La expresión “giro teológico” fue acuñada por Dominique Janicaud en 1990 para designar el movimiento filosófico en Francia entre 1975 y 1990. En aquellos años la filosofía tomó decididamente una agenda teológica. Es el caso de los trabajos de Lévinas, Marion, Henry y Chrétien. La conversación iniciada por Janicaud fue seguida de muy diferente manera por de Vries en 1999, quien publicó Philosophy and the Turn to Religion, dentro de una tradición diferente y poniendo especial énfasis en la filosofía de Derrida.
En efecto, no solo la tradición fenomenológica, sino también la filosofía post-moderna o post-estructuralista participa de este “giro teológico” y en gran medida esa filosofía tiene la marca de la teología política, en el sentido de que la “intervención” de la filosofía en las cuestiones teológicas está bajo el signo significativo de la “teología política”. El estudio que se hace en esta área tiene que ver con el análisis de la densidad de este giro de la filosofía contemporánea en conceptos como testimonio, comunidad, juramento, hospitalidad, carisma, inteligibilidad, memoria y olvido, juicio histórico, o sabiduría.
EQUIPO INVESTIGADOR DE LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA
→ María Guibert (Facultad de Filosofía y Letras)
→ Rafael Martínez (Facultad de Filosofía y Letras)
→ Almudena Molina (Facultad de Filosofía y Letras)
EQUIPO INVESTIGADOR EXTERNO
→ Antonio Cerella (Nottingham Trent University)
→ Cecilia Coronado (Universidad Panamericana)
→ Paloma Puente Lozano (Universidad Carlos III)
→ Jerónimo Ayesta (Boston College)