En firmas de servicios profesionales, que, en la práctica de sostenibilidad, están creciendo a doble dígito tanto en facturación como en plantilla.
En bancos comerciales y de inversión, ya que el plan de finanzas sostenibles de la UE está movilizando cerca de 180.000 millones de euros en esta década para transformar el modelo económico sostenible.
En despachos de abogados, que están desarrollando las áreas de sostenibilidad para dar respuesta a la creciente carga regulatoria en materia de sostenibilidad procedente de la UE.
En instituciones públicas y privadas de ámbito internacional, nacional, regional o local, que están impulsando regulación sobre sostenibilidad y desplegando políticas públicas en este campo
En organizaciones no gubernamentales y de la sociedad civil, que impulsar alianzas público privadas en sostenibilidad
En los reguladores, especialmente en los de valores, que analizan la información no financiera o de sostenibilidad en tanto que elemento clave para introducir trasparencia en los mercados.
En índices y ratings, para proporcionar información fiable a los agentes del mercado sobre el desempeño en sostenibilidad de las empresas.
En empresas de todos los sectores y en prácticamente todas las áreas funcionales
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En la estrategia corporativa, para ayudar a las compañías en su proceso de transformación hacia un modelo económico sostenible.
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En las áreas financieras, tanto para ayudar a la empresa a conseguir financiación sostenible, como para sistematizar el reporte de la información no financiera para trasmitir confianza en los mercados.
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En las áreas de operaciones, para implantar procesos productivos eficientes que reduzcan el coste energético y las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en todos sus alcances y para desplegar mecanismo de economía circular.
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En las áreas de tecnología, para desplegar los sistemas de información que permitan la disponibilidad de datos necesarios para gestionar la sostenibilidad y, especialmente, los informes no financieros.
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En RRHH, para desplegar políticas de igualdad conciliación y diversidad, reducir las brechas salariales e incorporar criterios ESG en la retribución.
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En comunicación, para generar procesos sistematizados de escucha y diálogo con stakeholders y para evitar el Greenwashing.
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En las áreas jurídicas, para impulsar los mecanismos de gobernanza corporativa que garanticen un proceso ordenado, trasparente e íntegro en la toma de decisiones para generar un ambiente de confianza.
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En las áreas de auditoría interna, para implantar sistemas de control interno de la información no financiera y los mapas de riesgos no financiero.
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En compras, para desplegar políticas de trazabilidad de la cadena de suministro, las responsabilidades de diligencia debida y el cumplimiento de criterios éticos y de derechos humanos.
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En logística, para garantizar un trasporte y distribución eficiente que ayuden a medir y reducir las emisiones GEI.
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En marketing e innovación, para diseñar productos sostenibles en toda la cadena de distribución, incluyendo el punto de venta.
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Y, en las áreas de sostenibilidad, que tienen que impulsar este nuevo modelo de gestión en toda la compañía.