¿Está usando China el fentanilo como arma contra Estados Unidos?

¿Está usando China el fentanilo como arma contra Estados Unidos?

ARTÍCULO

23 | 11 | 2024

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Las autoridades de Pekín han sido permisivas con el comercio ilegal de elementos para la elaboración de la droga

Los últimos años, más de cien mil personas han fallecido en Estados Unidos por sobredosis de alguna droga. El auge del consumo de opiáceos sintéticos, especialmente el fentanilo, responsable de más de 70.000 muertes en el país en 2021 y en 2022, ha concentrado todas las alarmas. Mucha de esta droga llega de México, pero para su elaboración se usan precursores y otros elementos procedentes de China. ¿Está Pekín usando la epidemia de fentanilo como un arma contra Estados Unidos? Su involucración en el comercio ha sido evidente, aunque el propósito pueda ser discutible.

Estados Unidos enfrenta la epidemia de drogas más letal de su historia, con más de cien mil muertos anuales por sobredosis, en su mayor parte causadas por consumo de fentanilo. El fentanilo, un opioide sintético entre 50 y 100 veces más potente que la morfina, es producido en laboratorios. Se ha convertido en la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 45 años y es uno de los factores principales en la histórica reducción de la esperanza de vida en el país. Aunque el impacto humano es la prioridad, en una crisis de esta magnitud también se deben considerar las repercusiones económicas. En 2020, se estimó que el costo total de esta epidemia alcanzó cerca de 1.500 millones de dólares.

Dado que la totalidad del fentanilo consumido en Estados Unidos no se produce dentro del país, sino que se fabrica en el extranjero, surge un interrogante clave: ¿de dónde proviene el fentanilo y cómo llega a Estados Unidos? En medio de esta grave situación, se señala a un principal responsable: China. Según la Administración para el Control de Drogas (DEA), China desempeña un papel significativo en esta crisis, siendo el principal proveedor de fentanilo ilegal y otros compuestos derivados hacia Estados Unidos.

Hasta 2019, China fue la principal fuente de fentanilo terminado para el mercado ilegal de Estados Unidos. Sin embargo, ese mismo año, el gobierno chino incluyó todos los derivados del fentanilo en su lista de narcóticos prohibidos. No obstante, esta medida no detuvo la llegada del fentanilo, ya que la prohibición se limitó a la producción de su versión final, lo que abrió una nueva vía: la fabricación de los precursores químicos necesarios para crearlo, como ha determinado una investigación llevada a cabo en la Cámara de Representantes por el comité sobre la Competencia Estratégica entre Estados Unidos y el Partido Comunista Chino (PCC).

Esa investigación tenía por objeto comprender mejor el rol de China en esta crisis. Ha establecido que empresas en China producen prácticamente todos los precursores ilícitos de fentanilo y que el contrabando se realiza a través de México. Los grupos criminales mexicanos adquieren los precursores de fentanilo en China y posteriormente trafican el fentanilo terminado desde México hacia Estados Unidos, en operaciones que han sido señaladas desde diversas instancias.

China percibe la crisis del fentanilo desde la perspectiva de su creciente rivalidad con Estados Unidos, lo que explica su falta de disposición para implementar medidas efectivas ante esta problemática. Esta postura tiene sus raíces en 2022, cuando las relaciones entre ambos países alcanzaron su punto más bajo tras la visita a Taiwán de Nancy Pelosi, entonces presidenta de la Cámara de Representantes, lo que deterioró la cooperación en la lucha contra los estupefacientes.

Debe considerarse que China busca desplazar la hegemonía estadounidense y convertirse en la principal potencia mundial. A través de la estrategia del fentanilo, logra debilitar a la sociedad estadounidense y forzar a Estados Unidos a concentrar sus esfuerzos en esta crisis, mientras que al mismo tiempo se beneficia económicamente, ya que los precursores químicos son extremadamente baratos de fabricar para la industria química china y adquieren un alto valor cuando se convierten en opioides sintéticos. Aunque no hay pruebas concluyentes sobre la participación directa del gobierno chino, diversas evidencias vendrían a sugerir su implicación.

La pérdida anual de más de 70,000 personas entre los 18 y 45 años representa un impacto significativo en la esperanza de vida, la productividad del país e incluso, en su capacidad de reclutamiento. Lo que es innegable es que China juega un papel fundamental en la crisis del fentanilo, sus esfuerzos para combatirla son mínimos, y el principal afectado por esta situación es, casualmente, su mayor adversario: Estados Unidos.

Entre las evidencias que respaldan la idea de una intencionalidad geopolítica se incluyen los hallazgos del mencionado comité del Congreso estadounidense, que estableció que el gobierno chino subsidia directamente la fabricación y exportación de materiales ilícitos de fentanilo mediante reembolsos fiscales. Además, otorga subvenciones monetarias a empresas que trafican abiertamente con estos materiales y permite la venta libre de precursores de fentanilo en internet. Esta crisis también ha consolidado a grupos criminales organizados con vínculos al PCC como líderes mundiales en lavado de dinero. A pesar de los esfuerzos de Estados Unidos y las acusaciones formales, el gobierno chino no ha procesado a los fabricantes de precursores ni ha cooperado con las autoridades estadounidenses.

Estados Unidos ha solicitado en numerosas ocasiones que el PCC tome medidas. Aunque se le han entregado nombres y pruebas sustanciales que implican a los responsables, las acciones chinas han sido insuficientes. Por ejemplo, a pesar de comprometerse a combatir las redes de drogas en línea, no lo han llevado a cabo. Asimismo, se les pidió regular sus empresas químicas y alertarlas de que el tráfico de drogas que realizan es ilegal según sus propias leyes, pero no emitieron un aviso público hasta la intervención del presidente Biden, cuando ya había pasado un tiempo considerable. Es difícil creer que un país con uno de los sistemas de control y vigilancia más extensos del mundo no sea plenamente consciente de este masivo tráfico de drogas.

Pese a las evidencias del papel clave de China en la crisis del fentanilo, las autoridades desvían la responsabilidad, argumentando que el problema radica en la demanda persistente de este opioide en la cultura occidental.

Sin embargo, la situación comenzó a girar hace un año. Después de llevar tiempo negándose a cooperar con Estados Unidos y de no implementar un control interno adecuado, China acordó reanudar la cooperación en noviembre de 2023, motivada por la necesidad de estabilizar las relaciones con este país. El cambio surgió en septiembre de 2023, cuando Estados Unidos incluyó a China en su lista anual de principales productores de drogas. En enero de 2024, la comisión antidrogas resucitada entre ambos países celebró por fin su primera reunión.

En cuanto a la crisis, las muertes por sobredosis han estado disminuyendo ligeramente. De hecho, en los últimos meses el acumulado anual se ha ido situando por debajo de los 100.000 muertos, por primera vez desde 2021, de forma que el total de 2024 podría quedar por debajo de esa cifra. Ese descenso viene impulsado por una reducción de las muertes por fentanilo, que al término de 2023 se situaron en el límite de las 60.000.