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Lacalle Pou, durante una visita oficial a la ciudad de Lascano [Presidencia de Uruguay]
Luis Lacalle Pou avanza hacia el final de sus cinco años de mandato en Uruguay con un alto índice de aprobación. Ese apoyo a su gestión, sin embargo, no ha podido trasladarlo al candidato oficialista en las elecciones de noviembre, y el opositor Yamundú Orsi, del Frente Amplio, asumirá la presidencia el 1 de marzo de 2025. El gobierno de Lacalle Pou, del Partido Nacional y al frente de una coalición de derecha y centroderecha, sucedió a quince años de gestión del Frente Amplio y ahora entregará el bastón de mando de nuevo a ese movimiento de izquierda. La tranquila alternancia subraya la remarcable institucionalidad del país, puesta también de manifiesto en el aplauso más bien general que ha merecido la gestión del actual presidente.
El gobierno presidido por Lacalle Pou supuso el final de 15 años de Gobierno del Frente Amplio en Uruguay. En un contexto problemático tanto económico como de seguridad, el presidente desarrolló proyectos liberalizadores, abriendo el país más al mundo y haciéndole abandonar sutilmente su tradicional posición de mediador. Aun haciendo frente a una pandemia y a varias crisis políticas, Lacalle Pou terminó su mandato con altos niveles de valoración, pues supo adoptar políticas que significaron avances para la República Oriental del Uruguay.
Política doméstica
SEGURIDAD—La seguridad fue un tema importante a lo largo de la campaña del presidente Lacalle Pou, pero durante su mandato no se registraron grandes progresos: los delitos de rapiñas, hurtos y robo de ganado descendieron, pero hubo debilidad con los delitos de homicidio. Algunos críticos determinan que el gobierno no supo atender a las raíces del crimen, e identifican problemas en las políticas adoptadas. Se puso el foco en delito predatorio, pese al continuo descenso de los niveles de denuncias, y se facilitó el blanqueo de capitales, lo que incrementó el narcotráfico, ya que hizo de Uruguay un lugar atractivo para estas actividades.Además, se acudió a políticas punitivas en vez de atacar de lleno al crimen organizado, derivando en situaciones de encarcelamiento por ingresar marihuana a la cárcel a la vez que mayores narcotraficantes cumplen penas sin prisión. También se le critica la falta de iniciativa para brindarle recursos a las fuerzas de seguridad. Como última reforma, se intentó impulsar mediante plebiscito una reforma constitucional que habilitaría los allanamientos nocturnos para bajar la criminalidad, pero no se alcanzaron las mayorías necesarias por el voto contrario promovido por la oposición.
ECONOMÍA/POLÍTICA FISCAL—El Partido Nacional (PN) se propuso impulsar un avance a través del sector privado y las exportaciones agroindustriales, y diversificar acuerdos de libre comercio, con el fin de mejorar los niveles de productividad, corregir el déficit fiscal y reducir gastos. Se tomó un posicionamiento liberal, buscando un gobierno austero y eficiente que propiciara una reorganización funcional, la desburocratización y la rendición de cuentas. Además, se identificaron ciertas áreas que requerían tratamiento puntual, como las ‘mipymes’ y las infraestructuras vial, ferroviaria y portuaria. El gobierno logró la aprobación en referéndum de una ley ómnibus, conocida como Ley de Urgente Consideración, que le permitió impulsar medidas liberalizadoras de la economía, reformar el estado y fortalecer la orientación punitiva en seguridad. Tras casi 5 años de gobierno, los números en macroeconomía muestran estabilidad y mejora del crecimiento del PIB.
PROTECCIÓN SOCIAL—Se alcanzó estabilidad y atrajo inversión extranjera, a través de la priorización de un enfoque promercado, pero esto también implicó dejar de lado el rol del Estado en el mercado y la protección social, cuestiones que parecían consolidadas en el país tras 15 años de gobierno socialista. El empleo y los salarios se recuperaron en el último periodo de gobierno, tras ser afectados al comienzo, mientras que el nivel de pobreza cierra en cifras superiores a como se encontraba a la llegada de Lacalle Pou; algunos críticos aseguran que los aumentos de ingresos solo beneficiaron a los sectores más altos de la sociedad.
GESTIÓN DE LA PANDEMIA—Considerando que el Gobierno se estrenó con la gestión del Covid-19, es sorprendente que haya salido fortalecido en términos de opinión pública. El presidente sobresalió al adoptar un posicionamiento de ‘libertad responsable’ y de no confinamiento. Consiguió una extensiva adhesión voluntaria de la ciudadanía a las leves restricciones de circulación y desarrollo de actividades, e impulsó programas sociales para atenuar el impacto económico en los sectores más vulnerables. Es reseñable que, aun habiendo debutado con una pandemia, el Gobierno haya logrado estabilidad, apertura y crecimiento.