"LA DOCENCIA CADA VEZ EXIGE MÁS PREPARACIÓN Y TIEMPO PORQUE ESTÁN CAMBIANDO LOS MODOS DE APRENDER Y NOSOTROS TENEMOS QUE APRENDER CÓMO ENSEÑAR"

Beatriz Gómez Baceiredo, profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra

¿Qué consejos le darías a un profesor que acaba de empezar su carrera?
Lo primero, que comparta con los demás sus ideas y su visión de los alumnos y la docencia, porque puede aportar mucho. También, que esté tranquilo, que respire (literal; yo al principio me ahogaba dando clase), que se entusiasme por lo que enseña, que busque tiempo para leer y pensar, que recuerde a sus buenos profesores y aprenda de ellos pero manteniendo su personalidad, sus diferencias. Y cuando la responsabilidad le abrume, que piense que esto es un trabajo de muchos y de mucho tiempo.

A ti ¿qué te ha ayudado como profesora en los años que llevas impartiendo clases?
Me ha ayudado el ejemplo de mis maestros, antiguos y actuales, hablar con otros profesores sobre qué hacen en clase, poder compartir los éxitos y fracasos. Me ayudan mucho los profesores enamorados del Periodismo y la comunicación, preocupados por mejorar la profesión y por hacer de los alumnos buenos profesionales que contribuyan a mejorar la sociedad. Aprendo mucho de los profesores con vocación, con actitud de entrega gratuita, los que confían en el alumno y por eso son los que les exigen más.

Me ha ayudado también –y caigo en la cuenta ahora que lo pienso- el ser madre. Y no por lo que la gente piensa o el cliché que se nos atribuye (eso de que tienes más paciencia y los tratas como a niños es falso) sino porque ser madre me ha enseñado a centrarme en lo esencial y relativizar el resto; buscar el potencial de las personas, entender el valor del ejemplo, que se puede exigir mucho y pedir mucho porque el otro sabe que le importas mucho.

¿Dónde crees que está el secreto para que la enseñanza de un profesor sea buena?
No lo sé. No es cuestión solo de unas metodologías, ni técnicas, ni siquiera de carisma o personalidad. He tenido profesores que, haciendo cosas opuestas, han conseguido que quiera aprender y que aprenda una barbaridad. Supongo que es estar tan contento y entusiasmado por saber algo que quieres compartirlo, contarlo y que el otro lo entienda. Que el alumno vea que humildemente haces todo lo que está en tu mano para hacerle pensar y entender algo que para ti es bueno y necesario para su profesión y su vida.

¿Qué experiencia docente crees que funciona bien en tus clases?
Leer con los alumnos. Parece mentira, pero algo tan antiguo como leer en voz alta, dejarles pensar un rato, releer y luego desentrañar con ellos el sentido funciona muy bien. Pero no es nada fácil encontrar ensayos o cuentos que atrapen a la mayoría, pero cuando se logra y ellos mismos ven que están pensando junto al profesor y sus compañeros, es increíble.

Motivación del alumno. ¿Cómo crees que se logra?
Igual no es muy políticamente correcto esto, pero en parte quitándole de entrada la importancia suprema que le dan a la motivación y apelando a su responsabilidad. Como esperen que todo en la vida les motive, lo llevan claro. Y también recordándoles que no tienen que esperar a que el profesor les motive, ellos tienen que poner de su parte. Yo haré todo lo que buenamente pueda para transmitirles unas ideas o conceptos y ellos tienen que hacer lo mismo: escuchar de verdad, esforzarse; hacer todo lo que buenamente puedan para aprender. Partiendo de eso, creo que a los alumnos (bueno, a mis alumnos, porque las motivaciones dependen mucho de las carreras) les motiva darse cuenta de que lo que les explicamos les ayuda a comprender algo que no entendían. La pega, claro, es que si el alumno cree que entiende todo porque no se pregunta nada, es complicado que se motive. Por eso, a veces funciona partir de sus preguntas y su incapacidad para hacer algo, de sus errores, para obligarles a buscar una solución. Entonces ahí quieren aprender sí o sí.

Según tu experiencia personal, ¿qué es lo mejor y lo peor de ser profesor?
Lo mejor es lo que aprendes de los alumnos, tanto personal como profesionalmente y, en mi caso, el saber que, aunque sea un granito de arena, algo aporto para que el periodismo y la comunicación siga siendo una profesión fundamental. También el que me haga tener siempre el radar puesto para leer, investigar, estudiar, tener curiosidad por el mundo para luego poder llevar mis dudas y descubrimientos a clase. Y, por supuesto, mis compañeros de trabajo, la amistad, el ambiente de estudio, la cultura, la preocupación por ayudar a los demás.

Lo peor: para mí, que el sistema actual provoque la percepción de que cuando corriges o pasas mucho tiempo preparando las clases, deberías estar haciendo otra cosa, de que estás haciendo algo mal, que eres poco práctico o poco profesional. La docencia cada vez exige más preparación y tiempo porque están cambiando los modos de aprender y nosotros tenemos que aprender cómo enseñar. Y esto no se valora como debería en el profesor universitario.

También las prisas por los resultados. No sé. El profesor necesita tiempo y que se confíe en él para poder asentarse y asentar su conocimiento para así transmitir confianza y enseñar con autoridad. Pero, a no ser que estés muy segura de lo que haces y de por qué lo haces, las mediciones, los resultados, la productividad, te pueden hacer perder pie. Metes mil horas y no llegas a todo. A veces es abrumador.

Eso, y corregir exámenes en Navidad.

¿Qué importancia le das a la coordinación con otros profesores de curso?
Muchísima. No es nada fácil porque solo coordinar agendas ya lleva horas, pero es esencial para el alumno, porque ve las relaciones entre los conocimientos y deja de separar todo por asignaturas. Y para nosotros también es muy enriquecedor, porque aprendes de tus compañeros, amplías lo que enseñas con otras perspectivas y creas equipo.