, sino un componente clave en esta supuesta guerra de cables, pues limita el alcance de posibles conflictos en ciberseguridad o dependencia estratégica. La UE está tratando de reforzar su papel como socio independiente y seguro para los países africanos y de la cuenca del Mediterráneo, consolidando una red de cooperación que proyecta una imagen de estabilidad frente a la expansión china.