Los procesos históricos, así como los elementos sociales y culturales que los integran y articulan, son generadores, preservadores o destructores de vínculos sociales. En esta línea de investigación, se presta atención al modo en que la comprensión del pasado (sea este lejano o más reciente) arroja luz sobre la naturaleza y el devenir de estos vínculos, concretados en la continuidad o las rupturas en formas y estilos de vida; el surgimiento y la pervivencia de instituciones culturales y políticas; o la configuración de la identidad de individuos y grupos sociales en el pasado y en el presente.
Asimismo, los procesos históricos objeto de estudio se analizan también en sus vertientes discursiva y creativa: por un lado, se atiende a las prácticas comunicativas implicadas en ellos, y al modo en que estas contribuyen a su consolidación en el espacio público; y, por otro, se pone el foco en las dimensiones de innovación, transformación y reelaboración implicadas en varias de ellas.