La creación de una nueva sede de una institución como el Hispanic Council conlleva la creación de una imagen representativa de ella. La imagen que se crea, además de ser atractiva, debe venir de una idea que refleje los principios e intenciones principales de la institución. Es por ello que, hablando de una institución cuya intención primaria es promover las relaciones entre la comunidad hispana de Estados Unidos y España, se propone la creación de una imagen que englobe diferentes aspectos que interrelacionen ambas comunidades. La imagen creada, fruto de la abstracción de la forma de representación de la historia, combinada con un factor cultural, da como resultado formas “serpenteantes” que confluyen en determinado punto.

La forma primaria de una línea serpenteante corresponde a la linealidad de la historia, en cuanto a la continua sucesión de acontecimientos encadenados, combinada con el ir y venir de las corrientes culturales, políticas y de cualquier índole a lo largo de la historia. De esta manera, la línea pasa de tener una linealidad unidireccional a tener linealidad bidireccional, atendiendo a las diferentes corrientes que se oponen y atraen entre si, y dando lugar a la forma serpenteante, que avanza en el tiempo, pero va tomando diferentes senderos.

Esta línea, transformada en elemento arquitectónico se materializa en forma de muro, constante en dimensiones. Es remarcable la distinción que se le da a la cadencia o no del muro y sus cambios de dirección en función de si se trata de espacios públicos o de espacios privados, dando regularidad a las estancias de alojamiento e irregularidad al conjunto de estancias publicas.

Por otro lado, existe un punto remarcable de estas tendencias, el punto álgido de un movimiento, donde se produce una estabilidad que dura en mayor o menor medida, justo antes de cambiar de sentido hacia otro movimiento. Este punto álgido es donde se produce la iluminación y donde brotan y afloran las características mas reseñables. Por ello, es en estos puntos donde tienen lugar la entrada de luz natural así como la incorporación de elementos vegetales al interior del muro serpenteante. Estos espacios, opuestos al vacío, articulan los diferentes usos, que se ciernen contra el cambio de sentido del muro.

Por ultimo, una vez reconocidos estos espacios en los que se recolecta el conjunto de bonanzas de cada movimiento, se toma la decisión de que sea donde se recoge la totalidad de entes que intervienen arquitectónicamente y naturalmente en el edificio: la luz, la vegetación y el agua.

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