Una tesis de la Universidad recoge y analiza 276 obras de arte que se conservan en el centro académico
En la investigación, se han inventariado 2.200 obras pictóricas, escultóricas, de orfebrería y mobiliario de primer nivel, desde la época precolombina hasta la actualidad
Una tesis doctoral defendida el pasado 28 de junio en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad ha catalogado y analizado 276 obras pictóricas que se conservan en el centro académico. La investigación ha sido realizada por Manuel Vilches, coordinador general de la Asociación de Amigos de la Universidad de Navarra, y dirigida por Asunción Domeño, Profesora Adjunta de Historia del Arte, y por Javier Azanza, catedrático de Historia del Arte.
El ya doctor ha inventariado más de 4000 piezas, después de recorrer 37 edificios de los campus de Pamplona, San Sebastián, Barcelona y Madrid durante un año y medio. De ellas, cerca de 2200 han sido clasificadas como obras de arte. Para la tesis, se ha hecho una selección de 276 pinturas. “Dentro de este grupo hay algunas pertenecientes a artistas como Pablo de Céspedes, Francisco Pacheco, Giovanni Francesco Barbieri, Il Guercino, Pedro Atanasio de Bocanegra, o Joseph de la Cruz”. De entre las obras más significativas, destaca La Inmaculada de Francisco Pacheco, un óleo que preside el oratorio del edificio Central: “Es la primera que pinta el autor, en la que sirvió como modelo su hija, que posteriormente sería esposa de Velázquez, y que sentará las bases del modelo inmaculista para todos los pintores que vendrán después, como el propio Velázquez, Ribera, Zurbarán, etc”.
Durante la investigación también se catalogaron otras piezas escultóricas, de orfebrería y mobiliario de primer nivel, que van desde el arte precolombino hasta la actualidad. Como parte del proceso, el autor recogió sobre el terreno datos sobre la ubicación, las medidas, y el estado de conservación de cada pieza, buscó marcas o firmas, y las fotografió, llegando a tomar más de 15.000 imágenes. Reconoce que durante el desarrollo del trabajo se presentaron algunos retos significativos, como “el orden, método y disciplina que requirió la confección del inventario para no dejar nada sin registrar”, o la definición del índice de la tesis, que al principio buscaba abarcar un amplio abanico de piezas, con una muestra de las distintas artes, pero que finalmente se tuvo que concretar en una selección de pinturas. “Aún así, la tesis tiene más de 1000 páginas”.
Este trabajo abre nuevas vías para dar a conocer el patrimonio cultural de la Universidad, según el autor. Entre sus propuestas, se incluyen la adaptación de la tesis a un libro de divulgación, la creación de una sección específica en la página web de la Universidad, la organización de exposiciones temporales, el préstamo de obras a museos e instituciones, o el estudio de algunas de las piezas en las asignaturas relacionadas con el Arte que se imparten en distintas carreras. “El conocimiento detallado de este patrimonio es crucial. Tenemos la responsabilidad de preservar este legado y transmitirlo a futuras generaciones y la Universidad tiene un gran potencial humano y profesional capaz de llevarlo a cabo de una manera interdisciplinar”.