Las simulaciones son acciones docentes que permiten acercar al alumno a la realidad de la actividad profesional que va a desempeñar en un futuro. De este modo no sólo aplica los conocimientos aprendidos sino que además pone en práctica competencias más allá del puro conocimiento teórico.

Es importante saber que si empleamos de manera adecuada esta metodología vamos a conseguir numerosos beneficios entre nuestros alumnos:

Es una actividad que se ha demostrado eficaz para aprender y reduce el tiempo que se necesita en el aprendizaje.
 

Las simulaciones estimulan un aprendizaje más profundo, no memorístico. 
 

Permiten ejercitarse en técnicas, por ejemplo médicas, que si fueran realizadas con pacientes reales implicaría problemas éticos delicados. Así se puede educar competencias y reacciones profesionales que de otra manera sería imposible ejercitar. 
 

Ayudan al alumno a enfrentarse a problemas nuevos e imprevistos similares a los que encontrarán en su vida profesional.