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Campaña publicitaria de la Asociación de productores y empacadores exportadores de aguacate de México con motivo de la Super Bowl de EEUU [APEAM]
INFORME SRA 2025 / [ Versión en pdf y en inglés]
√ Michoacán es el estado de mayor cultivo; en su producción operan ilícitamente Jalisco Nueva Generación, Familia Michoacana, Los Viagras y Caballeros Templarios.
√ Las organizaciones criminales cobran cuotas a los agricultores, controlan rutas de transporte y suministros y coaccionan a los gobiernos locales.
√ Los productores han organizado grupos de autodefensa para hacer frente a la situación, pero eso no ha impedido que individuos y familias marchen a otras tierras.
El consumo de aguacate ha crecido enormemente en el mundo, sobre todo en Estados Unidos, que anualmente importa de México alrededor de un millón de toneladas. El guacamole, pasta aderezada hecha de ese producto, se ha convertido en acompañamiento culinario de la Super Bowl, la gran fiesta del fútbol americano, ocasión para la que en 2024 EEUU llegó a importar un récord de 137.000 toneladas (en 2025 descendió ligeramente, presuntamente por su mayor precio). Esto supone un impacto positivo en el sector agrícola de México y en la economía de todo el país.
Sin embargo, actualmente la industria enfrenta desafíos importantes, en particular la infiltración de las organizaciones de narcotraficantes. Al ser una industria que genera grandes ganancias —apodado el aguacate como “el oro verde”, su producción y comercialización tiene un valor anual de 3.000 millones de dólares—, el país ha presenciado un aumento determinante de la actividad de los cárteles que aprovechan la considerable demanda de aguacates por parte de EEUU. La sobreproducción de hoja de coca en Colombia, que ha distorsionado algo los precios, y la competencia del fentanilo han motivado en algunos cárteles de droga el deseo de diversificación del negocio.
Los cárteles de narcotraficantes han puesto en peligro la estabilidad de la industria del aguacate controlando las cadenas de suministro, explotando a los agricultores y aprovechando el comercio de este producto para realizar sus negocios ilícitos que conducen a la corrupción y la violencia.
El atractivo económico
La demanda internacional de aguacate de México ha experimentado un aumento determinante, especialmente por parte de Estados Unidos, que importa alrededor del 80% de la producción mexicana. Precisamente desde que en 1997 EEUU autorizó la compra de aguacates mexicanos, en aplicación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte que entró en vigor tres años antes, el consumo de este producto en el mercado estadounidense no ha dejado de crecer, impulsando el sector en origen.
Así, como detalla un informe de Global Initiative Against Transnational Organized Crime, desde 1994 hasta 2022, la superficie cultivada en México ha aumentado un 173%, alcanzado las 252.133 hectáreas, y el valor de la producción se ha incrementado un 527%, situándose en 63.450 millones de pesos (3.105 millones de dólares). La industria del aguacate de México se ha transformado en una empresa lucrativa y ha atraído significativamente los intereses de las organizaciones criminales, que perciben la industria como más rentable en comparación con su negocio de narcotráfico.
Los cárteles han utilizado diversas formas de manipulación, coerción y extorsión para sacar provecho de la industria del aguacate, especialmente en la región de Michoacán, donde se cosecha la mayor parte de la producción. Solo Michoacán, de acuerdo con el Panorama Agroalimentario de la entidad gubernamental FIRA, produjo 2,25 millones de toneladas de aguacates en 2023 (el 75,8% del total de producción nacional, a distancia del 10,9% de Jalisco; el 4,5% del estado de México y el 2,6% de Nayarit).
Algunos de los cárteles atraídos por este negocio son el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), Familia Michoacana, Los Viagras y Caballeros Templarios. Estos grupos que perciben la industria del aguacate como más estable en comparación con su negocio tradicional de tráfico de drogas. Por lo tanto, el atractivo económico del aguacate lo convierte en un negocio lucrativo para las organizaciones de narcotráfico.