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Militares venezolanos del cuerpo de Ingenieros realizan trabajos de asentamiento de posiciones en la isla de Anacoco, disputada con Guyana [FANB]
INFORME SRA 2024 / [versión en PDF]
° No es previsible una confrontación armada, pero la escalada de tensión ofrece el riesgo de incidentes no deseados, por accidente o error de cálculo.
° Caracas tiene la incomodidad de no reconocer la jurisdicción de la CIJ en el caso y tener que defender su posición ante esa Corte en respuesta a los argumentos de su vecino.
° El referéndum de diciembre de 2023, aunque de escaso valor efectivo, remarcó la imagen agresiva del régimen de Maduro, al decidir la anexión administrativa del territorio.
La histórica disputa entre Venezuela y Guyana por el Esequibo, un territorio que supone dos tercios de este último país y cuyo vecino reclama como propio, ha dado un salto cualitativo en el último año. En abril de 2023, a petición de Guyana, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) declaró tener jurisdicción sobre el caso. El régimen de Nicolás Maduro pasó entonces a ser más asertivo y convocó un referéndum, de dudosa representatividad, que en diciembre avaló la anexión administrativa del reñido territorio. Venezuela ha movilizado tropas en la frontera, mientras que países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Brasil han hecho gestos de apoyo a la defensa de Guyana.
La disputa, que afecta a 160.000km² de Guyana, no es meramente territorial, sino que supone también una lucha por los recursos minerales y energéticos que contiene (Guyana está experimentando un ‘boom’ petrolero gracias al área marítima adyacente a ese litoral). La reclamación histórica por parte de Venezuela data de la época colonial, cuando ésta aún era la Capitanía General de Venezuela y el Imperio Británico comenzó a expandir por su cuenta la entonces Guyana Británica. Las tensiones comenzaron hacia 1841, ya independizada Venezuela, cuando mapas británicos dieron por sentado que la franja al este del río Esequibo formaba parte de su colonia.
Laudo de París y Acuerdo de Ginebra
El Laudo Arbitral de París de 1899 cedió una gran parte del territorio en disputa a Guyana, como colonia británica. A pesar de que el resultado fue acatado por ambas partes durante 63 años, la situación se tornó inconclusa tras la muerte del abogado estadounidense que defendió a Venezuela en el Laudo, pues se hicieron públicas evidencias que denotaban la parcialidad del jurado en el laudo arbitral, apuntando a que el juez Friedrich Martens había persuadido a la colegiatura de sentenciar en favor del Reino Unido.
En 1966, cuando Londres iba a dar la independencia a la República Cooperativa de Guyana, Venezuela y Reino Unido firmaron el Acuerdo de Ginebra, que reconocía la existencia del disenso y expresaba el compromiso de ambas partes en la resolución pacífica de la controversia. Las conversaciones sostenidas no dieron resultado y el caso quedó a los buenos oficios del secretario general de Naciones Unidas, quien reiteradamente ha determinado el arreglo judicial, a través de la CIJ, como el medio ideal para dar fin a la disputa sobre el Esequibo.
El Laudo Arbitral de 1899 ha condicionado la posición venezolana respecto a la legitimidad de la CIJ para resolver disputas, pues acusa a ese tribunal de “tener una carga históricamente traumática para el país”. No obstante, Venezuela se ha presentado ante la Corte para exponer sus objeciones preliminares sobre la admisibilidad de la disputa elevada por Guyana, lo que implica un reconocimiento tácito de la jurisdiccionalidad del organismo. Las objeciones primarias venezolanas fueron rechazadas en la orden de la Corte del 6 de abril de 2023. El 8 de abril de 2024 termina el plazo para que Venezuela defienda su postura sobre el fondo del asunto; de hacerlo, avalará el proceso.
Guyana se ha sostenido firme en la defensa del Laudo Arbitral de 1899 y en el rechazo de que negociaciones políticas deban sustituir el itinerario judicial de la CIJ, cuya vía de mediación también apoya la comunidad internacional.