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Los hermanos María y Javier Celaya, naturales de Pamplona, estudian 4º de Educación Infantil con la Mención en Atención a la Diversidad
"Llevamos a cabo entrenamientos una vez por semana con el objetivo de mejorar sus habilidades futbolísticas", explica Javier. "El entrenamiento comienza con los chicos ayudándonos a llevar el material al campo. Una vez allí, nos ponemos en círculo y nombramos a un capitán que nos ayudará con los materiales a lo largo del entrenamiento. Dependiendo del día, realizamos diversos ejercicios enfocados al desarrollo de habilidades técnicas, al trabajo en equipo, a la resistencia física o a la estrategia de juego, adaptando siempre la sesión a las necesidades y objetivos planteados", detalla María. "Pero, sin duda, nuestra misión principal es asegurar que los chavales disfruten y se diviertan", añade. "Ver cómo se divierten, ríen y disfrutan del fútbol durante la hora y media de entrenamiento no tiene precio", asegura su hermano. "Además, el cariño que muestran es inigualable: cada vez que llego, me reciben con abrazos, y eso demuestra lo mucho que disfrutan".
Los dos recuerdan su primer día con mucha ilusión y algunos nervios. "Poder trabajar en Fundación Osasuna y entrenar a un equipo era un sueño para mí", confiesa María. "Pero al mismo tiempo, no sabía cómo me iban a recibir, cómo se desarrollaban los entrenamientos o si me iba a resultar difícil adaptarme. Sin embargo, en cuanto llegué, todos esos nervios desaparecieron. Fue un día increíble, lleno de emoción y aprendizaje, que siempre recordaré con cariño", asegura. Javier, también destaca lo fácil y rápido que pudo adaptarse a los chicos y a la dinámica de los entrenamientos. "El recibimiento que me dieron fue increíble y, en muy poco tiempo, ya me sentía parte del grupo. Desde el primer momento mostraron una actitud excepcional y un gran respeto, lo que hizo que la experiencia fuera aún más gratificante", recuerda.