La tecnología digital está cada vez más presente en nuestras vidas. En las generaciones más jóvenes, el acceso a la realidad –el modo en que ven, captan, e interpretan el mundo; y el modo en que viven sus relaciones interpersonales– está cada vez más mediado por las pantallas y la interconectividad.
Como seres sociales, anhelamos forjar relaciones profundas con nuestros iguales. La tecnología digital, desde internet hasta las redes sociales, promete facilidad para establecer y mantener conexiones y, en muchos casos, supone una ayuda. En otros, se convierte en una trampa, que nos aísla y distancia; la sustitución de lo físico por lo virtual se asocia con un amplio espectro de problemas sociales y psicológicos, desde la baja autoestima hasta la adicción o la ansiedad.
En este proyecto, tratamos de entender el papel que el consumo digital juega en el bienestar personal y psicológico de los jóvenes. Buscamos fomentar un uso más saludable de la tecnología y promover conductas que faciliten una integración positiva de lo virtual y lo físico.