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Alberto Fernández y Lula da Silva, en junio de 2023 [Gob. argentino]
La invitación a Argentina a incorporarse al grupo BRICS, en una primera expansión de ese foro en el que están China, Rusia e India, además de Brasil y Sudáfrica, lleva a preguntarse sobre el interés brasileño en que su mayor vecino forme parte de una entente que hasta ahora había dado especial singularidad a Brasil. Pekín ha impulsado la entrada de seis nuevos miembros (Arabia Saudí, Emiratos, Egipto, Etiopía, Irán y Argentina) como intento de promover alternativas a un Occidente dirigido por Estados Unidos y Europa. Ni India ni Brasil fueron entusiastas de la ampliación, pues rebaja su protagonismo, pero Brasilia, no obstante, obtiene algunas ventajas.
El anuncio de la incorporación de Argentina al grupo BRICS ha motivado una discusión acerca de qué efectos para los argentinos pueda tener esa incorporación –supuesto rédito económico, por un lado, o complicación por un excesivo alineamiento mundial con China y Rusia, por otro– y cuán probable es que dicho anuncio se traduzca en una efectiva incorporación, especialmente teniendo en cuenta el proceso de las elecciones presidenciales en curso.
Aquí, en cambio, se examinan los intereses que pueda tener Brasil en la incorporación argentina. Dichos intereses pueden resumirse en cuatro puntos cardinales, todos ellos interrelacionados: (i) reforzar el liderazgo brasileño en la región; (ii) garantizar la permanencia de un aliado ideológico en la presidencia argentina; (iii) asegurar la estabilidad económica y política de la segunda economía de la región; e (iv) incrementar la participación y el rol de Latinoamérica en foros internacionales de envergadura.
1. Reforzar el liderazgo brasileño en la región
Brasil ya goza de la posición líder en Latinoamérica, tanto en términos económicos y comerciales como en seguridad y diplomacia. La incorporación de Argentina a BRICS reforzaría esta posición, especialmente dada la labor de intermediación que la expresidenta brasileña Dilma Rousseff y el actual presidente Lula da Silva han llevado a cabo en favor de Argentina una vez constatado el deseo chino de proceder a una ampliación. Es evidente que aunque la entrada de Argentina no se hiciera efectiva finalmente, el papel de Brasil habrá sido más que relevante en la gestión y abrirá la vía para liderar la hipotética entrada de otros países de la región en el grupo.
Este liderazgo es especialmente relevante en el caso que nos ocupa, por ser Argentina socio primordial de Brasil en todos los aspectos. Y viene secundado por otros intereses, si se quiere, de menor publicidad. Entre ellos, la construcción del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, que conectará el yacimiento de Vaca Muerta con Buenos Aires y cuyo primer tramo ya está en funcionamiento. De este yacimiento, donde se encuentran la segunda reserva del mundo de gas y la cuarta de petróleo, Brasil querrá beneficiarse a un precio asequible, a lo que colaborará la entrada de Argentina en BRICS y la labor intermediadora ya llevada a cabo por Brasilia.
Esto se entiende mejor, además, a la luz del objetivo de desdolarización que Brasil persigue desde hace tiempo. Suceda o no, la entrada de Argentina en BRICS podría incentivar el comercio con Brasil y con el resto de socios en moneda distinta del dólar (en real brasileño con Brasil o en yuan con todos los miembros), al mismo tiempo que permitiría a Argentina reducir la dependencia del FMI que su situación económica le impone.
2. Garantizar un aliado ideológico en la presidencia argentina
Como ya se ha mencionado, este mes octubre Argentina celebra elecciones presidenciales y legislativas en Argentina, con una previsible segunda vuelta en noviembre. No son pocos los que apuntan a una victoria de la derecha sobre el peronismo de Unión por la Patria, que encabeza Sergio Massa, ahora ministro de Economía. La victoria de la oposición conllevaría, probablemente, la negativa a la incorporación de Argentina al grupo e, incluso, aunque sea poco probable, la ruptura de relaciones comerciales con el gigante asiático (y con Brasil, en palabras del candidato Javier Milei). Lula espera que el éxito diplomático de la incorporación al grupo BRICS ayude electoralmente al peronismo; no obstante, la incorporación formal no sería hasta el 1 de enero de 2024.
Junto con el papel de socio comercial privilegiado del que goza Argentina para Brasil, es evidente que la cercanía ideológica entre Lula y Fernández ha contribuido en la labor diplomática de aquel frente a China y podrá contribuir, si el peronismo gana finalmente las elecciones, al progreso de ambos países en el seno de ese foro. En este sentido, en junio ambos estados firmaron el Plan de Acción para el Relanzamiento de la Relación Estratégica, cuya implementación facilitaría el alineamiento ideológico en ambos gobiernos.