Los resultados alemanes auguran con Merz un gobierno de mayor eficacia

Los resultados alemanes auguran con Merz un gobierno de mayor eficacia

COMENTARIO

24 | 02 | 2025

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Un liderazgo más definido debe ayudar a Alemania y Europa ante los retos de la primera gran crisis del atlantismo

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Imagen oficial de Merz en la página web de la CDU agradeciendo el voto ciudadano: ‘Llevamos Alemania de nuevo hacia adelante. Gracias por su confianza’ [CDU]

Los resultados de las elecciones alemanas auguran un gobierno de mayor eficacia que el saliente. La proyección de liderazgo de Friedrich Merz, más definido que el del derrotado Olaf Scholz, y la futura transacción solo entre dos grupos políticos –CDU/CSU y SPD, algo menos complejo que mediar entre tres (la saliente coalición ‘semáforo’ SPD, Verdes y liberales)– debiera ayudar a restituir el papel protagonista de Alemania en Europa. Y eso, a su vez, tendría que facilitar a la Unión Europea avanzar en su respuesta a los retos que plantea la primera gran crisis del atlantismo en la que nos encontramos.

Cristianodemócratas y socialdemócratas no deberían tener muy difícil cerrar un pacto, aunque las conversaciones puedan encallarse durante algún tiempo en ciertos aspectos. Del éxito del nuevo gobierno depende tanto que los primeros consigan poner un techo electoral a Alternativa para Alemania, como que los segundos, tras los peores resultados en la historia de la RFA, eviten ser sobrepasados en las siguientes elecciones por la extrema izquierda, quizá sumando fuerzas entre Die Linke y la escindida Sahra Wagenknecht, cuyo partido apunto ha estado de entrar en el Bundestag.

Si en la noche electoral pareció que el nuevo gobierno tendría que ser a tres bandas (lo que habría remarcado especialmente el poco lustroso resultado de Merz, el segundo peor obtenido por la CDU), la no participación de Los Verdes facilita enormemente la aproximación entre la Unión y el SPD. La CSU bávara ya había marcado algunas líneas rojas que podían abortar el entendimiento en ese tripartito. Por su parte, la no presencia de los liberales, excluidos al caer por debajo del 5% de los votos, plantea menos requerimientos inasumibles para el SPD (su desacuerdo desembocó precisamente en elecciones anticipadas). De todos modos, frente a la ajustada mayoría que suman la Unión y el SPD (328 escaños, ocho por encima de la mayoría absoluta), la robustez de los extremos juntos (216) constituye una minoría de bloqueo para las reformas que requieran amplio apoyo.

Desarbolado ya con la invasión rusa de Ucrania el lobby ruso en el seno del SPD, y desacreditado el buenismo en la relación económica con China que representaba Scholz, el futuro gobierno se supone que nacerá sin estar atado a políticas que se han mostrado equivocadas. También en la CDU Merz representa un cambio de página respecto a Merkel, tanto en lo relativo a la inmigración, como tal vez en lo referente a la energía nuclear: la falta del gas ruso y la mayor demanda de electricidad que debiera suponer la digitalización –asignatura especialmente pendiente– podrían hacer reconsiderar ciertos tabús energéticos del país.

El aumento del voto radical, hacia la derecha y hacia la izquierda, que se ha visto en las elecciones invita a las dos tradicionales formaciones políticas de centro a fortalecerse juntas, pero eso también tiene sus riesgos. El modelo económico alemán necesita reconversión y eso amenaza puestos de trabajo, con la presumible agitación de las calles en caso de recesión. No existen soluciones rápidas y fáciles, pero el deseo social de estas alimenta los extremos.

La urgencia política viene planteada por la negociación de la paz en Ucrania y las relaciones de Europa con la Administración Trump. Merz reúne condiciones, más que el presidente francés, Emmanuel Macron, para recomponer algunos puentes con Washington y articular la respuesta de una Europa cada vez más fuera del paraguas militar de Estados Unidos.