Exhibición con aves de presa en la Facultad de Ciencias. FOTO: Manuel Castells

Luis Lezana, graduado y doctor en Biología por la Universidad de Navarra e impulsor de Sturnus S.L., ha realizado una exhibición con aves rapaces con motivo de las Semanas de la Ciencia y la Tecnología 2011.

Esta muestra, en la que participaron más de 100 alumnos de bachillerato de tres colegios, se completó con un repaso sobre el arte de la cetrería, su historia y su aplicación en nuevas salidas profesionales como la empresa Sturnus. De todo ello habló Luis Lezana en una entrevista para la Universidad de Navarra.

- Como graduado y doctor en Biología, ¿qué encontraste en la cetrería para planteártelo como una salida profesional?
En realidad, la cetrería fue la que me llevó a estudiar Biología, puesto que mi relación con las aves rapaces viene desde mi infancia. Ya con 4 años comencé a entrenar pequeñas aves como cernícalos en el Parque Zoológico que mi padre tenía en Calahorra junto al emblemático Félix Rodríguez de la Fuente. Luego, tras doctorarme en la Universidad observé que podía aplicar este arte milenario al control de ciertos vertebrados plaga como los estorninos (aves sobre las que hice mi tesis). De este modo podía solucionar algunos problemas graves para la ciudadanía en relación algunas plagas.

- ¿Hasta qué punto Sturnus, tu empresa, es una iniciativa innovadora en España?
Sturnus Control es una empresa pionera en numerosas facetas del control de aves plaga. Por ejemplo, es la única empresa que garantiza el control de poblaciones plaga de estorninos en toda España, mediante lo que denominamos lucha combinada, ejercida con dispositivos disuasorios entre los que destacan las propias aves rapaces.
Mediante este sistema conseguimos el récord de más de 2.500.000 de aves ahuyentadas del casco urbano de Logroño en 2005. Asimismo, hemos patentado sistemas de ahuyentación de aves como el que ubicamos en la Basílica del Pilar para evitar su deterioro por los excrementos de las palomas. También resolvemos el problema de los pesados nidos de cigüeñas en iglesias y otros edificios de interés patrimonial mediante la traslocación de esos nidos a sus hábitats naturales.

- Uno de los objetivos de vuestra empresa es la educación ambiental. ¿Estamos alejándonos cada vez más del medio natural y de la forma de trabajar y convivir con los animales?
Totalmente. Una de las cosas que siempre trato de difundir a los futuros biólogos de la Facultad es que no descuiden el trato con la gente de campo. Ellos son un libro abierto del saber sobre las costumbres y modos de vida de la fauna que nos rodea. A veces los biólogos y la Administración en general trabaja de forma completamente aséptica, en una realidad deformada de nuestro entorno, aplicando únicamente aspectos teóricos de la Biología y la Ecología de poblaciones sin basar su gestión ambiental en aspectos más trascendentales, como el comportamiento individual o poblacional de las especies silvestres. También me preocupa que los niños hayan perdido el contacto con la vida natural, hasta el punto de que muchos no conocen qué es una perdiz, un erizo, una ardilla. Incluso ignoran aspectos tan elementales como de dónde proceden alimentos como la leche, el queso o los huevos. De seguir así, estos niños difícilmente serán buenos guardianes de la vida natural mañana.

- ¿Cómo valorarías la situación de las rapaces en general en Navarra y en España?
La situación actual es muy diferente en función de la especie que estemos valorando. Por ejemplo, ratoneros, milanos negros, cernícalos, águilas reales, búhos reales y buitres, cuyas costumbres alimentarias y de nidificación pueden variar según la disponibilidad de recursos, se han adaptado más o menos bien a los cambios ejercidos por el hombre en sus hábitats. Además, gracias a actividades como la alimentación suplementaria, los vertederos, la protección de nuevas áreas o reservas, etc., atraviesan una situación buena. Otras especies menos adaptables se han visto afectadas negativamente por la invasión que el hombre ha realizado sobre  su espacio vital, reduciéndose notablemente sus poblaciones. Es el caso de los aguiluchos, las águilas culebreras, los alimoches y el caso más dramático en Navarra, puesto que está al borde de su extinción, del águila perdicera. Asimismo, y como también sucede en la Comunidad foral, el abandono en los últimos años de las casas de labranza, que eran hogar de varias especies de rapaces, ha contribuido al descenso de ciertas especies como las lechuzas y los mochuelos.

- ¿Cómo trabajan las rapaces para el control de plagas?
Nuestras rapaces se encargan de la ahuyentar de los dormideros invernales a los estorninos migradores, que cada año invaden los árboles de la Universidad de Navarra y la Clínica Universitaria. Antes de que nuestras aves comenzaran a trabajar allí los estorninos invadían miles los pinos y castaños en la Universidad. Sobre todo en el Hexágono y los alrededores, donde eran más de 15.000 aves durmiendo. La plaga de estorninos provocaba molestias por sus chillidos durante toda la noche -algo especialmente dañino para los enfermos de la Clínica-, generaban insalubridad y malos olores por la acumulación de excrementos; deterioraban los materiales donde se asentaban y suponían un riesgo de transmisión de enfermedades zoonóticas , etc. Finalmente Sturnus ahuyentó completamente a los estorninos en su primer año de actuación y ahora continuamos impidiendo nuevas entradas de aves.