Las fazendas son pequeñas granjas en mitad de las montañas, sin agua corriente ni luz eléctrica, y la mata atlántica, un paisaje muy parecido a la selva. María Calvo, tras graduarse en Biología en la Universidad de Navarra, pasó un mes en Brasil estudiando a los monos.

Un viaje a Cabárceno (Cantabria) despertó el interés de esta joven navarra por los primates. "Llegado el momento de pensar en las prácticas de verano, me puse a buscar por Internet lugares donde se llevasen a cabo proyectos de investigación sobre estos animales", recuerda. "Y así di con el Centro do pesquisas do Iracambi (Brasil)", apunta. "Las condiciones de vida resultaban muy duras y la única forma que teníamos los que trabajábamos allí de comunicarnos con el exterior era a través de Internet".

"Cuando descubrí los primeros monos se me escapó alguna lágrima"

Dar con los monos resultó más complicado de lo previsto. "En Iracambi se sabía que había monos porque se les escucha, pero nadie los había visto", comenta María, quien daba largos paseos por el monte.

"Yo tampoco los encontraba porque no seguía ninguna metodología. Hablé con mi tutor, y me sugirió que visitara la Estación biológica de Carathinga", apunta. Sin dudarlo, con la mochila al hombro, allí se fue. "Cuando descubrí los primeros monos se me escapó alguna lágrima", confiesa.

Después de una semana, regresó a Iracambi para llevar a la práctica sus conocimientos. "Puse en marcha la investigación a partir de lo que aprendí en Carathinga, pero me marché sin lograr resultados. Hace poco, sin embargo, he recibido noticias de una compañera que se quedó y, por lo visto, han podido identificar un mono en Iracambi. Parece que podría tratarse de una nueva especie. Con eso ya me doy por satisfecha".