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Mina de níquel en Moa explotada por la cubana General Nickel y la canadiense Sherritt International [Sherritt]
El aumento en los últimos años del precio internacional de ciertos metales y minerales estratégicos que Cuba produce ha supuesto un ligero alivio para su hundida economía. Para salir de sus prolongados números rojos, Cuba confía sobre todo en la recuperación de un turismo que ha colapsado debido a los confinamientos por la pandemia de Covid-19, pero el encarecimiento de recursos como el níquel y el cobalto, a raíz de las sanciones internacionales a Rusia por la guerra en Ucrania, podría también mejorar los ingresos del Estado cubano, que se propone aumentar la producción de esos metales. No obstante, la falta de capital para incrementar la extracción minera dificulta un mayor impacto económico del sector.
El auge de las nuevas tecnologías y el cambio hacia un sistema energético verde han motivado un incremento mundial en la demanda de metales como el níquel y el cobalto. Cuba se sitúa entre los países con mayores reservas de estas materias primas, que constituyen algunas de las exportaciones más valiosas de la isla, especialmente en el caso del níquel. En las exportaciones cubanas, encabezas en cualquier caso por el tabaco y el azúcar, también pesan ocasionalmente otros metales o minerales, como el cinc, el cobre y el hierro, si bien Cuba no se destaca en su producción a nivel mundial.
El níquel es un mineral empleado principalmente en la fabricación de acero inoxidable, así como en aleaciones metálicas de alto rendimiento y, más recientemente, en las baterías recargables. Al igual que el níquel, el cobalto es un metal indispensable en la fabricación de muchos dispositivos electrónicos en automóviles eléctricos y teléfonos móviles, lo que ha incrementado su demanda en los últimos años. Según el informe global para 2021 del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), Cuba se sitúa como el noveno productor mundial de níquel y quinto de cobalto, posicionándose como un importante contribuyente en esos rubros.
Durante la primera década del siglo, Cuba producía en torno a 70.000 toneladas anuales de níquel, pero esa producción disminuyó posteriormente debido a la realización de operaciones de mantenimiento en las plantas y los altibajos en los precios internacionales (el descenso que se produjo en 2014, coincidiendo con el abrupto fin del ‘boom’ que entonces se produjo del precio de los hidrocarburos y algunas otras materias, desalentó la inversión para incrementar la extracción). La cifra de producción se ha mantenido estable desde 2014, con una media de aproximadamente 56.000 toneladas anuales. La isla caribeña posee importantes reservas de níquel, unos 5,5 millones de toneladas, pero a pesar de su riqueza comparativa, solo produjo un estimado de 49.000 toneladas en 2020. Indonesia es el primer productor de níquel a nivel mundial, congruente con su reserva de 21 millones de toneladas. Australia, Brasil y Rusia le siguen, con reservas de 20, 16 y 6,9 millones de toneladas, respectivamente.