Las cumbres entre Mitsotakis y Erdogan apaciguan el Egeo, pero los escollos resurgen

Las cumbres entre Mitsotakis y Erdogan apaciguan el Egeo, pero los escollos resurgen

ARTÍCULO

13 | 06 | 2024

Texto

Dos reuniones en medio año han limado asperezas, aunque sin impedir nuevos episodios de desencuentro

En la imagen

Puesto fronterizo en el límite entre Turquía y Grecia, en la zona continental europea [Wikipedia]

El mar Egeo es el escenario de una larga disputa que somete a las relaciones entre Grecia y Turquía a continuos altibajos cuyos efectos se hacen sentir más allá de la región. Afortunadamente, hasta ahora los roces entre los dos países no han escalado hasta el nivel de un enfrentamiento armado. Dejadas atrás las elecciones de mediados de 2023 –con la reelección del primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis y del presidente turco Recep Tayyip Erdogan– Atenas y Ankara han querido entrar en un momento de distensión, pero las mutuas susceptibilidades vuelven a encontrar ocasiones de discordia que lastran los intentos de un acercamiento profundo y duradero.

Los motivos de tensión entre Grecia y Turquía tienen su base en el reparto territorial de un mar repleto de islas que complican la delimitación de soberanía. La disputa sobre islas muy próximas a la línea de costa turca encona las relaciones mutuas, si bien, al mismo tiempo, esa adyacencia nacional ha venido suponiendo un freno para huidas hacia adelante maximalistas por el riesgo a una rápida escalada bélica.

Turquía ha denunciado como ilegítima la militarización llevada a cabo por los griegos de ciertas islas cercanas a Anatolia, otorgadas a Grecia por los tratados de Lausana (1923) y París (1947) a condición de mantenerlas desmilitarizadas. Sin embargo, Grecia alega su derecho a proceder de ese modo con el argumento de que la Convención de Montreux (1936) había permitido a Turquía la militarización de la zona de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos. Los turcos advierten de que la convención estableció un nuevo régimen para esos estrechos, pero no modificó las obligaciones que Grecia había suscrito en 1923.

Estas disputas territoriales se trasladan también a las áreas de vuelo, así como a las zonas marítimas de aprovechamiento económico como en el caso de la explotación de hidrocarburos. Otros aspectos, como el migratorio, es igualmente sensible.

Las relaciones entre los dos países han conocido diversas vicisitudes a lo largo de los últimos años, con un aumento de la confrontación dialéctica conforme se acercaban las elecciones convocadas en Grecia y en Turquía a mediados de 2023. No obstante, el grave terremoto ocurrido en suelo turco en febrero de 2024 abrió una vía de acercamiento por las muestras de solidaridad griegas. El Gobierno de Atenas ordenó enviar al vecino país material sanitario y medicamentos, así como mantas, camas y tiendas. La zona turca afectada por los seísmos, Adana, recibió calurosamente al ministro de Asuntos Exteriores griego, Nikos Dendias, mientras que su homólogo turco, Mevut Cavusoglu, agradeció el apoyo de Grecia.

A ese momento de muestras de amistad siguió un nuevo choque, esta vez por la tensión en torno al islote de Zourafa, con diferentes interpretaciones sobre el espacio aéreo de soberanía y sobre el alcance de los respectivos FIR (Flight Information Region). En octubre de 2023, Turquía llevó a cabo un ejercicio militar para el que emitió un NOTAM (aviso de misión aérea) al que Grecia respondió con un contra-NOTAM denunciando la vulneración de su soberanía, dándose una situación de riesgo para la seguridad del tráfico aéreo sobre el Egeo.

Reemprendidos sus respectivos mandatos, Mitsotakis y de Erdogan se entrevistaron en Atenas el 7 de diciembre de 2023, en un encuentro en el que expresaron su compromiso a una buena vecindad y una cooperación amigable. “Queremos hacer del mar Egeo un mar de paz y cooperación”, dijo el presidente turco; “no hay ningún problema entre nosotros que no pueda resolverse”. Ambos mandatarios trataron sobre los principales motivos de fricción de los últimos años entre los dos países, sobre la plataforma continental, el conflicto chipriota o los sobrevuelos en el mar Egeo.

Los dos dirigentes también abordaron la inmigración siria provocada por la guerra civil que asola al país árabe desde 2011, y decidieron establecer canales de comunicación para facilitar que los respectivos guardacostas y servicios policiales puedan compartir información. El primer ministro griego constató que el acuerdo alcanzado entre Turquía y la Unión Europea, con la vigilancia sistemática de las fronteras marítimas y terrestres, había supuesto una “reducción sustancial de los flujos” migratorios.

Si bien en cuanto a Chipre mantuvieron sus discrepancias, Mitsotakis y de Erdogan propiciaron un acuerdo comercial para elevar el intercambio de productos hasta los 10.000 millones de dólares.

Pero por más que Erdogan pudiera afirmar entonces que “no hay ningún problema” entre los dos países que “no pueda resolverse”, lo cierto es que los roces han seguido produciéndose. En marzo de 2024, Atenas expresó su disconformidad con unas declaraciones del presidente turco en las que aseguró que la isla de Chipre completa sería turca si las tropas de Ancara hubieran continuado avanzando hacia el sur después de ocupar la zona turca en 1974. Por su parte, Turquía condenó la decisión griega de abrir dos parques marítimos en el Egeo, anunciada unilateralmente antes de una conferencia sobre los océanos celebrada en Atenas en abril.

Erdogan y Mitsotakis volvieron a tranquilizar las aguas en una nueva cita, mantenida esta vez en Ankara, el 13 de mayo. En la reunión trataron asuntos territoriales, comerciales, energéticos y culturales, en el marco de una “agenda positiva”. En palabras del primer ministro griego “Los dos vecinos podemos establecer este acercamiento de entendimiento mutuo, ya no como una excepción sino como una normalidad productiva que no se anula por las conocidas diferencias que tenemos”.

Es evidente el deseo de entrar en un periodo de distensión, pero las mutuas susceptibilidades, producto de aspiraciones territoriales a las que difícilmente los respectivos gobiernos van a renunciar, vuelven a encontrar ocasiones de discordia que lastran los intentos de un acercamiento profundo y duradero.