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El buque turco de perforación Fatih, en uno de sus despliegues en el Mediterráneo Oriental [TPAO]
La histórica tensión entre Grecia y Turquía ha adquirido una dimensión nueva en los últimos años por razón del control de los recursos energéticos que encierra el Mediterráneo Oriental. A las tradicionales causas de fricción entre ambos países se suma ahora una disputa por la delimitación de sus fronteras marítimas en el mar Egeo y el Mediterráneo Oriental pues, entre otras cosas, de ella dependen derechos de exploración y explotación de los hidrocarburos localizados en estas áreas y con ellos, naturalmente, importantes beneficios económicos.
El Mediterráneo oriental baña las costas de Grecia, Turquía, Chipre, Siria, Líbano, Israel y Egipto. El hecho de que la región está salpicada de numerosas islas de distinta entidad, pertenecientes a varios de esos paíse, no hace sino complicar la delimitación de las Zonas Económicas Exclusivas (ZEE), lo que a su vez resulta en una invitación a la fricción y el conflicto.
Turquía y Grecia, particularmente, tienen ambiciones contrapuestas por las reservas de gas y no están de acuerdo sobre quién tiene derecho a la soberanía o a la explotación de los recursos localizados en la zona central del Mediterráneo Oriental, pues ambos argumentan que esas zonas pertenecen a sus respectivas plataformas continentales. Este solape dificulta la adjudicación de los derechos de exploración y explotación de los recursos de hidrocarburos en la región. La situación se complica aún más debido a la falta de un acuerdo entre Grecia y Turquía sobre la delimitación de sus respectivas ZEE en el mar Egeo.
Por otro lado, Grecia y Chipre han anunciado la creación de una ZEE conjunta para explorar y explotar los recursos allí presentes. De forma poco sorprendente, esto ha enfurecido a Turquía, que considera que esta decisión afecta a sus intereses y a su derecho a beneficiarse de esa actividad económica.
En parte como reacción a esta medida greco-chipriota, en noviembre de 2019, Ankara firmó un acuerdo con el Gobierno de Unidad Nacional (GUN) libio para crear una Zona Económica Exclusiva (ZEE) entre la costa sur de Turquía y la costa noreste del país norteafricano. El anuncio del acuerdo fue acogido con un rechazo general de la región; Egipto lo calificó de ilegal y Grecia lo tildó de ridículo porque ignora la isla griega de Creta, situada entre los dos países.
Sin haber alcanzado acuerdo alguno de cooperación o reparto, Turquía y Libia han iniciado exploraciones en la zona en busca de hidrocarburos, y han firmado acuerdos con compañías internacionales para la explotación los recursos que, eventualmente, se localicen.