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Mª Dolores Puga, investigadora del CSIC: "Instalar el cuidado de los más frágiles en el debate público y convertirlo en una tarea colectiva es una necesidad imperiosa"

La científica titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) destacó la importancia de los cuidados de larga duración en sociedades con envejecimiento demográfico


FotoManuel Castells
/María Dolores Puga, durante su visita a la Universidad de Navarra

19 | 02 | 2025

¿Estamos preparados para el envejecimiento demográfico? ¿Cómo nos cuidamos en poblaciones que no son (ni van a volver a ser) las del pasado? Estas fueron algunas de las preguntas que abordó María Dolores Puga, científica titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en la V Conferencia de la Cátedra IDEA de Nuevas Longevidades de la Universidad de Navarra. La sesión buscó analizar la crisis demográfica y los nuevos retos que emergen para garantizar el cuidado de los ancianos.

Una de las claves para afrontar el nuevo panorama de forma certera pasa por discernir cuál es la crisis a la que nos enfrentamos. En este sentido, la ponente propuso al auditorio un nuevo marco para abordar esta situación: “Dejemos de preguntarnos cómo solucionar el envejecimiento demográfico y empecemos a preguntarnos más bien cómo nos adaptamos a él. ¿Cómo nos cuidamos en poblaciones que ya no son ni van a volver a ser las poblaciones del pasado?

La adaptación, detalló, implica entender que las comunidades actuales son muy diferentes a las de generaciones anteriores. Según explicó Puga, hasta los años ochenta del siglo XX, la mitad de los nacidos no alcanzaban los 80 años. En la actualidad, la mitad de las personas nacidas llegan hasta los 88. Año tras año, los grupos octogenarios, nonagenarios y centenarios son los que más crecen: “Estamos inaugurando etapas de la vida que hasta ahora sólo conocían unos pocos seleccionados y, además, estamos retrasando todas las transiciones a la adultez y a la vejez”, señaló.

Sobre este cambio de paradigma, la científica titular del CSIC, miembro del grupo de Investigación sobre Envejecimiento, apuntó que el deterioro se retrasa, lo cual hace pensar que la sociedad, en cierto sentido, más que envejecer, está “rejuveneciendo”:  “Vamos es hacia poblaciones más complejas, con mayor heterogeneidad, no solo con mayor población de edad avanzada, sino también de distintas edades y transiciones retrasadas”.

¿Cómo nos adaptamos?

“Instalar el cuidado de los más frágiles en el debate público y convertirlo en una tarea colectiva es una necesidad imperiosa”, expresó Puga. En el contexto actual, aumentar la natalidad no resuelve la crisis por completo. En palabras de la experta, la adaptación también pasa por la supervivencia, que se traduce en las nuevas formas de cuidado: “Tenemos que pasar de la figura del cuidador principal a una red de cuidado que integre cuidados familiares, formales, informales, de mercado, públicos, privados, intergeneracionales…” La familia, poco a poco, se ha convertido en la encargada del cuidado emocional (del día a día), pero no de otros cuidados instrumentales: “Al final, el cuidado global que recibe la persona es mayor”.

Las nuevas longevidades precisan  cuidados de larga duración y adaptados a las necesidades actuales: “Es muy importante el entorno inmediato como los barrios y la comunidad, donde vamos a tener muchos ancianos (y parejas de ancianos) solos”. En este sentido, Puga establece que hay que mejorar la viabilidad de las localizaciones, rehabilitar viviendas, ampliar el abanico de servicios provistos en el hogar, aumentar las tecnologías de cuidado y establecer formas flexibles de determinación de las necesidades y de coordinación de las respuestas.

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