Marta Beldarrain San Juan
Observatorio del Tiempo. Intervención en los Viveros del Retiro
Proyecto Fin de Carrera Máster Universitario de Arquitectura
Universidad de Navarra
Tutor: Julio Clúa
Al sur de los jardines del Buen Retiro encontramos unos viveros municipales donde se propone intervenir con un nuevo Centro de Interpretación y Escuela de Jardinería para la puesta en valor de la parcela en el parque. El Retiro es una referencia indiscutible a nivel urbano entre los espacios verdes de Madrid y la parcela con los viveros existentes no es más que otro jardín más del jardín de jardines que es el Retiro.
Sin embargo, se diferencia de los demás en que es un jardín productivo, una tipología de jardín que referencia a los primeros jardines, que el hombre construyó en su voluntad de dejar de ser nómada. El primer jardín es un huerto como indica su procedencia del francés jart.Y el primer jardín es también un cercado, tal y como apunta su origen etimológico “gart” del alemán antiguo. Incluso la palabra que simboliza jardín en chino encierra con una línea el agua, la tierra y hogar. Encontramos ejemplos como los jardines del antiguo Egipto o los jardines medievales que se constituían como recintos cerrados ya que convenía proteger los bienes preciados: como frutas, hortalizas, flores o animales.
Con esta voluntad de proteger, en este caso los elementos históricos (como las estufas decimonónicas o las cajoneras), además de las plantas y la vegetación que allí se cultivan, se decide conservar el muro histórico, ya que es un elemento clave para las estufas adosadas, las cuales se busca conservar por su valor histórico.
Las estrategias que desarrolla el proyecto son entonces en primer lugar, respetar el patrimonio y las preexistencias del lugar. Por otro lado, generar unas entradas laterales que llamen a los paseantes del Retiro a la entrada y por último se decide crear un elemento de llamada desde cualquier punto del Retiro y de la ciudad, que dé testimonio del nuevo espacio público que se ha abierto a la ciudad: una torre.
Se propone una torre no solo para ser vista, si no también para ver. Es por esto que en la última planta se diseña una plaza mirador que permite observar el Retiro y la ciudad de Madrid desde lo alto de la torre.
El proyecto toma el nombre de observatorio del tiempo, porque tanto el uso actual de viveros que se conserva en la propuesta como los nuevos usos de centro de interpretación y escuela de jardinería buscan crear un lugar donde entender el paso del tiempo, más concretamente entenderlo a través de la comprensión del desarrollo y los cambios en la naturaleza. Con este fin se desarrollan en proyecto dos elementos que permiten la observación de la naturaleza y su entorno: el umbráculo y la torre.
La torre tiene en planta baja un gran zócalo de una planta, que permite disfrutar de una gran terraza en su cubierta que permite una visión amplia y elevada de los cultivos que quedan bajo el umbráculo. En sus plantas intermedias encontramos las salas de museo del centro de interpretación dejando en la penúltima una cafetería y en la última una plaza-mirador desde las cuales disfrutar de las vistas hacia la ciudad y el parque del Retiro.
Constructivamente la torre se desarrolla con cuatro muros de carga en cada uno de los lados de la torre que no llegan hasta las esquinas del prisma, dejándolas vacías y propiciando una circulación perimetral en planta. Además, recubriendo esta estructura de hormigón encontramos una piel de vidrio y metal que evoca y se relaciona directamente con las preexistencias de la parcela.
Se crea así un espacio intermedio entre las dos pieles para el cultivo y exposición de plantas, que acondiciona de manera pasiva la torre con la ayuda de las lamas de vidrio que controlan la luz y la ventilación del edificio.
Con esta misma materialidad ligera de la piel exterior de la torre se desarrolla un gran umbráculo, un elemento único bajo el que se pueden alojar desde cultivos hasta jardines lúdicos según las necesidades que aparezcan a lo largo del tiempo. De esta manera se dota de una gran superficie flexible y que da unidad al conjunto de programas y usos que se desarrollan en la parcela.
El espacio que queda bajo el umbráculo será un gran bosque de pilares que, a pesar de su disposición ortogonal, se pierde la noción de orden por tener los caminos siempre dispuestos en diagonal. El umbráculo se compone de una primera cubierta estanca de vidrio y una subestructura encima que sujeta unas lamas de vidrio fotovoltaico que permiten no solo el control solar de la superficie que queda bajo el umbráculo si no también permitir que la propuesta sea autosuficiente desde el punto de vista energético.