"El Corán refleja la violencia de su contexto histórico que, al final, se resuelve con un acuerdo político"
Un libro del Instituto Cultura y Sociedad analiza los versos violentos del Corán y las primeras conquistas árabes del siglo VII y VIII
11 | 03 | 2021
¿Es el Corán un libro violento? “El Corán refleja la violencia de su contexto histórico que, al final, se resuelve con un acuerdo político”, asegura Marco Demichelis, investigador de 'Religión y sociedad civil’ del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra. El experto en Estudios Islámicos e Historia de Oriente Medio ha publicado el libro ‘Violence in early Islam. Religious Narratives, the Arab Conquests and the Canonization of Jihad’ donde explora la violencia y el concepto de yihad en los primeros siglos del Islam.
En el volumen, publicado por la editorial IB Tauris (del grupo Bloomsbury), analiza las fuentes históricas islámicas y no islámicas sobre esta época y realiza un estudio hermenéutico de los versos violentos del Corán. Según el investigador, los versos de espada solo se pueden entender en el contexto de lucha entre la Meca y Medina por la implantación de la religión monoteísta.
Como explica Demichelis, al no encontrar apoyo en la Meca, Mahoma emigra a Medina en busca de seguidores. Una vez allá, empieza una narrativa más violenta contra el politeísmo y aquellos que le rechazaron en su ciudad de origen. Sin embargo, “muy pocos de sus seguidores querían ir a la guerra porque estaban relacionados a nivel familiar y de clanes con la Meca”, puntualiza. Tras guerrillas y asaltos a caravanas que dejaron a la Meca aislada, Mahoma entra en la ciudad de forma pacífica. “La violencia del Corán, que habla de la guerra entre creyentes y politeístas, termina con un acuerdo político”, afirma.
El investigador subraya que estos versos violentos se contextualizan en esta contienda entre Meca y Medina y que, la lucha contra al politeísmo, no es extensible a todos los no musulmanes. Insiste en que en el Corán no se hace referencia a la conquista de la península arábiga u Oriente Medio –hecho que ocurrió tras la muerte del profeta. Además, la tradición jurídica islámica posterior prohíbe matar a mujeres, niños y ancianos. “En el Islam no cabe el radicalismo religioso porque el fundamentalismo no considera el acuerdo político como una opción, algo que sí hizo Mahoma”, añade.
Guerra por el poder político
En este contexto, Demichelis asegura que las primeras conquistas árabes de los siglos VII, principalmente, y VIII no pueden considerarse conquistas religiosas ya que la identidad y la religión islámica todavía están por constituir. No existe un pensamiento islámico claro ni una doctrina hasta finales del siglo VIII. Señala que esta idea se crea ente uno y dos siglos después, una vez instaurado el califato islámico Abasí, dentro de una narrativa que buscaba convencer de la fuerza de la identidad del Islam. “Cuando hay un proceso de creación de una identidad las narrativas son muy importantes”, asevera.
Al contrario, el experto indica que estas conquistas son el resultado de un intento de unificación de los clanes de la península por parte seguidores del profeta después la muerte de Mahoma en el 634-635. “La realidad histórica y las otras fuentes ponen en duda cuál es la identidad real de estos conquistadores”, indica. De hecho, los grandes conquistadores árabes, como Amr ibn al-’As y Khalid ibn al-Walid, son de los últimos en aceptar la figura profética y política de Mahoma.
“No tenemos en cuenta que solo han pasado un par de años desde la muerte de Mahoma cuando empieza esta fase de conquista y que esta fase histórica es muy caótica”, explica. A la falta de sucesor del profeta musulmán se añade un vacío de poder en la zona de Oriente Medio. La visión profética de Mahoma se enmarca en un periodo de guerras entre el imperio Bizantino y el imperio Persa, que termina en el 628. La zona fronteriza entre imperios estaba defendida por clanes árabes federados (foederati) que estaban cristianos, romanizados y helenizados.
Ante el impulso de la ortodoxia cristiana por parte de los emperadores Justino II, Tiberio y Mauricio, esto clanes rompen con Bizancio, expone el investigador. A su vez, desde la península árabe, se empuja a las conquistas tras la muerte de Mahoma. Según Demichelis, es muy difícil decir en qué bando se encuentran estos clanes árabes cristianizados. Indica que, incluso, algunos de ellos ya se encontraban ente las fuerzas creyentes post-Mahoma que conquistan Oriente Medio.
Finalmente, Muawiya ibn Abi Sufyan, gobernador de Siria, promueve una política de fuerte alianza con la confederación árabe cristiana de los Banu Kalb, y se convierte en el primer califa del imperio Omeya tras un guerra de sucesión. Muawiya ibn Abi Sufya, es coronado como califa con una liturgia cristiana en Jerusalén, ciudad santa del cristianismo. “Muawiya es entronizado como rey (malik) de todos, tanto de la población cristiana como no cristiana”, afirma el experto.
El concepto de guerra justa o guerra santa
Es, de hecho, a través de estos clanes árabes romanizados y cristianizados de donde podría llegar el concepto de ‘guerra justa’ al Islam, destaca. En el siglo IV el cristianismo es la religión oficial del el imperio Bizantino y “empieza a tener un papel sobre la guerra justa porque Dios ‘está de su parte’”, señala. Esto impacta sobre los árabes cristianos que viven entre Jerusalén, Damasco y el norte de la península Arábiga y que luchan contra el imperio persa. “Existía toda una narrativa de guerra justa muy relacionada a ser árabe, ser cristiano y ser guerrero bizantino”, ilustra.
Según el investigador, en el contexto islámico la palabra yihad se convierte en sinónimo de guerra al final del siglo VIII e inicios del siglo IX con el ejército abasí. Apunta que, en el Corán, la palabra yihad con significado de guerra aparece menos de diez veces. “La palabra para luchar, combatir, matar es qital, no yihad”, concreta. Asimismo, el Muyahidín –que hoy relacionamos la violencia en el Islam– es el voluntario que lucha para defender el imperio islámico como servicio a la comunidad.
Este libro engloba la investigación ‘Corán y Qital. Perspectiva histórico-crítica y desradicalizada de la violencia hacia el Otro’ realizada por Demichelis en el ICS entre 2017 y 2019 gracias a una Beca Marie Sklodowska-Curie (Ref. 746451) del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea.