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Del aula al campo de fútbol

REPORTAJE

03 | 04 | 2025

FotoManuel Castells

María y Javier Celaya Nieva son mellizos, y no solo estudian el mismo grado, en Educación Infantil; sino que los dos cursan también la mención en Atención a la Diversidad. Y esto es lo que les ha llevado a colaborar con la Escuela de Fútbol “Yo Juego en Osasuna”, donde entrenan a dos equipos de Diversidad Funcional (DF): el de Javier integrado por 14 chavales menores de 20 años; y el de María, por personas entre 20 y 40 años.

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Los hermanos María y Javier Celaya, naturales de Pamplona, estudian 4º de Educación Infantil con la Mención en Atención a la Diversidad

"Llevamos a cabo entrenamientos una vez por semana con el objetivo de mejorar sus habilidades futbolísticas", explica Javier. "El entrenamiento comienza con los chicos ayudándonos a llevar el material al campo. Una vez allí, nos ponemos en círculo y nombramos a un capitán que nos ayudará con los materiales a lo largo del entrenamiento. Dependiendo del día, realizamos diversos ejercicios enfocados al desarrollo de habilidades técnicas, al trabajo en equipo, a la resistencia física o a la estrategia de juego, adaptando siempre la sesión a las necesidades y objetivos planteados", detalla María. "Pero, sin duda, nuestra misión principal es asegurar que los chavales disfruten y se diviertan", añade. "Ver cómo se divierten, ríen y disfrutan del fútbol durante la hora y media de entrenamiento no tiene precio", asegura su hermano. "Además, el cariño que muestran es inigualable: cada vez que llego, me reciben con abrazos, y eso demuestra lo mucho que disfrutan". 

Los dos recuerdan su primer día con mucha ilusión y algunos nervios. "Poder trabajar en Fundación Osasuna y entrenar a un equipo era un sueño para mí", confiesa María. "Pero al mismo tiempo, no sabía cómo me iban a recibir, cómo se desarrollaban los entrenamientos o si me iba a resultar difícil adaptarme. Sin embargo, en cuanto llegué, todos esos nervios desaparecieron. Fue un día increíble, lleno de emoción y aprendizaje, que siempre recordaré con cariño", asegura. Javier, también destaca lo fácil y rápido que pudo adaptarse a los chicos y a la dinámica de los entrenamientos. "El recibimiento que me dieron fue increíble y, en muy poco tiempo, ya me sentía parte del grupo. Desde el primer momento mostraron una actitud excepcional y un gran respeto, lo que hizo que la experiencia fuera aún más gratificante", recuerda. 

"Esta experiencia me está ayudando a desarrollar una mayor empatía, a ser más paciente y a encontrar formas creativas de mantener la motivación de cada uno, sin perder de vista lo importante que es su bienestar"

"Cada entrenamiento tiene momentos únicos, pero hay uno en particular que siempre me hace sonreír. En una ocasión, estábamos terminando la sesión con un mini partido y decidí meterme a jugar. En los últimos minutos, quise probar una pequeña broma y me tiré en el área para ver si conseguía que me pitaran penalti. La reacción de los chavales fue instantánea: todos vinieron a protestar, llamándome 'piscinero'", cuenta con una sonrisa Javier. Su hermana también recuerda con cariño otro momento divertido que compartieron en uno de los entrenamientos: "Estábamos en círculo haciendo en calentamiento cuando, de repente, uno de los chicos gritó que era nuestro cumpleaños. En cuestión de segundos, todos dejaron lo que estaban haciendo y empezaron a cantarnos el 'Cumpleaños Feliz' mientras nosotros intentábamos seguir con los ejercicios".

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Javier destaca lo fácil y rápido que pudo adaptarse a los chicos y a la dinámica de los entrenamientos.


Para María su colaboración en la Fundación Osasuna es el complemento perfecto a lo estudiado en clase.

Reconocer y atender las necesidades específicas de cada persona

Como María y Javier explican, cursar la Mención en Atención a la Diversidad les ayuda a completar los conocimientos que adquieren en el grado, ya que permite conectar la teoría general de la educación infantil con estrategias más específicas para hacer que la enseñanza sea realmente inclusiva y accesible para todos los niños. "En la mención hemos aprendido a reconocer y atender las necesidades específicas. Además, hemos adquirido herramientas para diseñar intervenciones adaptadas y crear un ambiente seguro y motivador, favoreciendo tanto el aprendizaje como la experiencia positiva de cada participante", afirma María. La parte práctica que están pudiendo desarrollar con su colaboración en la Fundación Osasuna es el complemento perfecto a lo estudiado en clase. "Esta experiencia me está ayudando a desarrollar una mayor empatía, a ser más paciente y a encontrar formas creativas de mantener la motivación de cada uno, sin perder de vista lo importante que es su bienestar", continúa. "A veces, se tiende a pensar que, por tener una discapacidad, estos chicos deben ser tratados de manera diferente, cuando en realidad lo importante es entender sus necesidades sin subestimarlos", asegura Javier. Y aun a riesgo de caer en el tópico, concluye: "Trabajar con ellos es una experiencia enriquecedora en todos los sentidos, ya que, además de enseñarles, aprendes muchísimo de ellos".