Ana Marta González, coordinadora científica e investigadora del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) y profesora de Filosofía Moral en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Navarra, realizará una estancia de tres meses en  el Departamento de Filosofía de la Universidad de Harvard (EE. UU.) con una beca del programa de movilidad ‘Salvador de Madariaga'. La ayuda se enmarca en el Plan Estatal de Investigación Científica, Técnica y de Innovación, para el periodo 2013-2016.

La profesora González, que dirige el proyecto ‘Cultura emocional e identidad del ICS' –financiado por Seguros Zurich-, desarrollará en el campus estadounidense el proyecto ‘Cultura, identidad práctica y obligación moral en Christine M. Korsgaard'.

La investigadora explica que el objetivo inmediato de la estancia es concluir la redacción de dos artículos científicos: ‘Practical identity according to Korsgaard: between culture and morality' y ‘Emotions and the genesis of value'. Suponen una parte de su contribución al proyecto ‘Acción, emoción e identidad. Elementos para una teoría de las sociedades tardo-modernas' (financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad), del que es investigadora principal y que finaliza en diciembre de este año.

Asimismo, otro de sus propósitos es consolidar la relación académica con la profesora Korsgaard, que inició durante su estancia postdoctoral como Fulbright Scholar en el curso 2002-2003, y estudiar posibilidades futuras de colaboración institucional. 

Identidad práctica: mediadora entre cultura y moral

"A pesar del interés que viene despertando la producción filosófico-moral de Christine M. Korsgaard, su concepto de "identidad práctica" ha sido escasamente explorado. Se trata, sin embargo, de una de sus aportaciones más originales, que permiten enlazar la filosofía moral y las ciencias sociales a través de las nociones de cultura e identidad, asunto al que vengo dedicando mi investigación de los últimos años", explica Ana Marta González.

"Lo que considero particularmente digno de estudio es el modo en que la  noción de identidad práctica permite articular, o mediar, entre cultura y moral. La importancia de distinguir entre identidad práctica e identidad moral se advierte a la hora de dar cuenta de posibles conflictos ente ambas (por ejemplo, "un buen soldado obedece órdenes, pero un ser humano bueno no masacra inocentes")".