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Imagen aparentemente remitida por mercenarios cubanos en su desplazamiento al frente [Redes]
INFORME SRA 2024 / [versión en PDF]
° El Gobierno de Diaz-Canel ha negado haber aceptado un acuerdo con Rusia para el envío de soldados, pero el flujo de voluntarios confirma la implicación de la dictadura.
° Se trata del conflicto exterior con más cubanos desde la participación del Ejército de Fidel Castro en las guerras de Angola y de Etiopía en la década de 1980.
° Inicialmente, algunos de los alistados denunciaron desconocer que iban a ser enviados al frente, donde llegaban sin preparación y sin el necesario equipamiento.
La dictadura cubana ha negado estar implicada en el envío de mercenarios para sumarse a las unidades rusas que luchan en el frente de Ucrania, pero su elevado número indica más bien lo contrario. Desde comienzos de 2023, al cumplirse el primer año de guerra y ante la necesidad de más soldados, Rusia ha estado reclutando combatientes de otros países y Cuba ha aportado uno de los contingentes más numerosos, según informaciones del Wall Street Journal.
Las primeras noticias sobre esa presencia de cubanos aparecieron en junio de 2023; dos meses después se hablaba de más de cien mercenarios –a partir del número de pasaportes retenidos entonces por algunos mandos militares rusos para forzarles a ir al frente y permanecer en él–, mientras que por su parte las autoridades ucranianas han elevado notablemente esa cifra en declaraciones al WSJ. El representante de Kiev para América Latina y el Caribe, Ruslan Spirin, ha hablado de 400 cubanos detectados en los combates, mientras que el diputado Maryan Zablotskyi sitúa el número entre 1.500 y 3.000. Esa presencia se hizo notoria luego de que en julio y agosto de 2023 aumentara el número de vuelos de Rusia a Cuba. El alistamiento ha estado esencialmente motivado por la promesa de salarios mensuales por encima de los 2.000 dólares cuando la isla atraviesa una grave crisis económica.
Desvelada la situación, los cubanos que después han viajado a Rusia han podido ser conscientes de que en muchos casos su destino sería primera línea de fuego. Sin embargo, muchos fueron inicialmente engañados con ofertas que camuflaban la verdad. Así ocurrió con buena parte de los que estrenaron la ruta. Primeras investigaciones hablaron de 189 ciudadanos cubanos que habían sido enrolados por el mayor ruso Anton Valentinovich Perevozchikov y la coronel Milián Gómez, agregada militar de la embajada cubana en Moscú. Sus pasaportes, retenidos por las autoridades rusas y revelados por el grupo de hackers ‘Resistencia Cibernética’, desvelaron sus identidades y permitieron la denuncia pública de esa connivencia entre el régimen castrista y el de Putin.
Algunos de esos cubanos pudieron contactar con sus familias o emitieron mensajes a través de redes sociales en los que explicaron cómo se había producido su captación. Atraídos por ofertas de empleos que no incluían el combate directo, sino imprecisas labores de apoyo en la retaguardia, como la de “participar en fuerzas reconstructivas”, fueron sorprendidos cuando después de llegar a Rusia fueron enviados a unidades militares y llevados a primera línea, además sin el debido equipamiento y sin entrenamiento militar.
Muchos de ellos desempleados o jornaleros del campo con salarios muy reducidos, firmaron contratos que prometían un primer pago único de 195.000 rublos y luego pagos mensuales por valor de 204.000 rublos (alrededor de 2.000 dólares de entrada y otro tanto cada mes). Se trata de un sueldo más de cien veces mayor que el salario promedio mensual en Cuba, que es de 4.219 pesos cubanos (unos 17 dólares en el mercado informal).
El alistamiento prolongado también proporciona seguro de vida, alojamiento por servicio o compensación, rehabilitación gratuita en centros médicos militares rusos y el derecho a una pensión preferencial después de 20 años de servicio. Otro incentivo son estudios gratuitos para los hijos del combatiente en universidades rusas. De todos modos, se trata de beneficios para quienes sigan después su vida en Rusia, habiéndose ya nacionalizado. En el fondo, se trata de ventajas más orientadas a atraer a ciudadanos rusos o de exrepúblicas soviéticas que desean asentarse legalmente en Rusia. El Kremlin consolidó esta vía con un decreto en enero de 2024 que ofrece la nacionalidad a quienes firmen un contrato con el Ejército para alistarse, con la posibilidad de que tanto los padres como los hijos del alistado accedan al pasaporte ruso.
Entre los cubanos desengañados se encuentra Enrique González. Según relató a Reuters, tanto él como los compañeros salieron de la isla sin tener la completa seguridad de que ciertamente se trataba de un programa oficial; a su llegada se les tendió un papel con el contrato traducido al español que especificaba que su labor era participar en las labores de las fuerzas rusas. “Todo el que vino para acá, sabía a los que venía”, aseguró; de todos modos, la falta de información detallada previa pudo hacer albergar a algunos la idea de que iban a realizar trabajos alejados del frente.