Los últimos años, más de cien mil personas han fallecido en Estados Unidos por sobredosis de alguna droga. El auge del consumo de opiáceos sintéticos, especialmente el fentanilo, responsable de más de 70.000 muertes en el país en 2021 y en 2022, ha concentrado todas las alarmas. Mucha de esta droga llega de México, pero para su elaboración se usan precursores y otros elementos procedentes de China. ¿Está Pekín usando la epidemia de fentanilo como un arma contra Estados Unidos? Su involucración en el comercio ha sido evidente, aunque el propósito pueda ser discutible.
Estados Unidos enfrenta la epidemia de drogas más letal de su historia, con más de cien mil muertos anuales por sobredosis, en su mayor parte causadas por consumo de fentanilo. El fentanilo, un opioide sintético entre 50 y 100 veces más potente que la morfina, es producido en laboratorios. Se ha convertido en la principal causa de muerte entre los estadounidenses de 18 a 45 años y es uno de los factores principales en la histórica reducción de la esperanza de vida en el país. Aunque el impacto humano es la prioridad, en una crisis de esta magnitud también se deben considerar las repercusiones económicas. En 2020, se estimó que el costo total de esta epidemia alcanzó cerca de 1.500 millones de dólares.
Dado que la totalidad del fentanilo consumido en Estados Unidos no se produce dentro del país, sino que se fabrica en el extranjero, surge un interrogante clave: ¿de dónde proviene el fentanilo y cómo llega a Estados Unidos? En medio de esta grave situación, se señala a un principal responsable: China. Según la Administración para el Control de Drogas (DEA), China desempeña un papel significativo en esta crisis, siendo el principal proveedor de fentanilo ilegal y otros compuestos derivados hacia Estados Unidos.
Hasta 2019, China fue la principal fuente de fentanilo terminado para el mercado ilegal de Estados Unidos. Sin embargo, ese mismo año, el gobierno chino incluyó todos los derivados del fentanilo en su lista de narcóticos prohibidos. No obstante, esta medida no detuvo la llegada del fentanilo, ya que la prohibición se limitó a la producción de su versión final, lo que abrió una nueva vía: la fabricación de los precursores químicos necesarios para crearlo, como ha determinado una investigación llevada a cabo en la Cámara de Representantes por el comité sobre la Competencia Estratégica entre Estados Unidos y el Partido Comunista Chino (PCC).
Esa investigación tenía por objeto comprender mejor el rol de China en esta crisis. Ha establecido que empresas en China producen prácticamente todos los precursores ilícitos de fentanilo y que el contrabando se realiza a través de México. Los grupos criminales mexicanos adquieren los precursores de fentanilo en China y posteriormente trafican el fentanilo terminado desde México hacia Estados Unidos, en operaciones que han sido señaladas desde diversas instancias.