Isabel Hernández Fonseca
LAS VISTAS. Mercado de flores y frutas en las Vistillas
Proyecto Fin de Carrera Máster Universitario de Arquitectura
Universidad de Navarra
Tutor: Luis Tena
El principal objetivo del proyecto, es el crear un espacio que recupere el carácter castizo y de encuentro que tuvieron Las Vistillas en su historia y que actualmente se ha perdido. Por otro lado, recuperar también el carácter de un mercado tradicional en un lugar tan emblemático para la ciudad como éste.
Queriendo integrar ambos usos en el programa, jardín y mercado, se plantean unos espacios que se delimiten de tal forma que se conviertan en escenarios. Los nichos iluminados transforman el mercado en una galería que permite el uso constante de este espacio, aunque no se despliegue el mercado o incluso que pueda suceder eventualmente con el tiempo (por fin o cambio de función) en una galería en su totalidad para la ciudad de Madrid.
Como resumen del concepto de la geometría del proyecto, se trata de devolver las vistas a este espacio y crear una plataforma elevada sobre el jardín, a nivel de calle, que genera dos ‘mundos’;
El inferior, pretende volver a las raíces del lugar creando unas plataformas que se van adaptando al desnivel del terreno. Se ordena entorno a sus propias vistas, con idea de recuperar en el jardín el concepto tradicional de mercado, que es parte de la identidad cultural de las vistillas.
La estructura de los puestos del mercado es la que sustenta la cubierta y además articula un área flexible que puede ser utilizada para otro tipo de actividades.
El nivel superior se plantea como un regalo a la ciudad donde se crean huertas urbanas y un recorrido para ver las vistillas entre las huertas. Entre los huecos que deja la cubierta se invita a bajar a las plataformas inferiores.
En cuanto al punto de partida para la ordenación, se trata de cómo configurar el vacío (o jardín) que, a diferencia de tratar el lleno, que es escavando, tratar el vacío supone limitarlo con unos llenos que le den forma y descubrirlos a través del recorrido.
Para ello se proponen unas plazas que se adapten a la topografía del jardín y atar todo el conjunto a través de recorridos que desemboquen en dilataciones de la trama donde tenga lugar la relación entre las personas.
El granito tratado, tomado de la preexistencia, se extiende a través del espacio para formar las plataformas sobre el jardín. Por encima, un paisaje de hormigón actúa como cielo artificial.
Las profundas vigas permiten amplias luces y una máxima apertura hacia los jardines, mientras que el espacio que se genera entre ellas manipula la entrada de luz natural en los espacios de abajo.
El proyecto se entiende como un paisaje continuo. Los espacios exteriores se tratan como habitaciones definidas por la arquitectura circundantes y caracterizados por una atmósfera o función singular.
Desde el primer momento se pretende construir todo el conjunto de manera monumental, con materiales potentes, y orientar el recorrido y las visualizaciones con una estrategia clara, utilizando la estructura, las entradas de luces y los materiales de los acabados de forma sutil. Además, la entrada de luz se pretende orientar principalmente a los espacios vacíos del conjunto, los patios, siendo la principal fuente de iluminación, y se filtra por los bordes, entendiéndolos como el límite del jardín.