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Portada del libro coordinado por Guillem Colom y Josep Baqués ‘El entorno estratégico tras la guerra de Ucrania’ (Valencia: Tirant lo Blanc, 2023) 305 págs.
Hemos entrado en el tercer año de la invasión a gran escala de Ucrania en la misma situación operacional con la que comenzaba el segundo, cuando los autores coordinados por Guillem Colom y Josep Baqués elaboraban sus textos para ‘El entorno estratégico tras la guerra de Ucrania’. Ninguna novedad posterior, por tanto, ha alterado sus análisis, aparte de que, habiendo puesto ya las luces largas, sus ensayos miran más allá del conflicto mismo, como indica el propio título de la obra. La guerra ha modificado el entorno estratégico en el que vivimos, como parte de una dinámica que confronta a Estados Unidos y Europa, por un lado, y a China y Rusia, por otro, con sus respectivos acompañantes. De ese nuevo marco se ocupan los trece autores del libro. “No hablaremos de (...) una guerra que ya ha comenzado”, se dice en las primeras páginas, “sino de la necesidad de interpretar los corrimientos de tierras que esta guerra está provocando”.
A diferencia de lo que en ocasiones ocurre en contribuciones colectivas, aquí lo textos no se solapan unos con otros para abordar a veces casi lo mismo, aunque quizá con perspectivas algo distintas, sino que existe una clara y eficiente distribución del trabajo. De forma que la lectura se hace con interés, como si fueran los capítulos de una única investigación, con la ventaja de que cada autor aporta su especialidad de experto en la sección que escribe.
Así, Josep Baqués firma un primer capítulo más teórico, donde se cuestiona la existencia de una ‘comunidad internacional’ y se apunta que el mundo va hacia una nueva dinámica de bloques. Juan Tovar se ocupa del debate ideológico estadounidense sobre cómo afrontar la competencia con China y destaca que la Estrategia de Seguridad Nacional de 2022 de Biden ya no considera necesario convertir las autocracias en democracias, sino velar por que aquellas acepten un sistema internacional basado en normas, distinguiéndose de las ‘autocracias revisionistas’. Javier Morales se centra en la estrategia de Rusia y Rubén Ruiz-Ramas en la de China. Siguen capítulos sobre la competencia entre potencias en los escenarios del sudeste asiático (Javier Gil) y del Gran Magreb (Natividad Fernández); la UE y la OTAN (Beatriz Cózar) y sus relaciones (Francisco Ruiz); las políticas de defensa de Alemania y los países nórdicos (Alberto Bueno), de Francia y Polonia (Laura García) ...
La alusión más directa al desarrollo de la guerra en Ucrania corre a cargo de Manuel Torres, que se focaliza en un aspecto: la cibernética. Se suponía que, dados los avances en este campo, la próxima gran guerra que se produjera tendría un alto componente de ciberguerra. La gran sorpresa es que no ha sido así; además, “al igual que ha sucedido con el ámbito militar convencional, las capacidades ciber de la Federación Rusa han sido profundamente sobreestimadas”. El autor concluye que tal vez haya sido exagerado considerar al ciberespacio como un ‘quinto dominio’ de la guerra.
Destaca la contribución de Guillem Colom sobre el impacto que ha tenido la guerra de Ucrania en la defensa española. “Todavía es pronto”, considera, “para concluir que nuestro país haya despertado, definitivamente, de su letargo estratégico”. Lamenta que la cultura estratégica, que condiciona la configuración de las políticas de defensa nacionales, haya estado tan ausente en España. “Nuestras élites políticas, culturales, sociales o económicas carecen de ella”, constata.
Así, “España carece de una estrategia que responda a su realidad geopolítica, el de una península situada en el extremo occidental del continente europeo, con dos archipiélagos –uno mediterráneo y otro atlántico– y plazas de soberanía en el norte de África, con acceso a uno de los principales cuellos de botella del globo y una amenaza no-compartida (en referencia a la ambición marroquí sobre Ceuta y Melilla) con nuestros aliados”.
El aumento del gasto en defensa puede ser una señal de que la situación se está remediando algo. Colom no quiere lanzar las campanas al vuelo, pero es una evidencia que en España comienza a haber pensamiento estratégico: el propio libro reúne a un grupo de profesores e investigadores universitarios cuyo trabajo es muestra de esa maduración. Otra cosa es que eso llegue a las políticas de un país y su presupuesto, pero esto no puede darse sin lo primero. Individualidades ha habido antes, ahora tenemos ya una cohorte y esperemos que la pirámide se ensanche.